07 marzo, 2007

 

URUGUAY: LAS PARADOJAS DEL FRENTE AMPLIO

Modelo Económico e inserción internacional

Antonio Elías*




Uruguay sigue sin encontrar el camino para superar una crisis estructural de desarrollo productivo de larga data, mientras la existencia de diferencias profundas en la sociedad, en su sistema político y en el propio gobierno respecto a la inserción internacional reduce sustancialmente su capacidad negociadora.

Cuando se discute la inserción internacional del Uruguay, es preciso enfatizar en la estructura institucional que ordena el funcionamiento de la economía y orienta la distribución de costos y beneficios; a nivel internacional entre países, y a nivel nacional, entre clases sociales. También es necesario resaltar el papel del poder en la definición de reglas de juego, y consecuentemente, el papel del Estado en su diseño, implementación y cumplimiento obligatorio (1). Aspectos generalmente dejados de lado por la teoría económica, pero que tienen una importancia fundamental para explicar lo que está en juego.
El proceso de regionalización y globalización, en el que se acentúa la influencia de las grandes unidades económicas trasnacionales, pone en jaque los espacios de autonomía de los Estados nacionales. Ese fenómeno opera con mayor fuerza en los pequeños países de la periferia capitalista debido, entre otros aspectos, a su retraso relativo en rubros decisivos para una inserción dinámica y competitiva en el merado mundial, tales como la incorporación del conocimiento científico tecnológico y el desarrollo industrial.
Los pequeños países tienen graves dificultades para compatibilizar las políticas de inserción en el mercado mundial y los equilibrios macroeconómicos con las exigencias de integración socioeconómica y de gobernabilidad de sus sociedades. Sin embargo, su desempeño depende en gran medida de sus propias políticas y de su capacidad de negociación, tanto en términos económicos como políticos (2).

Mercado versus trabajadores

El acceso al gobierno, marzo de 2005, del Frente Amplio-Encuentro Progresista y sus aliados generó mejores condiciones para disputar la hegemonía a las clases dominantes. En el gobierno existen fuertes contradicciones, pero la iniciativa respecto al modelo económico y la inserción internacional está desde el principio en manos de quienes propugnan una profundización del modelo de mercado, atraer inversiones extranjeras y el mayor nivel de apertura externa posible. La cabeza visible de este sector es el ministro de Economía, Danilo Astori. En cuanto a los sectores que resisten ese modelo económico, carecen de una propuesta alternativa común, aunque coinciden en la defensa del Mercosur como instrumento fundamental para la inserción internacional.
La paradoja es que el gobierno instrumento una serie de medidas laborales progresistas que han permitido el crecimiento del movimiento sindical y reducido las asimetrías del trabajo respecto al capital (3), pero uno de los principales obstáculos que enfrenta el equipo económico para implementar sus políticas de liberalización es justamente ese movimiento sindical autónomo y con independencia de clase. En su último congreso, la central sindical PIT-CNT resolvió: “actuar con todas sus fuerzas para generar las condiciones sociales y políticas para que se implemente un nuevo modelo económico (...) el ‘país productivo’ es incompatible con el Tratado de Protección de Inversiones, firmado con Estados Unidos y, menos aún, con un Tratado bilateral de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos (…) es fundamental fortalecer el Mercosur como camino a la unidad sudamericana, objetivo histórico del movimiento sindical” (4).
Los principales hitos del proceso de acercamiento comercial a Estados Unidos son: a) en 2005, los debates acerca del Tratado de Protección Reciproca de Inversiones, firmado en Mar del Plata, en paralelo al rechazo del ALCA, y ratificado por el parlamento (5); b) en 2006, el llamado del ministro de Economía a firmar un TLC con los Estados Unidos, propuesta que finalmente abortó en septiembre de ese año por decisión del presidente Tabaré Vázquez, ante el creciente rechazo de los movimientos sociales y de sectores del propio gobierno; c) en 2007, nueva conmoción en el gobierno y en el Frente Amplio ante la firma (6), el 25 de enero, del Trade and Insvestmen Framework Agreement (TIFA), otra iniciativa del ministro de Economía, que incluye un anexo que señala como temas de discusión algunos de los aspectos más controvertidos de un TLC: las compras del Estado y las leyes sobre propiedad intelectual. El TIFA no obliga a las partes ni, menos aún, otorga acceso a mercados, pero en la lucha interna respeto a la inserción internacional adquiere un carácter simbólico. Del mismo modo, la visita de Vázquez a Estados Unidos, en mayo de 2006, y la que realiza este mes de marzo a Uruguay el presidente George Bush, exacerban las tensiones internas.
Esta aparente paradoja -que la iniciativa en un gobierno progresista la tengan quienes pretenden profundizar el modelo económico que, con variantes, se viene implementando desde mediados de los setenta- es explicable si se reconoce que: a) en ese período se fortaleció el poder de las empresas transnacionales, el capital financiero y los organismos multilaterales de crédito en desmedro del poder del Estado, como consecuencia del creciente endeudamiento externo, de una política fiscal estructuralmente deficitaria y de la fragilidad del sistema bancario, que es mayoritariamente estatal; b) la derrota electoral de los partidos políticos, Nacional y Colorado, que gobernaron Uruguay desde 1985 a 2005 no implicó una capitulación ideológica de la ortodoxia económica y el pensamiento único, a pesar de que sus políticas implicaron un aumento sustancial de la pobreza y la indigencia; c) la fuerza política que triunfó en las elecciones de 2004 desdibujó su programa histórico de cambios en el marco de una estrategia “realista” que incluyó una amplia política de alianzas para captar el voto del centro político y la designación de un ministro de Economía que daba garantías al poder económico nacional y transnacional.
En consecuencia, el sector del gobierno que mantiene la iniciativa e impulsa los cambios institucionales que favorecen la penetración transnacional, tiene el respaldo de los partidos de centro y de derecha, de los medios de comunicación y de buena parte de las cámaras empresariales. Para este sector, dominante en el gobierno, la firma de un TLC con los Estados Unidos implica garantizar el predominio de las reglas del mercado en el marco de una inserción capitalista subordinada.

