31 julio, 2006

 

Errores

Por Juan Gelman

La ONU advirtió 10 veces en el lapso de 6 horas al alto mando israelí sobre el peligro que corría un puesto de cascos azules en la zona del sur del Líbano que su fuerza aérea bombardeaba intensamente el miércoles 25 (El País, 27/7/06). Los militares de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) prometieron cesar el fuego, pero una cosa son palabras y otra, hechos: un misil de precisión made in USA mató a 4 efectivos desarmados de la Finul (Fuerza Interina de la ONU en el Líbano). ¿Serían terroristas? El puesto de observación estaba perfectamente identificado y era perfectamente identificable. Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, consideró que el ataque israelí fue “aparentemente deliberado” y lo calificó de “trágico asesinato”. Para el primer ministro Ehud Olmert, se trató de “un error”.

Claro que hay errores y errores. Unos días antes de esas muertes, personalidades destacadas de Israel celebraron en Jerusalén el 60 aniversario de... un acto terrorista: la voladura parcial del Hotel King David el 22 de julio de 1946. Palestina era entonces un protectorado inglés, en un ala del hotel residía el alto mando militar británico y el atentado fue obra de la Irgun. Menahem Begin, jefe de esa organización judía, siempre adujo que era un luchador por la libertad de su país, no un terrorista, porque, entre cosas, nunca había perjudicado a civiles. Pero en ese atentado –aprobado por Ben Gurion– murieron 28 británicos y 63 civiles, 41 árabes, 17 judíos y 5 de otras nacionalidades. Ningún gobierno de Israel lo ha condenado hasta el presente. Antes, por el contrario.

Los que homenajearon el atentado “asumen que un luchador por la libertad es una buena persona y que un terrorista es una mala persona –señala Tom Segev en el diario israelí Ha’aretz (23/7/06).

Casi todo terrorista se autodefine como un luchador por la libertad y viceversa: los luchadores por la libertad son calificados de “terroristas”. Agrega que el ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu afirmó en la ceremonia que “la diferencia entre una operación terrorista y una acción militar legítima se expresa en el hecho de que los terroristas tratan de dañar a los civiles, mientras que los combatientes legítimos tratan de evitarlo”. La captura de soldados israelíes por Hamas y Hezbolá sería entonces legítima. Y ni los 800.000 civiles libaneses obligados a huir de sus hogares ni, si pudieran hacerlo, los 400 civiles libaneses muertos ni los palestinos que las FDI siguen matando en la Franja de Gaza pensarán que los ataques israelíes contra la población entran en la categoría “acciones militares legítimas”. La historia de las FDI está plagada de “errores”.

El fusilamiento de 200 civiles palestinos contra los muros del cementerio de Tantura el 15 de mayo de 1948, cuando una guerra aseguraba el establecimiento del Estado de Israel, sería entonces un error. Otro, la matanza de más de 100 civiles palestinos en Deir Yassin, el 9 de abril de 1948. Otro más, la demolición de la aldea de Qibya y la muerte de 70 civiles palestinos por efectivos al mando del ex primer ministro Ariel Sharon el 14 de octubre de 1953. O la matanza de 48 árabes –incluidos 6 mujeres y 23 menores de 8 a 17 años– en la aldea árabe-israelí de Kafr Qasim el 29 de octubre de 1956. O la de 140 refugiados palestinos y 135 habitantes locales desarmados de Khan Yunis en Gaza el 3 de noviembre de 1956. Y otro error, el asesinato inconcebible de 1500 a 3500 refugiados palestinos en Sabra y Chatila, perpetrado por milicias de cristianos maronitas el 16 de septiembre de 1982 al amparo de las tropas israelíes que habían rodeado los dos campos, ubicados en territorio libanés. Y aun otro, el ataque de artillería del 18 de abril de 1996 contra la sede de los Cascos Azules en Qana, al sur de Tiro, donde se habían refugiado unos 800 civiles libaneses de los que 106 dejaron de vivir.

La ocupación israelí del sur del Líbano de 1982 al 2000 dio nacimiento a la guerrilla de Hezbolá, que combatió y echó al ocupante. Aplicando la teoría de Netanyahu, Hezbolá, como el Irgun judío, podría considerarse una organización que lucha por la libertad contra un Estado terrorista. Cabe aclarar que Hezbolá es además un movimiento político y social que ocupa el 18 por ciento de las bancas del Parlamento libanés y dos ministerios en su gobierno, que sostiene una red de escuelas y hospitales y que desarrolla numerosos proyectos microeconómicos y de infraestructura destinados a reconstruir el Líbano después de esa primera ocupación. Los bombardeos han logrado que el 96 por ciento de chiítas, el 73 por ciento de sunnitas, el 55 por ciento de cristianos y el 40 por ciento de drusos del Líbano aprueben el secuestro de soldados israelíes, según una encuesta que el Centro de Investigaciones e Información llevó a cabo en Beirut.

La muerte de civiles israelíes por atentados suicidas –a los que Israel supo ponerles coto– y la muerte de decenas de civiles israelíes por los Katyushas de imprecisión iraníes que arroja Hezbolá sobre Haifa y otras ciudades, son absolutamente repudiables. Pero la desmesurada respuesta de Tel Aviv en Líbano y Gaza tiene otras explicaciones. El profesor Gerald Steinberg, de la Universidad israelí de Bar-Ilan, asegura que “en cierto sentido, la preparación (del ataque al Líbano) comenzó en mayo del 2000, inmediatamente después de la retirada israelí... En 2004 la campaña militar, cuya duración prevista era de tres semanas y que estamos presenciando ahora, ya estaba diseñada y en el último año o dos se simuló y ensayó al otro lado de la frontera (con Líbano)” (San Francisco Chronicle, 21/7/06). Esto arroja ciertas dudas sobre cuál habría sido el verdadero origen del enfrentamiento con Hezbolá que causó la muerte de ocho efectivos israelíes y la captura de otros dos.

“La moral no está de nuestro lado” se titula la columna del profesor de la Universidad de Tel Aviv Ze’ev Maoz que publicó Ha’aretz el 25/7/06. “Esta no es una guerra justa –dice–; Israel usa una fuerza excesiva sin distinguir entre la población civil y el enemigo, cuyo único propósito es la extorsión. Hezbolá cruzó una frontera reconocida por la comunidad internacional. Esto es cierto. Pero nos olvidamos que, desde que nos retiramos del Líbano, la fuerza aérea israelí ha realizado misiones diarias de reconocimiento en el espacio aéreo libanés. Estos vuelos no causaron víctimas, pero las violaciones de frontera son violaciones de frontera. En esto tampoco la moral está de nuestro lado.” Yagil Levy, profesor de la Universidad Ben Gurion del Néguev señala que el ataque al Líbano es un intento de moldear su orden político a la fuerza. “Aunque supongamos que el gabinete (israelí) tenía claro cuál iba a ser el precio que pagaría el frente interno, ha expuesto a la ciudadanía (israelí) a un peligro real por lo que ha sido presentado como una amenaza futura” (Ha’aretz, 24/7/06).

La Casa Blanca no quiere el cese del fuego que reclaman algunos –pocos– gobiernos europeos, la ONU y la opinión pública internacional: desea “un nuevo Medio Oriente” que dijo Bush, siempre en persecución de un planeta dominado por EE.UU. “Nuestro corazón está con el pueblo israelí –certificó la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice–, que sufre ataques terroristas y (el lanzamiento de) cohetes; estos medios no son aceptables en una sociedad culta” (Clarín, 25/7/06). Tiene razón: para las sociedades cultas del llamado Primer Mundo sólo son medios aceptables las invasiones “preventivas” a países soberanos, la ocupación de territorios ajenos, el asesinato de civiles “por error”. Entre otras cosas.

26 julio, 2006

 

¿De quién es el siglo XXI?

Por Immanuel Wallerstein *


En 1941, Henry Luce proclamó que el siglo XX sería el siglo americano. Desde entonces, la mayoría de los analistas estuvo de acuerdo con él. Por supuesto, el siglo XX fue más que un siglo estadounidense. Fue el siglo de la descolonización de Asia y Africa. Fue el siglo del florecimiento, como movimientos políticos, del fascismo y el comunismo. Fue el siglo tanto de la Gran Depresión como de la increíble expansión, sin precedentes, de la economía-mundo durante los 25 años posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial.

No obstante, fue el siglo americano. Estados Unidos se convirtió en la potencia hegemónica incuestionable en el período 1945-1970 y modeló el sistema-mundo a su parecer. Estados Unidos se tornó el productor económico principal, la fuerza política dominante, el centro cultural del sistema-mundo. En resumen, Estados Unidos fue el dominador del escenario, por lo menos durante un tiempo.

Ahora, Estados Unidos está en visible decadencia. Más y más analistas comienzan a decirlo abiertamente, pese a que la línea oficial del establishment estadounidense lo niegue vigorosamente, al igual que cierta porción de la izquierda mundial que insiste en que la hegemonía de esa nación continúa. Pero los realistas con claridad de pensamiento, en todas partes, reconocen que la estrella estadounidense va atenuando su luz. La cuestión que subyace a todos los pronósticos serios es entonces, ¿de quién es el siglo XXI?

Por supuesto, estamos apenas en 2006, y tal vez es pronto para responder a esta cuestión con algún sentido de certeza. No obstante, los líderes políticos de todas partes hacen cálculos en torno de dicha respuesta y formulan sus políticas en concordancia. Si replanteamos la cuestión y simplemente nos preguntamos cómo podría verse el mundo, digamos en 2025, podremos quizá ser capaces, por lo menos, de decir algo inteligente.

Básicamente hay tres series de respuestas a la cuestión de cómo se verá el mundo en 2025. La primera es que Estados Unidos gozará de un último vigor, un resurgimiento de su poder, y continuará dominando el gallinero en ausencia de algún contendiente militar serio. La segunda es que China desplazará a Estados Unidos como la superpotencia mundial. La tercera es que el mundo se tornará en la arena de un desorden multipolar anárquico y relativamente impredecible. Examinemos la plausibilidad de cada una de estas tres predicciones.

¿Estados Unidos a la cabeza? Hay tres razones para dudarlo. La primera es una razón económica. La fragilidad del dólar estadounidense como única reserva cambiaria en la economía-mundo. El dólar se sostiene ahora por las masivas infusiones de compra de bonos que hacen Japón, China, Corea y otros países. Es muy poco probable que esto continúe. Cuando el dólar se desplome dramáticamente, incrementará momentáneamente la venta de bienes manufacturados, pero Estados Unidos perderá su control de la riqueza del mundo y su habilidad para expandir el déficit sin una seria sanción inmediata. Los niveles de vida caerán y habrá un influjo de nuevas monedas de reserva, incluidos el euro y el yen.