Déficits de la integración

Mientras tanto, un bloque heterogéneo de sectores políticos y sociales trata de frenar esas iniciativas reafirmando el Mercosur, aunque con dos grandes limitaciones: a) no tiene un modelo económico alternativo que dé sostén a una propuesta integral de desarrollo económico; b) las graves carencias del Mercosur, agravadas por el conflicto con Argentina por la instalación de las “pasteras”, en la costa oriental del Río Uruguay.
Las carencias del Mercosur para superar los problemas de escala, tecnológicos, etc., ante las necesidades de países pequeños como Uruguay son notorias. La recreación de relaciones de dependencia al interior del bloque y la falta de una institucionalidad que proteja a los países más débiles, subrayan las limitaciones actuales de un proceso de integración que posibilite un desarrollo productivo incluyente, socialmente justo y políticamente democrático. Pese a los ponderables discursos a favor a la “unidad latinoamericana” se ahondan las diferencias entre los países de mayor y menor magnitud, sin que existan medidas efectivas que contrarresten las asimetrías (7).
Entre los déficit fundamentales del Mercosur pueden destacarse: a) la persistencia de barreras al comercio entre los miembros, que impide la existencia de un mercado ampliado efectivo y que los pequeños países puedan captar inversiones; b) las grandes asimetrías de tamaño, agravadas por políticas cambiarias contradictorias y la ausencia de coordinación de las políticas macroeconómicas; c) la división del trabajo regional no incluye la complementación productiva, ni un sistema de financiamiento preferencial para los países más débiles; d) la estructura institucional es frágil e insuficiente para resolver los múltiples problemas de la integración. La prueba flagrante de esto es que el Mercosur resulte hasta el momento incapaz de incidir en la resolución del conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta de celulosa en el límite entre ambos países...
Las políticas del Consenso de Washington y las reformas de segunda generación impulsadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, aplicadas en profundidad por los cuatro países que en 1991 firmaron el Tratado de Asunción, se continúan aplicando en buena medida. Los significativos avances políticos realizados por el Mercosur, como el rechazo al ALCA en la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata (noviembre de 2005) y la incorporación de Venezuela como miembro pleno en la Cumbre de Presidentes del Mercosur en Córdoba (julio, 2006), no han sido acompañados de mejoras sustantivas en las relaciones económicas.
Los que en la disputa interna uruguaya impulsan el TLC asumen que el principal factor distorsionante del proceso económico es el poder político. Apuestan, por tanto, a restringir al máximo la intervención del Estado en los mercados y proponen sustituir a políticos por técnicos en los organismos que necesariamente deben regular el proceso económico. En cambio, una buena parte de los que apuestan al Mercosur sostienen que el Estado es el instrumento fundamental para garantizar los derechos humanos en el ámbito económico –satisfacción de las necesidades básicas y participación efectiva en los espacios de decisión– por lo cual los cambios institucionales deben apuntar al fortalecimiento de su capacidad de intervención, incluyendo la reconstrucción de las fronteras económicas nacionales, la creación de mecanismos que reduzcan las fallas del Estado –reglas de control, transparencia y rendición de cuentas- permitan acotar las fallas del mercado y a la vez fijen límites al gran capital transnacional.
Los acuerdos que propone Estados Unidos están atados a cambios institucionales que profundizan el papel del mercado en detrimento del Estado, mientras que la integración en el Mercosur, por su carácter pluralista, permite que cada país adopte la estructura institucional que crea conveniente. La reciente incorporación de Venezuela al bloque regional, con su proyecto de construir el socialismo del siglo XXI, demuestra la flexibilidad del bloque regional respecto al marco institucional de sus miembros. Este último aspecto es fundamental para entender qué se defiende en el Mercosur -a pesar de los magros resultados obtenidos por Uruguay– porque habilita el mantenimiento de la disputa por lograr cambios institucionales que vayan en dirección al fortalecimiento del Estado, el control nacional de la economía y, eventualmente, hacia una perspectiva socialista.

Notas

1 La Economía Institucional Crítica - que retoma el enfoque marxista de la interacción entre fuerzas productivas y superestructura - hace aportes significativos para entender la dinámica de los procesos de cambio
2 Sobre este aspecto, ver De Sierra, Gerónimo, “Limitaciones y potencialidades de un pequeño país en el marco de la integración regional”, en Futuro de la Sociedad Uruguaya , Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1999.
3 Se destacan el Decreto 145/005 del 2--5/05, que habilita la ocupación de empresas y la Ley de Protección y Promoción de la Libertad Sindical Nº 17.940 del 02-01-06.
4 IX Congreso del PIT-CNT, octubre de 2006.
5 Ley 17.943, promulgada el 04-01-06.
6 Los principales firmantes del acuerdo fueron, por Uruguay, el Secretario de la Presidencia (Gonzalo Fernández) y el Ministro de Economía y Finanzas (Danilo Astori); por Estados Unidos, el Representante Adjunto de Comercio (John Veroneau) y el Sub representante de Comercio para las Américas (Everett Eissenstat).
7 Brasil tiene el 67% del territorio, el 70% de la población y genera el 68% del PBI del Mercosur. Uruguay tiene el1% del territorio; 1,3% de la población y genera 1,5 % del PBI. En 2005, las exportaciones de Uruguay a Brasil son significativas para el primero (13,5% del total) y las importaciones más aún (21,3% del total), mientras para Brasil en representan entre ambas menos del 1%.

*Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico (SEPLA) y de la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (REDIU); investigador del Instituto de Economía y docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Universidad de la República.

05 marzo, 2007

 

Con Artigas. Por la Paz y la Soberanía. ¡Fuera Bush!

Amigas y amigos: Como es de conocimiento, hacia el fin de esta semana se hará presente en Uruguay el Presidente de los EEUU, George W, Bush. El pueblo uruguayo, nucleado en su central sindical y en diversas organizaciones sociales, culturales, de Derechos Humanos, de vivienda, de la mujer, del ambientalismo, etc realizarán una semana de repudio a la presencia de Bush, que culminará en una marcha el viernes 9 de marzo, a las 19 horas, por la avenida principal de Montevideo. En el cierre de dicha marcha se leerá la Proclama que se adjunta.