La segunda razón es militar. Afganistán y especialmente Irak han demostrado en los últimos pocos años que no es suficiente contar con aviones, barcos y bombas. Una nación debe también contar con una gran fuerza terrestre que venza la resistencia local. Estados Unidos no cuenta con una fuerza así, y no tendrá ninguna, debido a razones políticas internas. Como tal, está condenado a perder tales guerras.

La tercera razón es política. Las naciones por todo el mundo están llegando a la conclusión lógica de que ahora pueden desafiar políticamente a Estados Unidos. Tomemos el ejemplo más reciente: la Organización de Cooperación de Shanghai, que reúne a Rusia, China y a cuatro repúblicas del Asia central, está por expandirse para incluir a India, Paquistán,Mongolia e Irán. Este último país fue invitado en el mismo momento en que Estados Unidos intentaba organizar una campaña mundial contra el régimen iraní. El Boston Globe llamó a esto, correctamente, “una alianza anti Bush” y un “viraje tectónico en la geopolítica”.

¿Surgirá China como cabeza hacia 2025? Es muy cierto que China lo está haciendo muy bien en lo económico, expande su fuerza militar considerablemente, y comienza a jugar un serio papel político en la región, más allá de sus fronteras. China sin duda será más fuerte en 2025; sin embargo enfrenta tres problemas que debe remontar.

El primer problema es interno. China no es estable políticamente. La estructura de un solo partido tiene a su favor la fuerza del éxito económico y el sentimiento nacionalista. Pero enfrenta el descontento de alrededor de la mitad de la población, que se siente relegada, y el descontento de la otra mitad por los límites de su libertad política interna.

El segundo problema se refiere a la economía-mundo. La increíble expansión del consumo en China (junto con el de India) cobrará su cuota en la ecología mundial y en las posibilidades de acumulación de capital. Muchos consumidores y muchos productores tendrán severas repercusiones en los niveles de ganancia mundiales.

El tercer problema yace en los vecinos de China. Si ésta lograra la reintegración de Taiwan, ayudara a arreglar la reunificación de las Coreas y llegara a conciliarse (psicológica y políticamente) con Japón, tal vez habría una estructura geopolítica unificada en Asia oriental que podría asumir una posición hegemónica.

Los tres problemas pueden remontarse, pero no será fácil hacerlo. Y las probabilidades de que China pueda remontar estas dificultades para 2025 son inciertas.

El último escenario es aquel de anarquía multipolar y de fluctuaciones económicas desordenadas. Dada la incapacidad de mantener un viejo poder hegemónico, la dificultad de establecer uno nuevo y la crisis mundial de la acumulación de capital, este tercer escenario parece ser el más probable.

* Sociólogo e historiador estadounidense, autor, entre otros trabajos, de El moderno sistema mundial, Economía del mundo capitalista y Raza, nación y clase.

23 julio, 2006

 

Transnacionales españolas en Bolivia: crónica de un saqueo

Alberto Montero Soler
Viento Sur-Rebelión

La llegada de las empresas transnacionales españolas a Bolivia a partir de la década de los noventa se orientó, esencialmente, hacia los sectores estratégicos de su economía y la compra, total o parcial, de las empresas públicas que operaban en los mismos. Unos sectores en los que la capacidad instalada era suficiente como para no requerir de unos excesivos niveles de inversión de cara a la continuidad de la provisión del bien o servicio público en cuestión y que, al eliminarse la regulación sobre los precios públicos, ofrecían perspectivas de obtención de una elevada rentabilidad.

Pero, además, esa inversión también se orientó hacia otro tipo de sector estratégico: el de la producción/extracción de las abundantes materias primas que posee Bolivia, especialmente hidrocarburos.

En este sector concreto, las elevadas tasas de rentabilidad dependían de una demanda internacional en continua expansión y con expectativas de precios al alza; de una reducida fiscalidad, excesivamente generosa en su intento por atraer inversión exterior; y de su posición estratégica en el centro del continente y, consiguientemente, de la facilidad para la exportación, sobre todo de energía, tanto hacia los miembros del MERCOSUR como de la Comunidad Andina de Naciones.

En este artículo se hará un breve repaso de cuáles son los intereses de las empresas transnacionales de capital mayoritariamente español en Bolivia y de algunas de sus oprobiosas actuaciones que, sin lugar a duda, han repercutido negativamente sobre el bienestar del pueblo boliviano.

Los apagones del sector eléctrico

Una de las primeras transnacionales españolas en llegar a Bolivia fue Unión Fenosa ACEX con su entrada en el sector del transporte eléctrico de alta tensión al comprar, junto a una empresa estadounidense, la empresa pública Transportadora de Electricidad (TDE) en 1997 por 39,9 millones de dólares a pesar de que TDE tenía entonces en el país activos fijos por valor de 124 millones de dólares.

De esa forma, y gracias a las presiones de las empresas privadas que entraron en los sectores de generación y distribución de electricidad, Unión Fenosa pudo adquirir el 69% del capital de TDE, mientras que el Banco Central Hispano compró otro 10%. Varios años después, en 2002, la participación de Unión Fenosa se había revalorizado a tal nivel que pudo venderla a otra transnacional española, Red Eléctrica Internacional, filial del Grupo Red Eléctrica de España, por 90 millones de euros, lo que la convierte en su principal accionista.

Lo sorprendent es que esa revalorización no se justificaba en ningún caso por el nivel de inversión realizado, con sólo 11 millones de dólares invertidos en todo el sector de transporte eléctrico hasta el año 2003. De hecho, es esa falta de inversión la razón que subyace tras los graves apagones que, en julio de 2003, dejaron sin electricidad a La Paz, El Alto, Cochabamba, Oruro, Sucre y Potosí y que, a pesar de que TDE lo calificó como una “simple falla”, pudo ser demostrada su responsabilidad y se le impuso una multa de 360.000 dólares. Una sanción que, en cualquier caso, no provocó los efectos deseados en términos de solución de los problemas por parte de la empresa porque los apagones volvieron a sucederse en esas mismas ciudades en septiembre de 2005.

Por otro lado, las transnacionales españolas también intervienen en el sector de distribución eléctrica al por menor con la presencia mayoritaria del Grupo Iberdrola en dos importantes empresas distribuidoras como son Electropaz -que suministra electricidad a La Paz- y Elfeo -lo hace a Oruro. Ambas compañías, cuyas participaciones fueron adquiridas por un monto de poco más de 65 millones de dólares a finales de 1995, surten actualmente de energía eléctrica, según consta en la memoria del grupo empresarial, a más de 400.000 bolivianos, lo que supone un 37% de la energía distribuida en el país y su facturación en 2005 fue de 65 millones de euros.

Lo que no consta en esa memoria es que la empresa Electropaz tuvo que devolver en 2005 más de 22,5 millones de bolivianos a diferentes municipios de la zona de La Paz por los importes cobrados en exceso en el consumo de electricidad para alumbrado público.

Y es que el dominio de estas y otras empresas transnacionales sobre el sector eléctrico en sus ramas de generación, transporte y distribución buscando la máxima rentabilidad obvia la consideración del acceso a la electricidad como un derecho esencial de todos los bolivianos. Y, así, se da la triste paradoja de que a pesar de que Bolivia cuenta con una capacidad de generación eléctrica de 1.371 millones de watts anuales, casi el doble de un pobre consumo máximo nacional que no supera los 750 millones, sin embargo, el país cuenta con el índice más bajo de Sudamérica de instalación eléctrica en los hogares: la cobertura nacional no llegaba en 2003 al 65% de la población, reduciéndose dramáticamente hasta un 28,3% en las áreas rurales.

Y todo ello en un contexto marcado por unas tarifas que, tras la privatización, fueron indexadas al dólar; en donde la mayor parte de los ingresos de las empresas posee una cláusula de mantenimiento del valor; y en donde se descartan proyectos de electrificación que no son rentables, a pesar de la existencia de demanda social al respecto.

Aeropuertos: cuando sólo interesa lo rentable

La intensidad del proceso privatizador llevó también a otorgar en concesión diferentes empresas de servicios que, por su naturaleza, no podían ser transferidas al sector privado por la vía de la capitalización.

De esa forma, buscando la presunta mayor eficiencia que la gestión privada pudiera aportar a la prestación de determinados servicios, en 1996 se otorgaron concesiones por 25 años para la administración de los servicios en tierra de los aeropuertos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz a la empresa estadounidense “Airport Group International” que, a su vez, creó un año más tarde SABSA (Servicios de Aeropuertos Bolivianos). Ambas empresas entraron a formar parte del Grupo TBI que, a su vez, gestiona ACDL cuyo capital es propiedad de dos transnacionales españolas, Abertis y AENA Internacional con el 90% y el 10% de dicho capital, respectivamente.
En este caso el problema radica en que el capital privado sólo pujó por la prestación de servicios en aquellos aeropuertos que ofrecían una cierta rentabilidad -los tres mencionados- dejando la gestión de los otros casi 50 aeropuertos medianos y pequeños del país a AASANA (Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea).

Esta situación tiene visos de revertirse porque el gobierno boliviano ha anunciado la revisión de esas concesiones y su voluntad de recuperar su gestión en aras a la integración de toda la estructura aeroportuaria en sus diferentes niveles si, tras una auditoría, las empresas concesionarias no realizaron las inversiones a las que en su momento se comprometieron.

El negocio de la educación

El grupo PRISA también tiene intereses en Bolivia en dos sectores de crucial importancia como son el educativo, a través del Grupo Editorial Santillana, y el de los medios de comunicación. En este segundo ámbito, PRISA es el principal accionista de la mayor cadena televisiva de Bolivia, ATB, y edita tres diarios: “La Razón”, en La Paz; “El Nuevo Día”, en Santa Cruz; y “Extra”.

El acceso de Santillana a su posición dominante en el sector de los libros de texto en Bolivia, tras ganar frente a otras editoriales nacionales, varias de las licitaciones internacionales realizadas en el marco del proceso de Reforma Educativa iniciado en Bolivia en 1994 no ha estado plagado de importantes claroscuros.

Y es que tres de esos procesos de licitación fueron adjudicados al grupo Santillana entre 1997 y 2000, durante el mandato del ministro de Educación, Tito Hoz de Vila.

Hasta aquí nada que cuestionar si no fuera porque, curiosamente, la hija de dicho ex-ministro, María Cristina Hoz de Vila, junto con la hija del ministro boliviano bajo cuyo mandato comenzó el proceso de reforma educativa, Enrique Ipiña Melgar, disfrutaron de una pasantía de un año para realizar prácticas en la sede del grupo Santillana en Madrid. Siendo, también curiosamente y según declaraba el propio Hoz de Vila, las dos únicas pasantes aceptadas en su momento en dicha empresa. Al finalizar la pasantía, la hija de éste fue contratada por Santillana y sigue desempeñando su trabajo en el departamento de Recursos Humanos de dicha empresa.

Junto a estas singulares coincidencias, existe otra vía por la que Santillana podría ver incrementada su presencia en Bolivia en un futuro próximo. Así,no deja de ser también curioso que en la primera visita a España de Evo Morales como Presidente electo, el presidente del gobierno español, Rodríguez Zapatero, le ofreciera canjear la deuda que España mantiene con Bolivia por un monto equivalente en proyectos de inversión en educación en aquel país; canje que se vehiculizaría a través de los denominados “créditos FAD” [1].

En este sentido, hay que advertir, ante todo, que estos créditos no dejan de seguir siendo un empréstito y, por lo tanto, deben ser reembolsados, es decir, no implican, en ningún caso, la condonación o perdón de la deuda. Pero, además, esos créditos constituyen un mecanismo indirecto de expansión comercial de las empresas españolas en los países beneficiarios dado que su concesión está indisolublemente vinculada a que el país beneficiario gaste su importe en la adquisición de material educativo ofertado por las empresas del país acreedor[2].

A partir de aquí, las conclusiones -a las que, por otra parte, no es muy difícil llegar- puede extraerlas cada cual de lo leído hasta el momento; sobre todo si se tiene en cuenta que en Bolivia hay tantas necesidades cuyo alivio también podía haber entrado en la oferta del presidente Zapatero. Y, además, cabe también la amplia posibilidad de que esas las conclusiones no se distancien demasiado de lo que ocurra finalmente si se recuerda el precedente que supuso la empresa Eductrade, del grupo PRISA y dedicada al campo del equipamiento de material educativo, en tiempos de los gobiernos de Felipe Gónzalez, cuando recibió miles de millones de pesetas en créditos FAD[3].

Ni al agua tienen derecho

La conversión del agua en un bien económico susceptible de apropiación privada y mercantilización pero, además, de decisiva influencia en la geopolítica del futuro han acrecentado el interés de las grandes corporaciones por acceder cuanto antes al control de los recursos hídricos de Bolivia. Ese interés obedece a que, por ejemplo, en 2001 la industria que proporciona servicios de agua alcanzó unos beneficios cercanos al billón de dólares, sensiblemente superiores a los de la industria farmacéutica y casi el 40% de los que se obtienen de la industria del petróleo y que, por su parte, Bolivia es el quinto del mundo en volumen de reservas de agua declaradas y protegidas, con importantísimos potenciales si se tienen en cuenta sus aguas subterráneas.

Así, a instancias del Banco Mundial y bajo su consideración de que la forma de aumentar la disponibilidad de agua es tratándola como un recurso más y no como un bien común cuyo acceso en las mejores condiciones posibles es un derecho humano esencial, se procedió a entregar la concesión para la distribución del agua potable de la ciudad de Cochabamba durante 40 años a la firma Aguas del Tunari en régimen de monopolio. El capital de esta empresa correspondía en un 80% a la empresa Bechtel y en algo menos del 20% a una empresa española del sector, Abengoa.

Las consecuencias sobre las tarifas fueron inmediatas: se incrementaron en algunos casos en un 200%; se ajustaron a la evolución del dólar y se transfirió hacia los usuarios los gastos de instalación de las conexiones[4]. Ese aumento golpeó duramente las economías domésticas de la zona que vieron como su factura de agua llegaba a suponer en torno al 22% de los menos de 100$ al mes que cobra un trabajador medio y provocó una revuelta popular, la denominada “guerra del agua”, que acabó con la rescisión de la concesión a Aguas del Tunari tras varios meses de lucha y un joven de 17 años muerto por un disparo de bala.

Al producirse la rescisión del contrato, Aguas del Tunari demandó al Estado una indemnización de 50 millones de dólares, que posteriormente redujo a la mitad y, ante la negativa del gobierno boliviano a satisfacerla, lo ha demandado ante los tribunales de arbitraje del Banco Mundial.
De esta forma ahora se produc la paradoja de que resulta que la institución que promovió la privatización del servicio, el Banco Mundial, es la que debe resolver el conflicto entre la empresa y el Estado.

Y también resulta muy revelador saber que la empresa en cuestión ha podido acudir a esa instancia de arbitraje internacional porque cambió su domicilio fiscal inicial en las Islas Caimán, esto es, uno de los principales paraísos fiscales del Caribe a Holanda. Este país sí tiene un acuerdo bilateral de protección de inversiones con Bolivia y, por lo tanto, permitía que la empresa pudiera acogerse al tribunal de arbitrajes del Banco Mundial tal y como efectivamente ha hecho.
La otra empresa con capital español también presente en el sector hidrológico en Bolivia es Aguas de Barcelona (Agbar). Esta empresa es propiedad del grupo francés Suez, que controla el 51% del capital de Agbar, y del grupo financiero catalán La Caixa.

El grupo Suez es la transnacional del agua dominante en América Latina en donde controla cientos de empresas relacionadas con la gestión del agua. En Bolivia, participan con una filial, Aguas de Illimani, a quien se le otorgó en 1997 la concesión de los servicios de agua potable y alcantarillado en las ciudades de La Paz y El Alto.

Desde ese momento, los vecinos han denunciado el constante deterioro de la calidad del servicio, la continua elevación de las facturas, la desidia en el mantenimiento de las instalaciones, el aumento de los costes de conexión y, sobre todo, el incumplimiento de sus compromisos de ampliación del servicio a los hogares pobres de El Alto como parte de la política pública estatal en materia de agua.

Ante este último incumplimiento, la argumentación que ofrecía la empresa era que esos consumidores no eran clientes rentables porque consumían muy poco dado que “acostumbrados a la vida campesina andina, eran extremadamente cuidadosos con el agua, sin desperdiciar nunca una gota y, así siguieron después de que se instalaron las llaves de agua en sus casas. Era bueno para conservar el recurso, pero malo para el saldo de Suez, y la compañía se sintió decepcionada por los rendimientos de la inversión”[5].

Todo ello generó que la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE) iniciara una serie de protestas sociales a partir de 2004 solicitando la revisión del contrato y, posteriormente, su expulsión. Las movilizaciones de enero de 2005, motivaron que el presidente boliviano, Carlos Mesa, acabara firmando un decreto de suspensión negociada del contrato. Sin embargo, las presiones de organizaciones internacionales -entre las que destacó las que realizó la agencia de cooperación técnica alemana GTZ- para que el agua fuera gestionada, en el peor de los casos, por una empresa mixta provocaron que Mesa incumpliera su compromiso. La resultante, junto a la defensa de Mesa del papel de las transnacionales del sector de hidrocarburos, fueron nuevas movilizaciones que determinaron la renuncia de Mesa. Su sucesor, Eduardo Rodríguez, solicitó una auditoría integral de la compañía que abarcara tanto el nivel de inversiones realizadas como la calidad del servicio que aún no ha concluido.

Con la llegada a la presidencia de Evo Morales, la situación parece haber dado un giro radical; síntoma inequívoco de que, hasta ese momento, la resolución del problema dependía de una voluntad política que había sido secuestrada por las empresas transnacionales del sector.
Y, así, Bolivia ha iniciado el proceso para retirar sus compromisos de servicios en materia de agua de los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio y ha exigido la retirada de todos los servicios de agua de dichos acuerdos. Pero, además, se ha iniciado el proceso para que Aguas de Illimani deje de administrar el servicio de agua potable en La Paz y El Alto y sea sustituida por una empresa pública en donde Estado y organizaciones sociales participen en la definición de las políticas del sector, la toma de decisiones y la fiscalización de la actividad.

La gestión privada de las pensiones

En cuanto al sistema financiero, en Bolivia está presente en estos momentos el grupo BBVA y, hasta hace unos meses, el BSCH. Este último vendió a finales de 2005 su participación en el Banco de Santa Cruz, uno de los mayores grupos financieros bolivianos y ha dejado de tener intereses en el país.

Por su parte, el grupo BBVA ha centrado su actividad en la gestión de los fondos de pensiones privados creados tras el proceso de desmantelamiento del sistema público de reparto que, tras varias reformas parciales, fue transformado con la Ley de Pensiones de noviembre de 1996 en un sistema de capitalización individual con administración privada.

En la actualidad, el grupo Previsión BBVA gestiona las pensiones de más del 54% de los afiliados al sistema de pensiones y, hasta hace apenas unos días, también gestionaba el Fondo de Capitalización Colectiva que es un fondo integrado por el 50% de las acciones de las empresas capitalizadas. Esas acciones se distribuyeron entre la población boliviana con mayoría de edad (21 años) a diciembre de 1995 y sus dividendos permite el pago de un beneficio social denominado Bono Solidaridad (BONOSOL) a todos los bolivianos beneficiarios una vez cumplieran los 65 años de edad. Lo cual no deja de ser una triste y cruel paradoja si se tiene en cuenta que, durante la primera mitad de la década de los noventa, la esperanza de vida al nacer de los bolivianos era de 58 y 53 años para mujeres y hombres, respectivamente[6].

En estos momentos, el gobierno de Evo Morales ha recuperado para el Estado boliviano la gestión de esas acciones.

El sangrante expolio del gas

En cualquier caso, la ominosa presencia de las transnacionales españolas en Bolivia tiene un nombre propio vinculado al sector de los hidrocarburos: Repsol-YPF[7].

La transnacional tiene presencia en el país desde 1995, cuando firmó un contrato de riesgo compartido con YPFB para la explotación del Bloque Securé. Le siguió la asociación con Pérez Companc, Petrobras y Pluspetrol -asociaciones, con estas dos últimas, que sigue manteniendo- para la explotación de nuevos bloques gasíferos. Posteriormente, con la adquisición de YPF a principios de 1999, también pasaba a poseer el 100% de Maxus Bolivia Inc.

Pero, la joya de la corona de Repsol-YPF en Bolivia es la compañía ANDINA S.A. Esta compañía fue creada con la capitalización de una de las dos unidades de producción de YPFB y adquirida inicialmente por tres empresas argentinas: YPF, Pluspetrol y Pérez Companc. En 2001, y tras la absorción de YPF, Repsol adquiriría sus participaciones a las otras dos compañías y pasaría a controlar el 50% del capital y su consejo de administración.

ANDINA es la empresa más importante de exploración y producción de hidrocarburos en Bolivia, alcanzando un 32% de la producción de petróleo y un 43% de la de gas natural del país, mayoritariamente exportado a Brasil. Sus reservas probadas de gas natural, a 31 de diciembre de 2005, son de 665,7 millones de barriles equivalentes de petróleo, explota un total de 22 bloques petroleros que abarcan un total de 4.973.511 hectáreas.

Pero, además, Repsol-YPF también está presente en el sector de la comercialización del gas licuado en el mercado interno a través de la empresa Repsol-YPF Gas de Bolivia SA, de la que controla el 51% de su capital. Esa empresa produce el 45% de la producción total de Gas Licuado de Petróleo (GLP) del país, con la que abastece el 40% del mercado doméstico de GLP envasado y el 60% de GLP a granel.

De lo anterior, cabe deducir intuitivamente que la presencia de Repsol-YPF en Bolivia es muy elevada, no sólo por su implantación en sectores claves para su economía y el bienestar de su pueblo –el de la producción de hidrocarburos, por un lado, y el de la comercialización de una de sus principales fuentes de energía doméstica, por otro- sino también por la magnitud de los recursos que controla.

Desde esa posición de predominio, Repsol-YPF podría haber optado por una estrategia de explotación de los recursos que hubiera repercutido directamente sobre el desarrollo del país y el bienestar de su población, legal y legítima propietaria de los recursos que constituyen la fuente del negocio de dicha compañía. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta y, avalada por el hecho incontestable de que el valor de capitalización bursátil de la compañía es equivalente al doble del PIB boliviano –lo que, a su entender, es ya de por sí un factor capaz de legitimar cualquier actuación- y de que los anteriores gobiernos de Bolivia han favorecido la explotación irrestricta de los recursos aún a costa de la destrucción del medio ambiente y en menoscabo de los modos de vida y de la propia supervivencia de los pueblos originarios, la compañía emprendió, desde su aparición en el país, una estrategia expoliadora que en nada desmerece la de nuestros insignes conquistadores del siglo XVI o la de sus herederos.

Las tropelías, desmanes y abusos de Repsol-YPF han afectado a diferentes ámbitos de la realidad física y social boliviana y se encuentran ampliamente documentadas en numerosos informes y publicaciones.

Sin ánimo de ser exhaustivos, dado lo limitado del espacio, pero con clara intención ejemplificadora, se exponen a continuación a algunas de las denuncias y consecuencias de las actuaciones de esta compañía en Bolivia.

Así, aprovechando que los estándares sociales y medioambientales bolivianos se encuentran por debajo de los reconocidos internacionalmente –producto, por otra parte, de la presión a la que se han visto sometidos sus gobiernos por las mismas transnacionales cuya actividad debía ser objeto de regulación-, Repsol-YPF ha podido explotar bloques gasíferos en territorios indígenas (las denominadas Tierras Comunitarias de Origen en 17 de las cuales posee explotaciones) y en espacios que, necesariamente, deberían encontrarse protegidos por su inestimable riqueza ecológica[8].

La actividad que Repsol-YPF tiene en esos territorios atenta contra los derechos humanos y colectivos de los pueblos originarios que han habitado milenariamente esas zonas y está causando un impacto cultural devastador, imponiendo su lógica cultural y afectando a las tradiciones ancestrales de esos pueblos. Un comportamiento que puede calificarse casi de etnocidio. Pero, además, vulnera la legislación boliviana sobre cuál debe ser su comportamiento en tales territorios; no respeta su obligación de consulta a dichos pueblos sobre las tareas de exploración y explotación que realiza en ellos (protegida por Convenios de la Organización Internacional del Trabajo); e incumple la obligatoriedad de realizar análisis de impacto medioambiental y, cuando los efectúa, desatiende los compromisos adquiridos en los mismos, siendo múltiples las denuncias de contaminación de ríos, bosques y cultivos o la tala masiva de árboles[9].

Todo ello se combina con un desprecio similar hacia las instituciones públicas bolivianas si bien muchas de sus actuaciones han pasado a ser objeto de investigación judicial.

Así, Repsol-YPF enfrenta acusaciones por falsedad contable y fraude tras registrar en la Bolsa de Nueva York como propias el total de las reservas de gas que explota en el país –esto es, casi el 30% de las reservas totales de gas boliviano- sin que mediara ningún contrato de venta del gas o existiera un mercado asegurado para el mismo. Una decisión que tomó aun sabiendo que el art. 139 de la Constitución Boliviana atribuye taxativamente la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos al Estado y que la legislación boliviana sólo permite la inscripción como propia de las reservas cuando media un contrato de venta del gas o existe ya un mercado asegurado. Esa denuncia provocó que la empresa tuviera que reajustar sus reservas mundiales en más de un 25%, de las cuales un 52% del ajuste correspondía a las reservas declaradas en Bolivia, con el consiguiente reajuste en su cotización bursátil (cercana al 8%). Pero, además, que un grupo de accionistas que compraron sus acciones entre el 28 de julio de 2005 y el 27 de enero de 2006, cuando presuntamente realizaron esa inscripción, presentara una demanda en Nueva York contra la compañía por ocultar información adversa sobre sus actividades en Bolivia.

A ello se le suma el que la Aduana Nacional de Bolivia también demandara a la emprea por un presunto delito de contrabando de más de 230 mil barriles crudo cuyo valor superaría los 9 millones de dólares hacia Chile y Argentina[10]. De hecho, el presidente de la compañía, Antoni Brufau, llegó incluso a reconocer que se habían cometido algunos “errores” en la exportación de esos barriles. Un bonito eufemismo para ocultar lo que siempre se ha denominado como contrabando.

Pero no todo ha sido moverse en el delicado ámbito de la presunta ilegalidad, Repsol-YPF también ha utilizado todos los mecanismos que le confería la debilidad del Estado boliviano en el marco de globalización de las operaciones transnacionales para realizar determinadas actividades más que reprobables.

Y, así, no deja de sorprender que en abril de 2004, el gobierno de Carlos Mesa firmara un convenio de aumento del volumen de exportación de gas hacia Argentina a un precio “solidario” (0,98$/Millones de pies cuadrados) porque, presuntamente, el país vecino sufría de desabastecimiento. Un débil argumento para reclamar una reducción del precio si se tiene en cuenta que Argentina es la tercera reserva gasífera de la región y posee un volumen de producción efectiva superior al de Bolivia.

Ese acuerdo que, en principio, revestía la forma de una transacción entre Estados encubría una vía para que las filiales de Repsol-YPF y Petrobras en Bolivia pudieran transferir a muy bajo costo un mayor volumen de sus reservas de gas boliviano a un precio muy reducido a sus filiales en Argentina. Allí, el destino del gas era doble. Por un lado, un mercado nacional mucho más grande y con mayor capacidad adquisitiva; de tal suerte, el gas que se transfería a 0,98$/Mpc se vendía al consumidor argentino a 7,55$/Mpc. Y, por otro lado, impedir que se interrumpieran las exportaciones de gas hacia el mercado chileno, altamente dependiente de dicho recurso energético.

La resultante era, como no es difícil deducir, un negocio altamente lucrativo para las transnacionales que expoliaban a precios irrisorios el gas boliviano para venderlo a terceros países a precios internacionales. Y, por otro lado, una reducción del valor de las exportaciones con lo que Bolivia, no sólo dejaba de ingresar por el menor precio de venta, sino también por el menor volumen de la recaudación impositiva fijada sobre dicho valor.

Pero, además, también constituye una absoluta aberración que el gas que se comercializa a nivel interno se cotice según los estándares internacionales y deba ser pagado a los mismos precios que si en el país no hubiera un solo yacimiento de hidrocarburos.

En este caso, las consecuencias nuevamente recaen sobre el fisco boliviano que tiene que subvencionar un precio más bajo para los consumidores permitiendo que las empresas petroleras disminuyan sus pagos a las arcas públicas y, por lo tanto, desviando esos fondos de otros usos alternativos que podrían contribuir en mayor medida a paliar la situación de miseria en la que vive la mayor parte de la población.

Y todo ello en un país donde las empresas petroleras tienen los costes de producción más bajos del mundo; no tuvieron que pagar por las empresas que adquirieron sino que bastó, simplemente, con unos compromisos de inversión que en numerosos casos no han satisfecho; venían pagando impuestos casi simbólicos, los más bajos de todo el continente; y venden su producción en los mercados interno e internacionales a los precios de este último.

En definitiva, un negocio redondo para Repsol-YPF en Bolivia sobre el que hay pocas cifras, gracias a la ímproba tarea de la compañía por ocultar sus estados financieros, pero sobre el que sus directivos, cuando se reúnen con sus colegas de gremio, no pueden dejar de pavonearse[11].

En cualquier caso, parece que ahora, por fin, las cosas están cambiando en Bolivia gracias a la decidida estrategia de nacionalización de los hidrocarburos emprendida por el nuevo gobierno y cuyos detalles escapan a la intención de este artículo.

Conclusión

A modo de sintética conclusión general y tras esta revisión de cuál ha sido el comportamiento de las empresas transnacionales de capital mayoritariamente español en Bolivia, no es de extrañar que desde aquel país se siga reivindicando el resarcimiento por los siglos de colonización que vivió bajo el yugo del imperio español.

Para ellos, durante los últimos años, sólo han cambiado los actores –ahora más difusos en cuanto a nacionalidad, pero fácilmente identificables y asimilables en cuanto a rapacidad-, porque las dinámicas siguen siendo las mismas y los resultados, la miseria más atroz para la mayor parte de la población, casi idénticos.


Alberto Montero Soler (amontero@uma.es) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y colaborador habitual de Rebelión.


NOTAS

[1] Una propuesta sobre la que, por otra parte, viene insistiendo el actual gobierno español en cuantas oportunidades se le presentan. De hecho, ha alcanzado acuerdos al respecto con Argentina, por valor de 60 millones de euros, y Brasil.
[2] De hecho, España es el país de la OCDE que mayor porcentaje de su ayuda al desarrollo vincula, a través de estos créditos, a los intereses comerciales de sus empresas.
[3] Fue singularmente llamativa la operación que concedió a Eductrade tres contratos por importe de cerca de 2.000 millones de pesetas en el marco de un proyecto de cooperación con el ministerio de Educación chileno para la venta de materiales educativos. La prensa chilena reveló, años más tarde, que el material escolar adquirido a Eductrasa con cargo a créditos FAD había sido adquirido un 70% de lo que hubiera costado a precios de mercado.
[4] Hall y Lobina (2002)
[5] Hall y Lobina (2002).
[6] Un análisis más detallado en Montero (2006).
[7] Para un análisis exhaustivo de la actividad de REPSOL-YPF en Bolivia es imprescindible el libro de Gavaldá (2003).
[8] Sirva como ejemplo el que Medicos Mundi realizó análisis de muestras de agua en dos explotaciones petroleras de Repsol-YPF sin que en ninguna de ellas se alcanzaran los límites mínimos de potabilidad exigidos por la normativa española y europea. Sin embargo, según la normativa boliviana, el 70% de esas muestras se consideran aptas para su consumo y esta legislación la que Repsol-YPF aplica en sus campos. Un resumen detallado de los efectos que la extracción de hidrocarburos tiene sobre la salud de las comunidades vecinas puede encontrarse en el estudio de Intermon-Oxfam (2004).
[9] “Impactos ambientales, sociales y culturales de Repsol YPF en territorios indígenas de Bolivia”, Monitoreo Indígena Independiente - Asamblea del Pueblo Guaraní. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=28625
[10] Puede encontrarse más información al respecto en Montero (2006).
[11] No otro puede ser el sentido de las palabras de Roberto Mallea, uno de sus ejecutivos, en el III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Gas y Electricidad cuando afirmaba, sin ningún pudor, que “la rentabilidad en la industria del gas en Bolivia es sumamente alta; por cada dólar invertido, la empresa petrolera gana 10 dólares. En el sector hidrocarburífero, la rentabilidad es buena cuando es tres a uno, qué decir entonces de una rentabilidad de 10 a uno dentro de la industria petrolera que se da en Bolivia”. Intermon-Oxfam (2004, p.27).



BIBLIOGRAFÍA

Hall, D. y Lobina, E. (2002): Privatización del agua en América Latina, 2002. www.psiru.org.
Gavaldá, M. (2003): La recolonización. Repsol en América Latina: invasión y resistencias. Icaria Editorial. Barcelona.
Intermon-Oxfam (2004): Repsol-YPF en Bolivia: una isla de prosperidad en medio de la pobreza. www.intermonoxfam.org.
Montero Soler, A. (2006): Pero ¿pensaban que Evo Morales no iba en serio?, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=31588.
Montero Soler, A. (2006): Un trío incómodo: Repsol, el gobierno español y la democracia en Bolivia, en
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=28416
Poupeau, F. (2002): “Abusos de Aguas del Illimani”, http://www.voltairenet.org/article120518.html

22 julio, 2006

 

"No se alcanza el cielo en un día"

Ignacio Ramonet entrevista a Fidel Castro


Buenos Aires, 20 de julio (ANC-UTPBA).- La Agencia Nacional de Comunicación reproduce hoy parte de la entrevista realizada al presidente de Cuba, Fidel Castro, por uno de los impulsores del Foro Social Mundial, el sociólogo y periodista Ignacio Ramonet, quien es el autor del libro Fidel Castro, biografía a dos voces.

Nuestra agencia editará en sus próximos despachos las ideas principales que el primer mandatario Cubano expresó, en un extenso reportaje, donde opinó sobre el mundo, su destino, los cambios sociales, las revoluciones, el terrorismo, la globalización, el Che Guevara, Cuba ahora y después de Fidel, la prensa, el ALCA, Bush y las guerras contemporáneas, entre otros temas.


Primer resumen

-Ahora Estados Unidos propone como solución el ALCA, el Área de Libre Comercio de las Américas. ¿Qué piensa usted del ALCA?

-Que le puedo decir, un desastre. Pero un desastre que se va a poder evitar. Porque fuimos testigos de la colosal batalla librada allá en Mar del Plata, los días 4 y 5 de noviembre de 2005, con ocasión de la llamada Cumbre de las Américas. Hubo una grandiosa batalla contra el ALCA, bueno hubo dos, una en la calle y el estadio, y otra en el recinto donde estaban reunidos los jefes de Estado. Participó toda una fuerza revolucionaria cubana de primerísimo clase, con Abel (Prieto, ministro de Cultura de Cuba) al frente, y también estaban Diego Maradona y Adolfo Pérez Esquivel, el premio Nobel de la Paz, y muchos intelectuales y personalidades prestigiosas en aquella marcha gloriosa de de decenas de miles de ciudadanos del mundo y fundamentalmente argentinos, a los que el emperador (George W. Bush) ofendió llevando un ejército de escoltas y empleando miles de agentes de custodia.

Nadie se iba a meter físicamente con él. Si precisamente lo que él deseaba era que le tiraran un huevo podrido. No, él no merece tan "altos honores", de ninguna forma. Fue una manifestación pacífica, ni un hollejo lanzarían, y al movilizar bajo aquella fría llovizna a tanta gente, marchar durante horas hacia el estadio y construir allí una enorme maza en ese estadio, le dieron una lección inolvidable al imperio, porque le demostraron que son personas, son pueblos que saben lo que hacen y quien sabe lo que hace marcha hacia la victoria, es absolutamente seguro. Y los que no saben lo que hacen son aplastados por los pueblos.

En Mar del Plata el nefasto proyecto del ALCA salió definitivamente derrotado. El ALCA es abrir todas las fronteras de países que tienen un nivel muy bajo de desarrollo técnico a los productos de aquellos que tienen los más elevados niveles tecnológicos y de productividad, de aquellos que fabrican aviones del último modelo, de aquellos que dominan las comunicaciones mundiales, de aquellos que quieren obtener de nosotros tres cosas: materia prima, fuerza de trabajo barata y, además, clientes, mercados. El ALCA sería un tremendo desastre para nuestros países. Una nueva forma de colonización despiadada.

-¿Piensa usted que eso puede aumentar la dependencia de América Latina con respecto a Estados Unidos?

-Mire, si América Latina fuese devorada por el imperio; si nos tragan, como la ballena aquella que se tragó al profeta Jonás, no puede digerirla. Tendría que expulsarla un día, nacería otra vez en nuestro hemisferio. Pero no creo que sea fácil de tragar y tengo esperanzas de que no pueda ser devorada. Los acontecimientos en los últimos años lo van demostrando: no se puede gobernar el mundo de seis mil cuatrocientos millones de habitantes, ni este hemisferio, con un soldado y una bayoneta en cada escuela, en cada casa, en cada parque, en cada organización no gubernamental. Es imposible, porque se multiplican hasta el infinito. En eso tengo la convicción, e incluso soy optimista, creo que los pueblos se librarán.

Siempre digo que hay que contar con los propios norteamericanos, con los intelectuales norteamericanos y canadienses, y con el pueblo norteamericano. Ese pueblo puede ser engañado, pero cuando conoce la verdad, como en el caso del niño Elián, apoyó la causa en más de un 80 por ciento. Ese pueblo hoy se opone al bloqueo de Cuba. Ese pueblo , en número creciente, se opone a la doctrina de la guerra sorpresiva, interventiva, a pesar de que recibió un golpe artero y terrible con el ataque terrorista de Nueva Cork el 11 de septiembre de 2001. Hay que contar con él.

También hay que contar con los intelectuales europeos, porque ustedes han estado haciendo enormes esfuerzos por crear una conciencia.

Además hay ahora una serie de gobiernos, en Venezuela, en Brasil, en Argentina, en Uruguay, en Bolivia, y en otros países, donde se están aplicando medidas progresistas. ¿Cómo ve usted lo que está haciendo Lula en Brasil, por ejemplo?

Obviamente yo veo las reformas que están haciendo Lula con la mayor simpatía. Él no cuenta con una mayoría suficiente en el Parlamento; ha tenido que apoyarse en otras fuerzas, hasta conservadoras, para hacer avanzar algunas reformas. Los medios de comunicación han dado gran publicidad a un escándalo de corrupción de parlamentarios. Pero no han podido implicarlo a él. Lula es un dirigente popular. Lo conozco desde hace muchos años, hemos seguido su itinerario, hemos conversado mucho con él, un hombre de convicciones, inteligente, patriota, progresista, de origen muy humilde y que no se olvida de sus orígenes, del pueblo que siempre lo apoyo.

Y creo que todo el mundo lo ve así. Porque no se trata de hacer una revolución, se trata de ganar un desafío: hacer desaparecer el hambre. Puede lograrlo. Se trata de hacer desaparecer el analfabetismo. También puede conseguirlo. Se trata de darles tierra a los sin tierra. Y también puede hacerlo. Y creo que todos debemos apoyarlo.

-¿Teme usted que pueda haber una invasión o una "guerra preventiva" contra Cuba?

-Si el presidente Bush decidiera invadir Cuba, habría una guerra terrible. Ellos tendría que enfrentar a toda nuestra población organizada y armada, una resistencia popular interminable. A nosotros, esa invasión nos costaría mucho, pero para invadir Cuba y mantener la ocupación del país, calculamos que sería necesarios millones de soldados. En Irak, ellos tienen unos ciento cincuenta mil hombres y ya ve, controlan muy poca cosa. Si usted analiza la correlación de fuerzas que existía cuando nos enfrentamos a Batista -ochenta mil hombres contra tres mil- constata que ellos representaban más de veinticinco veces nuestras fuerzas. Por eso le digo que tendrían que invadirnos y ocupar la isla con millones de soldados. Que no tienen.

Nosotros poseemos medios para hacerle la vida muy dura a un invasor. Además del ejercito regular y de las reservas, disponemos de milicias de tropas territoriales. Millones de personas, hombres y mujeres, dispuestos todos a luchar sin tregua en defensa de la patria. Calculando que el ejército yanqui, para liquidar este país, tuviese que emplear dos militares por cada combatiente nuestro, ellos necesitarían una fuerza de no menos de cinco millones de soldados. Y sufrirían muchas bajas, se lo aseguro. Nosotros les podemos garantizar que aquí están reunidas todas las condiciones para que Cuba se transforme, para ellos, en un infierno, una trampa mortal.

Ellos lo saben, porque entrarían en una lucha de hombre contra hombre, no de divisiones mecanizadas contra divisiones mecanizadas, o de fuerza aérea contra fuerza aérea, o de armada contra armada.

En una guerra convencional, ellos tendrían muchas ventajas. Pero en una guerra de resistencia popular, organizada en todo el país, donde no habría ni frente ni retaguardia, toda su tecnología se reduciría a nada. Mire lo que está pasando en Chechenia o en Irak. ¿De qué les sirve a los rusos o a los norteamericanos su superioridad en armamento pesado y sofisticado? Cualquier hombre o cualquier mujer de Cuba prefiere la muerte a vivir bajo la bota de los Estados Unidos.

21 julio, 2006

 

Yo, Hugo y George

Por Cindy Sheehan
(Traducción: Vanessa Balleza)

Cuando era una niña en Bellflower, California, a pesar de mi gran imaginación, jamás pensé que mi vida podría tomar el rumbo tan peculiar que hoy tiene. No pude prever que daría a luz un niño que posteriormente moriría de manera terrible en una guerra o que podría reunirme con líderes mundiales o ser nominada para el premio Nóbel de la Paz.

Junto con el Vicepresidente de España, el Primer Ministro de Irlanda, el Fiscal General de Australia e incontables parlamentarios de diferentes partes del mundo, uno de los líderes con el que me he reunido y he pasado una buena cantidad de tiempo en mis viajes es el presidente Hugo Chávez de Venezuela. Debido a la propaganda de los medios y la ignorancia de muchos de mis conciudadanos americanos, he sido duramente criticada por mi visita. Yo quisiera recordarles a mis vecinos de todo el país, que nosotros tenemos relaciones diplomáticas con Venezuela y que no estamos en guerra contra ese país.

En una reciente aparición que hice en MSNBC's Hardball invitada por la anfitriona Norah O' Donnell, ella me introdujo como alguien que había sido fotografiada con el “dictador” Hugo Chávez. Después de la introducción y un subsiguiente corte muy breve. Yo la miré y le dije: “usted sabe que el Presidente Chávez no es un dictador. Él ha sido elegido democráticamente Presidente 8 veces”.

A esto ella contestó “nosotros tuvimos una gran discusión acerca de esto y decidimos que él gobierna igual que un dictador”. Esa afirmación realmente me conmocionó y más aún, me irritó, porque yo no creo que MSNBC y Norah O Donnell deban perpetuar el mito de que el presidente Chávez es un dictador y engañar y desinformar a su televidentes, porque contrario a los hechos “ellos decidieron el gobernaba como un dictador”.

“Entonces usted debe llamar dictador a George Bush”. Así le dije justo antes de que dieran la señal de que la entrevista iba a comenzar.

Durante el segmento que Nora denominó entrevista y cuyo mejor término sería “ataque” (yo le di a ella un abrazo después del ataque: me pareció que ella realmente necesitaba uno) volvimos sobre el tema de Hugo Chávez y yo terminé admitiendo que yo lo consideraba como un líder más que a George Bush. Desde que hice ese sincero reconocimiento, el cual proviene de la experiencia y la investigación, mi vida ha sido amenazada varias veces y las cartas de odio al sito Web GSFP han incrementado de manera dramática. (Nota de traducción: GSFP significa: Gold Star Families for Peace, es una organización de las familias que han perdido sus hijos en la guerra de Irak y han creado un sitio Web cuya dirección es: http://www.gsfp.org/index.php).

Existen muchas piezas muy brillantes escritas desde un punto de vista académico defendiendo la administración del presidente Chávez y tratan de educar a nuestras corporaciones privadas de medios y a la ciudadanía engañada acerca de las políticas, la economía y la sociedad civil de Venezuela. El más reciente y notable es un artículo del Jeff Cohen titulado “Ve a Venezuela, indiota” ("Go to Venezuela, You Idiot). Así que, en vez de escribir un artículo académico, me gustaría presentar algunas observaciones personales sobre los regímenes de George Bush y Hugo Chávez.

Primero que todo y la más importante es que hasta donde puedo recordar, Hugo no ha invadido ningún país ni mucho menos ha declarado guerras basadas en mentiras. George lo ha hecho. En realidad, en vez de usar la “diplomacia del vaquero” y la retórica de la provocación, el presidente Chávez ha utilizado hábilmente los recursos de su país como una herramienta diplomática para hacer amigos y forzar un buen comportamiento de otros países. George usa a nuestros niños en las Fuerzas Armadas en su vía represiva contra otros países, crea enemigos de los EEUU y deja muerte y destrucción dondequiera que él va.

En segundo lugar, Hugo es un efectivo orador quien puede dar una conferencia sobre un tópico por horas (¡créanme!). Él es inteligente, agradable, tiene un gran sentido del humor, y se toma el tiempo necesario para conocer a la gente a un nivel humano. (El no me llamó “Mom”, ni una sola vez durante el tiempo que estuve con él –a diferencia de George). Yo estuve con él tres veces en Venezuela y cada vez él dio largos discursos acerca de historia americana (Norte y Sur) sin ni siquiera una nota: enlazando nuestra historia con el presente de muchas maneras muy significativas. Por su parte, George Bush apenas puede hablar leyendo desde un “teleprompter” y parece un a “deer caught in headlights” cuando tiene que hablar "off the cuff” o responder una pregunta para la cual no está bien preparado. “He thinks that people want to put food on their families and if he doesn't know a word, he can just make one up.”

La señora O' Donnell llamó dictador al Presidente Chávez y yo apuesto a que ella no sabía que nuestra CIA orquestó un golpe de estado contra el Presidente Chávez en el año 2002 y que en el último referendo electoral que Chávez aceptó realizar en 2004, él fue reconfirmado como Presidente con el 60% de los votos lo cual fue certificado por una comisión de elecciones internacional encabezada por "left-wing nutcase," Jimmy Carter. George Bush obtuvo su cargo en dos elecciones fuertemente contaminadas que más bien deberían llamarse golpes. Robarse dos elecciones y actuar como si tuviera un mandato para destruir el mundo; sortear el Congreso cada vez con declaraciones juradas, y no informales a ellos los asuntos; intervenir las líneas telefónicas de los norteamericanos sin ninguna orden; leer nuestros correos electrónicos y mirar nuestras transacciones bancarias sin orden alguna; detener y torturar ilegalmente a las personas; insistir en mantenerse en Irak donde están matando a más personas inocentes por mes que todos los muertos ocurridos en nuestro país el 9/11; autorizar que se filtren los nombres de agentes encubiertos, vender nuestra democracia al mejor postor tal como Jack Abramoff; designar a John Bolton a la ONU durante un receso parlamentario a sabiendas de que en proceso normal de confirmación fallaría; permitir a los neoconservadores controlar la política internacional en detrimento de nuestra nación; etc., etc. --Yo le pregunto a Norah O' Donnell y a MSNBC ¿quién es el dictador aquí? ¿George o Hugo?

Los medios son mucho más libres en Venezuela que aquí en los EEUU. Estaciones tras estaciones son hostiles al gobierno de Chávez y están permanentemente llamando abiertamente a su derrocamiento todo el tiempo. Nuestras corporaciones privadas de medios o están muy mal informados acerca de los asuntos mundiales y así nos mantienen mal informados a nosotros, o ellos son herramientas cómplices de la propaganda de esta administración.

Si por alguna razón se le ocurriera a un periódico como el NY Times, reportar verazmente que BushCo hizo algo ilegal, entonces será acusado de estar haciendo algo incorrecto. Por el contrario, nosotros tenemos animadoras en el mismo periódico tal como Judith Miller quien conspiró con Scooter Libby para sacar a la agente Valerie Plame de la CIA. Yo amaría ver un segmento donde MSNBC muestre invitados para traer a la discusión esos asuntos y otros tales como el secuestro de nuestra democracia y/o las mentiras de George y la guerra del terror.

Una de las razones por las cuales el Presidente Chávez es demonizado y amenazado por BushCo es que el ha obligado a las compañías norteamericanas que operan en su país, a pagar los impuestos justos y a hacer negocios de manera apropiada en Venezuela. Hugo se resiste al colonialismo corporativo que ha caracterizado las relaciones de fuerza de los EEUU con América del Sur, desde que EEUU se hizo nación. Y algo que todos sabemos o deberíamos saber es que BushCo tiene deberes y es especialmente servil con las corporaciones.

Hugo Chávez también desea que finalmente se realice la Visión de Simón Bolívar de una América del Sur unida lo cual ,los haría más fuertes para vivir en paz con los EEUU y mantener una postura solidaria en contra de las ingerencias de nuestros regimenes en sus asuntos. Los norteamericanos deberían conocer la despreciable historia de interferencias de los EEUU en América del Sur antes de tirarle piedras a la gente que desea tener países completamente autónomos sin control algunos sobre sus propios recursos naturales.

Hugo también está haciendo algo que George jamás pensaría hacer: él está tomado de los ricos para ayudar a la gente pobre. En Venezuela el alfabetismo es casi del 100% y los programas sociales en educación y salud han mejorado dramáticamente desde que él llegó a la Presidencia y aunque las tasas de pobreza aun se mantiene altas, se han hecho grandes progresos.

George es un Robin Hood al revés e incluso roba el futuro de nuestros nietos para seguir enriqueciendo a los ya obscenamente ricos del presente. Yo preferiría vivir bajo el mandato de un Presidente como Hugo quien trata de mejorar las condiciones de vida de la gente en su país y no con alguien como George quien está demoliendo nuestras estructuras sociales y haciendo más pobres a los pobres.

Yo admitiré haber dicho que preferiría tener al presidente Chávez y no al presidente Bush, pero yo no diré que prefiero vivir en Venezuela. Yo soy una norteamericana y amo a mi país, el cual creo con toda claridad que actualmente ha perdido su curso. También creo que mi país puede hacerlo mejor y estoy dispuesta a luchar para realizar una visión de Norteamérica donde los ricos compartan con los pobres, alcancemos un 100% de alfabetismo y se construyan escuelas, centros de cuidado diario, parques y clínicas en vez de prisiones y complejos industriales militares y de guerra.

Mientras el mundo parece romperse por todas su costuras, es importante para nuestro público, que las corporaciones privadas de los medios, "get their facts straight” y reporten las noticias verazmente y con integridad en vez de ser instrumentos para la guerra y la avaricia (Nota de traducción: o la avidez de poder). Miles de personas están muriendo mientras los medios llevan a cabo vendettas por Karl Rove.

Sí, yo preferiría al Presidente Chávez en vez del Presidente Bush. Pero sinceramente, yo preferiría tener a un incontable número de personas como presidente que a George Bush. Geoge Bush es un criminal que está fuera de control, que requiere ser impugnado por sus mentiras, removido de la presidencia por sus transgresiones y hecho prisionero por sus crímenes en contra de la humanidad.

George nunca debió haber sido Presidente en primer lugar y ya ha sido presidente de mi país por mucho tiempo.

Sábado, July 15th, 2006

* * *

Cindy Sheehan es la madre de Spc. Casey Austin Sheehan quien murió en la
guerra de Irak el 04-04-04. Ella es cofundadora y Presidenta de Gold Star
Families for Peace: Not One More Mother's Child and Dear President Bush.

20 julio, 2006

 

¿El tercer frente?

Por Juan Gelman
Página 12, Bs. As., 20 de Julio de 2006.

¿Se está abriendo en Líbano el tercer frente de la llamada “lucha antiterrorista” que se desarrolla ya en Irak y Afganistán? Todo empezó el 12 de julio, cuando Hezbolá incursionó en territorio israelí, capturó a dos soldados y mató a ocho de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Las consecuencias están a la vista: Israel desató una represalia desmesurada por aire, mar y tierra, y Hezbolá lanzó centenares de Katiushas sobre ciudades israelíes. Unos 250 libaneses, en su mayoría civiles, y 25 israelíes, 13 de ellos civiles, conformaron el balance letal hasta el miércoles pasado. Estas cifras sólo sirven para medir la relación entre las potencias de fuego de cada parte: una vida humana es igual a otra en cualquier parte del mundo, mal que le pese al ex virrey de Irak y actual embajador norteamericano ante la ONU, John Bolton. No tuvo empacho en decir que “sería un error adjudicar equivalencia moral a los civiles que mueren por actos terroristas aviesos” con los civiles libaneses –y palestinos– que caen bajo el fuego israelí (AFP, 17-7-06). Hitler no pensaba distinto: proclamó que los judíos eran una raza inferior.
Israel ha comenzado una guerra no declarada contra el Líbano. Las FDI no sólo persiguen a Hezbolá: bombardean bases militares, puentes, caminos, el aeropuerto internacional, centrales eléctricas, estaciones de servicio, depósitos de combustible, refinerías de petróleo y otras instalaciones de la infraestructura libanesa. Tampoco limitan sus ataques a los barrios árabes de Beirut, donde se ocultarían los militantes de Hezbolá: el miércoles, por primera vez, los sufrió un barrio cristiano del este de la ciudad. Parece demasiado para sustentar la exigencia de que los dos soldados israelíes sean puestos en libertad, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, demanda –objetivo imposible por la fragilidad del gobierno libanés– el cumplimiento de la resolución 1559 (2004) del Consejo de Seguridad de la ONU, que establece en su punto 3 “la disolución y el desarme de todas las milicias, libanesas y no libanesas”. Evidentemente no recuerda el punto 1 de la resolución: el Consejo “reafirma su llamado al estricto respeto de la soberanía, la integridad territorial, la unidad y la independencia política del Líbano bajo la única y exclusiva autoridad del gobierno del Líbano en todo el Líbano”. Hezbolá ha violado la soberanía israelí y el gobierno de Israel ha violado la del Líbano. Los extremos se tocan y no sólo eso: además se necesitan.
“La incursión de Hezbolá, la captura de dos soldados israelíes y la muerte de otros ocho han proporcionado una ‘ocasión excepcional’ para ‘la convergencia de intereses’ de Israel, de algunos regímenes árabes e incluso de quienes en el Líbano quieren terminar con el último ejército particular del país, manifestó el alto funcionario (de EE.UU.), quien conservó su anonimato en razón del conflicto en curso”, informó The Washington Post en un artículo titulado “Se estima que los ataques (israelíes) son parte de una estrategia más amplia” (16-7-06). Consiste, señala, en “estrangular el eje Hezbolá, Hamas, Siria e Irán, que el gobierno Bush considera que está aunando recursos para cambiar el escenario estratégico en Medio Oriente”. Argumento proyectivo: es la Casa Blanca la que quiere imponer por las armas el cambio del escenario estratégico en Medio Oriente para garantizar por décadas el insumo energético que su industria quema.
Los “halcones-gallina” de Washington ya están calificando al Líbano como “componente de la cuarta guerra mundial” (la tercera fue la fría) y –parece mentira– se quejan de las presuntas “timidez y confusión” con que Bush encara los retos de Irán y Corea del Norte, entre otros: “Creen que la percepción de que el gobierno es débil envalentona a Siria y a Irán y a los radicales de Hezbolá que patrocinan en Líbano” (The Washington Post, 19-7-06). Por supuesto, llaman a la agresión ya mismo y aplauden la desproporcionada respuesta israelí. El ex representante republicano Newt Gingrich declara que negociar con Irán y Corea del Norte es “una fantasía jurídico-diplomática” y pregunta si el próximo paso de Condoleezza Rice –representante de los conservadores “realistas”– será “ir a un baile con Kim Jong II”, el autócrata norcoreano. Gingrich prefiere bailar con la muerte. La ajena.
Es doloroso. El miércoles 19, inicio de la segunda semana de enfrentamientos en el Líbano, 70 cohetes de Hezbolá cayeron en varias ciudades de Israel y uno segó la vida de dos hermanos de 3 y 9 años de edad en Nazaret. El mismo día, la aviación israelí cesó la de 55 civiles libaneses y un militante de Hezbolá. Los habitantes de Beirut abandonan la ciudad o se refugian en escuelas, mezquitas, iglesias, Haifa ofrece “un “panorama de muerte y destrucción” (The New York Times, 16-7-06) y sus habitantes se ven obligados a pasar gran parte del día en los bunkers colectivos o en los que construyeron en sus casas. El mismo miércoles, las FDI mataron más palestinos en Gaza y la Ribera Occidental (AP, 19-7-06) –suman 112 desde el 28 de junio– en respuesta igualmente excesiva por la captura de un soldado israelí que llevó a cabo Hamas. Los habitantes de los territorios palestinos ocupados no tienen bunkers en sus casas. Muchos, ni siquiera casas: las derribaron los bulldozers de las FDI.

16 julio, 2006

 

Las vergüenzas de un escritor

Por Juan Gelman

Dijo que el operativo de las fuerzas armadas israelíes en Gaza “está fuera de toda proporción” y que “lo avergüenza ser amigo de Israel”. Estas palabras no provienen de algún “judío que se odia a sí mismo”, como Tel Aviv y sus lobbies de Occidente califican a todo judío de la diáspora –o no– que rechaza sus políticas de colonización y agresión al pueblo palestino. Pertenecen a Mario Vargas Llosa, quien no entra en esa categoría por razones obvias: no es judío ni se odia a sí mismo. El gran novelista las formuló en una entrevista al diario israelí Haaretz (www.haaretz.com, 9-7-06): “Israel –agregó– se ha convertido en un país poderoso y arrogante y cabe a los amigos ser muy críticos de sus políticas”. Qué habrá pensado en materia de proporciones el Premio Jerusalén 1995 y miembro honorario de la Universidad Hebrea de Jerusalén cuando días después tropas israelíes, en represalia por la captura de dos de sus soldados, incursionaron en el sur del Líbano, bloquearon sus puertos, bombardearon el aeropuerto de Beirut y dos bases militares libanesas, causaron la muerte de 53 civiles y provocaron la respuesta de Hezbolá (Reuters, 13-7-06).

Tel Aviv recibe de EE.UU. un promedio de 15 millones de dólares diarios en concepto de subsidios y ayuda militar. Las ONG palestinas, unos magros 232.000 dólares diarios que además la Casa Blanca ha suspendido desde el triunfo en las urnas de Hamas. Gracias a la ayuda norteamericana, las Fuerzas de Defensa de Israel cuentan con más de 3800 tanques, 1500 piezas de artillería pesada, 2000 bombarderos, helicópteros de combate y cazas, incluidos los F-16 de fabricación estadounidense, y un número indeterminado de bombas nucleares que se estimaba en 300 a fines de la década pasada. El año que viene se cumplen 40 desde que Israel ocupa territorios palestinos con mano de hierro y sus tropas han vuelto a entrar en Gaza. La respuesta, esos atentados suicidas que siegan la vida de inocentes civiles israelíes, es ciertamente repudiable. Pareciera, como señaló Vargas Llosa, que “paradójicamente, los extremistas de uno y otro lado comparten una agenda cuyo propósito es impedir cualquier posibilidad de negociaciones y de concesiones mutuas”. Claro que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

La notable periodista israelí Amira Hass ha hecho los distingos. “Un palestino es un terrorista cuando ataca a civiles israelíes y cuando ataca a soldados israelíes acantonados a las puertas de una ciudad palestina... cuando una unidad del ejército israelí irrumpe con tanques en su vecindario y el palestino dispara contra un soldado israelí que emerge por un instante de la torreta de su tanque... cuando es alcanzado por fuego procedente de un helicóptero mientras empuña su rifle. Los palestinos son terroristas tanto si matan a soldados como si matan a civiles.” Agrega: “El soldado israelí es un combatiente cuando dispara un misil desde un helicóptero, o un obús desde un tanque, contra un grupo de personas reunidas en Kahn Yunis (poblado de Gaza)... cuando dispara una granada contra una casa (palestina) de la que el ejército israelí afirma que ha salido un cohete Qassam y mata a un hombre o una mujer... el soldado israelí mata a gente armada y mata a civiles... mata a comandantes de batallones de terroristas asesinos y mata a bebés y ancianos que se hallan en sus casas. Más exactamente, éstos caen bajo el fuego israelí” (Haaretz, 9-10-02).

No es el único modo de morir que los palestinos conocen. La Cruz Roja Internacional ha informado en El Cairo que entre 3000 y 7000 palestinos esperan desde fines de junio el permiso para regresar a Gaza. Se amontonan del lado egipcio de la caseta de cruce al poblado fronterizo de Rafah y578 de ellos necesitan atención médica urgente (Haaretz, 11-7-06). El martes 4 fallecieron una joven palestina de 19 años que había sido operada en un hospital cairota y cuyas condiciones se deterioraron durante la espera hasta que le llegó la muerte, y un infante de año y medio por infarto. Dos enfermos más cruzaron esa otra clase de frontera, un hombre de 68 años y un muchacho de 15 que habían sido tratados de enfermedades cardíacas en la capital de Egipto (Reuters, 11-7-06). Los demás siguen aguardando el permiso israelí para volver a Gaza mientras se escriben estas líneas.

No son los únicos que esperan: por primera vez desde la Guerra de los Seis Días de 1967, Tel Aviv prohíbe ahora la entrada de palestinos con ciudadanía extranjera, en su mayoría estadounidenses, pero también europeos. Varios miles no pueden regresar a sus casas y puestos de trabajo, o visitar a sus familias, en el territorio palestino ocupado de la Ribera Occidental. Esta medida también incluye a extranjeros casados con una palestina o un palestino y a profesores visitantes. Hace falta un permiso emitido por la Autoridad Palestina y autorizado por los funcionarios israelíes, pero este mecanismo se interrumpió en septiembre de 2000. “El Ministerio del Interior y la Administración Civil (de Israel) declinaron comentar el hecho de que durante 40 años los ciudadanos palestinos residentes en países occidentales no necesitaban un ‘permiso de visita’” (Haaretz, 11-7-06). Pero ése es un detalle y el gobierno de Israel no es detallista.


14 julio, 2006

 

A nuestros hermanos del mundo

Pocas veces hemos presenciado tantas violaciones a los derechos de los prisioneros como las que desde el 12 de septiembre del 98 se cometen contra Cinco jóvenes cubanos, cuyo único delito fue intentar advertir a su pueblo sobre los atentados de grupos terroristas de origen cubano-americano con sede en La Florida.

El solo hecho de que permanezcan en prisión, cuando los que deberían estar presos son los terroristas que ellos monitoreaban y denunciaron, es una infamia que deja al desnudo las mentiras y la hipocresía de Bush en su supuesta lucha contra el terrorismo.

"Los Cinco cubanos", como se les conoce en todo el mundo, no solo están presos en prisiones de máxima seguridad y dispersos por toda la geografía norteamericana. Además, el gobierno norteamericano ha extendido el castigo a sus familias, privándolos de ser visitados con regularidad por sus madres, esposas e hijos.

A dos de ellos: Antonio Guerrero y Fernando González Llort se les prohíbe la visita de toda persona que no sea familiar directo. La prisión donde está Antonio en Colorado ha sido bautizada como "El Alcatraz de las Roqueras". Según la agencia de noticias Reuters, organismos de derechos humanos están denunciando los daños que puede provocar en la población penal la severidad de su sistema interno de seguridad.

La prisión de Winsconsin donde está alojado Fernando está superpoblada y apenas entra el sol. A los familiares de ambos les otorgan visa a razón de una vez al año. Por lo tanto, pasan meses sin recibir visitas y en total soledad.

René González Sehwerert y Gerardo Hernández, cuyas prisiones se encuentran en Marianna (Florida) y Victorville (California) respectivamente, constituyen los casos más severos de violaciones al derecho de visita familiar. A ambos continúan impidiéndoles las visitas de sus esposas. Por ende, la pequeña Ivette, hija de René, sigue sin ver a su papá por la negativa del gobierno norteamericano de otorgar visa a su mamá Olga Salanueva. La última vez que Ivette pudo reunirse con su papá tenía 2 años. La niña ha cumplido 8 años y a penas conoce a su padre.

Adriana Pérez, esposa de Gerardo, se le ha negado la solicitud de visa una y otra vez. En ocho años nunca ha podido visitar a Gerardo.

La prisión de Beaumont -Texas donde se encuentra alojado Ramón, ha sufrido cuatro "lock-downs" en lo que va del año. A un promedio de cada mes y medio se castiga a todos los presos de este penal con encierros en sus celdas, sin permitir que se bañen, ingieran comida caliente o reciban visitas. Estos castigos se extienden entre una semana a quince días sin la menor contemplación hacia un prisionero que, como en el caso de Ramón, tiene una conducta ejemplar y jamás ha cometido indisciplina alguna.

Los tres condenados a prisión perpetua: Antonio, Ramón y Gerardo, deben reportarse a los guardias cada dos horas, incluido el tiempo de visitas, medida que solo se aplica a los prisioneros que han cometido crímenes o intentos de fuga.

Este cúmulo de atropellos se comete con la clara intención de quebrar el espíritu de los Cinco y sus familias. Debemos denunciarlo con todas nuestras fuerzas..

El próximo 12 de Septiembre cumplirán 8 años de injusta cárcel. Un año, un mes y tres días del virtual secuestro en que se encuentran desde el 9 de agosto pasado en que tres jueces de la Corte de Apelaciones de Atlanta por unanimidad, revocaron sus condenas y ordenaron un nuevo juicio en otra sede.

El gobierno de EEUU está utilizando todas las armas a su alcance para dilatar el mayor tiempo posible el ilegal encierro de los Cinco. Sobre ellos se ha volcado todo el odio de los grupos terroristas de Miami y la administración norteamericana.

No permitamos esta colosal injusticia:

Llamamos a nuestros amigos y hermanos en el mundo a multiplicar la verdad por todas las vías posibles y realizar jornadas de denuncia y solidaridad del 12 de Septiembre al 6 de Octubre que exijan la Libertad Ahora de los Cinco.

Necesitamos que el mundo repudie y conozca el crimen del diplomático chileno Orlando Letelier y su secretaria norteamericana Ronny Moffit, del que se cumplirán 30 años el próximo 21 de septiembre. Este atentado brutal que costara la vida de ambos en pleno centro de Nueva York, fue organizado por Orlando Bosh, terrorista que camina impunemente por las calles de Miami.

Exigimos el castigo a los culpables del atentado que hizo estallar el avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo, provocando la muerte de sus 73 ocupantes. Posada Carriles y Orlando Bosh, autores intelectuales del mismo, deben ser juzgados por sus crímenes y extraditados a Venezuela. Este 6 de octubre, los familiares del crimen de Barbados cumplirán 30 años de dolor esperando justicia.

Rompamos el Silencio, que se levanten todas las voces del mundo para exigir junto al pueblo cubano:

Libertad Ahora a los Cinco.

Visa inmediata a Olga Salanueva y Adriana Pérez para visitar a sus esposos en prisión.

Derecho de visita regular a todas las familiares.

Juicio y Castigo a quienes ejercen y financian el terrorismo de EE.UU. contra Cuba.


 

Crónica de una guerra anunciada

El Plan Bush de "Asistencia a una Cuba Libre"

"Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse".
(S. Lucas 12.2)

RICARDO ALARCÓN DE QUESADA

El 20 de mayo del 2004, con pompa y fanfarria, George W. Bush anunció su Plan para la anexión de Cuba. El interminable engendro —más de 450 páginas— provocó una andanada de críticas provenientes de todas partes.

Ante todo, del pueblo cubano, a quien se le amenaza con el exterminio y con la liquidación de su nación. Cuba, según dice con todas las letras el siniestro Plan, simplemente desaparecería, dejaría de existir. Repasemos rápidamente lo que sucedería aquí si llegara a aplicarse lo que Bush aprobó:

Para alcanzar su meta, el Gobierno norteamericano intensificaría sus acciones para poner fin a la Revolución cubana siguiendo tres líneas fundamentales: un bloqueo económico cada vez más riguroso, el aumento del financiamiento y el apoyo material a los grupúsculos mercenarios internos y una siempre creciente campaña de propaganda y desinformación.

Cualquiera sabe que ese empeño por derrocar a un gobierno de otro país, cambiar su régimen político, económico y social y someterlo a su dominio es un escandaloso ultraje a la legalidad internacional solo concebible en gente con mentalidad fascista.

Es tan obvio el carácter ilegal y agresivo del Plan Bush, tal su delirante desmesura, que fue objetado abiertamente hasta por entidades e individuos que son adversarios de la Revolución cubana y defensores de las políticas e intereses imperialistas. Ese fue el caso de algunos miembros del llamado Diálogo interamericano —incluyendo a conocidos enemigos de Cuba— que emitieron una carta pública rechazando ese Plan porque ven en él un llamado a la guerra y la violencia. Hubo quien lo calificó de "aterrorizante" y como "lo más explosivo en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina en los últimos 50 años".

Bush consiguió algo que es el sueño de cualquier político norteamericano: unir el más amplio frente, desde la izquierda hasta la derecha. Solo que esta vez coincidían para criticarlo a él y a su endemoniado Plan.

Pero él contaba con algo a su favor. La misma prensa, los famosos medios de comunicación que lo acompañaron en mayo del 2004 y se hicieron eco de su show publicitario, supieron después guardar hermético, disciplinado silencio durante el resto de ese año y después. Algo que era "lo más explosivo" en medio siglo, sencillamente desapareció de la atención de los "informadores". El tema, simplemente, dejó de existir. Y así fue durante año y medio. Hasta diciembre del 2005.

De pronto, sin venir al caso, cuando ya todos habían olvidado el asunto, se anunció desde Washington que iban a emitir otro Informe sobre Cuba en mayo del 2006.

Se multiplicaron las especulaciones. Hubo incluso, entre los políticos y académicos que desde la derecha criticaron las barbaridades simplonas del Plan Bush, quienes imaginaron la posibilidad de una rectificación.

Llegó el 20 de mayo del 2006. Se inquietaron los medios y preguntaron. Pero nada sucedió ese día ni en los días y semanas siguientes. Los voceros oficiales respondieron con evasivas a las indagaciones de los periodistas. Hasta que unos y otros, una vez más, olvidaron el asunto.

Llegó la tercera semana del pasado junio y de modo extraño, sigilosamente, apareció en el sitio en Internet del Departamento de Estado fechado 06/20/2006. Pero, al parecer, nadie lo vio. Transcurrió una semana en la que voceros e informadores guardaron silencio total. Hasta que algunos medios de Miami y ciertas agencias noticiosas "descubrieron" lo que decidieron bautizar como "borrador". Curiosamente el hallazgo se produjo al mismo tiempo. Y no en cualquier momento, sino precisamente cuando comenzaba el más prolongado feriado de Estados Unidos que se extendería hasta el martes 4 de julio. Como para que la información fuera sepultada en medio de los fuegos artificiales, la retórica patriotera y las ventas especiales en sus centros comerciales con los que allá suelen recordar el aniversario de la Independencia.

El texto publicado ahora no se aparta ni un milímetro del Plan Bush. Todo lo contrario. Comienza por precisar que lo ratifica, saluda los supuestos éxitos que ha tenido su aplicación y sobre esa "sólida base" anuncia "medidas adicionales" para "acelerar" el fin de la Revolución cubana.

Esas medidas merecen ser analizadas y me propongo hacerlo más adelante.

Pero hay algo que exige la denuncia más enérgica y urgente. Algo absolutamente insólito.

Antes de exponer las "medidas adicionales", las que hace públicas, el Informe dice que existen otras contenidas en un anexo que permanece secreto por "razones de seguridad nacional" y para asegurar su "efectiva realización".

Después de haber divulgado todo lo que han divulgado —decenas de millones de dólares más para sus mercenarios, nuevas restricciones económicas y acciones ilegales contra el comercio internacional y la soberanía de Cuba y de otras naciones, castigos adicionales para los cubanos y para ciudadanos de otros países— y de haber hecho público hace ya más de dos años su Plan en que hasta el más mínimo detalle describe su intención de recolonizar a Cuba, después de todo eso, ¿qué es lo que a estas alturas tienen que ocultar con el máximo secreto? ¿Qué esconden por razones de "seguridad nacional y efectiva realización"?

¿Más ataques terroristas? ¿Nuevos intentos de asesinato contra Fidel? ¿La agresión militar? Tratándose de Bush y sus compinches cualquier cosa es posible.

Granma, Julio 05, 2006

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