Ignacio Martínez<ignabren@adinet.com.uy>

Proclama para ser leída en la concentración central de repudio a la visita a Uruguay del Presidente estadounidense,
George W. Bush

–Marzo 2007–



Usted, señor Bush, Presidente de los Estados Unidos, no es bienvenido en estas tierras de Artigas. Usted no debe estar acá. Usted representa lo peor que le ha sucedido a nuestro Uruguay, a nuestra América y al mundo entero, en esta era del imperio y de la avaricia que Usted representa con su investidura presidencial; imperio que ha sometido a la injusticia y al sufrimiento a la mayoría de la Humanidad.

Así lo vaticinaba Simón Bolívar hace casi doscientos años:

“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad.”

Usted representa la codicia voraz de los imperialistas que han condenado a la miseria, al analfabetismo, al atraso, a las enfermedades, a la muerte prematura y a la violencia, a cientos de millones de seres humanos en el mundo, más específicamente en África, en grandes extensiones de Asia y en las zonas más pobres, agredidas y violadas de nuestra América que es, a su vez, el continente con mayores diferencias sociales entre extremos de suculenta riqueza y multitudinarias pobrezas que condenan a vidas deplorables a poblaciones enteras, principalmente de niños, mujeres y ancianos.

Usted representa los intereses de las grandes corporaciones de las industrias, de las fábricas de armas y de los pulpos petroleros que están provocando el calentamiento global del planeta, enfermándolo, contaminándolo, llevándonos, como nunca antes, a los más graves peligros de desastres en los océanos, en la atmósfera, en los cascos polares y las selvas tropicales.
Usted representa los más bajos intereses que no vacilan en talar el planeta, originando desiertos o empobreciendo la tierra con monocultivos o utilizando plaguicidas, fertilizantes altamente nocivos para la vida humana, animal y vegetal o manipulando la genética con fines meramente comerciales y el propósito ruin del enriquecimiento y de obtener el poder sobre poblaciones enteras, principalmente indígenas y pobres, sobre sus vidas y sus descendencias.

Usted representa las grandes corporaciones que quieren controlar el mundo, que quieren controlar la riqueza forestal del Amazonas o las reservas de agua del acuífero Guaraní o las reservas ictícolas de los grandes océanos o las reservas petroleras en Asia y América o las riquezas del suelo y del subsuelo en todo el mundo.

Usted es representante de los poderosos y minúsculos grupos que hacen la guerra, que la planifican desde sus centros militares en el Pentágono y le sacan provecho con la industria armamentista e invaden Granada, bloquean a Cuba, bombardean poblaciones civiles en Irak y en Afganistán o apoyan toda agresión al pueblo palestino o, a nombre de la paz, que no es otra que la paz de los sepulcros, rompan la libertad del pueblo haitiano o amenazan y agreden a Venezuela o instalan bases militares en Colombia.

Usted representa al peor terrorismo del planeta que no vaciló en financiar dictaduras, derrotar gobiernos democráticos y extender por todo nuestro continente y otras partes del mundo, la doctrina de la seguridad nacional que no es otra cosa que el terrorismo ejercido desde los aparatos del Estado. Usted mismo es el peor terrorista, defensor de la pena de muerte, inventor de las guerras preventivas, promotor de las peores agresiones contra poblaciones enteras en todo el mundo.

Nosotros no nos callamos, señor Bush, porque somos herederos de los más caros valores de libertad que nacieron con la historia misma de nuestro continente.

José Artigas escribió en abril de 1811:

“...los americanos del sud están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio."

Y esos americanos del Sur somos nosotros, señor Bush, que lo declaramos a Usted persona no grata en este suelo mil veces agredido por las políticas imperiales que usted representa, pero mil veces levantados para defender el derecho a decidir nuestro destino, nuestros cambios, nuestras políticas económicas y sociales que nos garanticen la pública felicidad.

Nosotros somos los americanos y las americanas del Sur, herederos y herederas de las más caras tradiciones de lucha, como las heroicas mujeres del trágico incendio en la fábrica textil de su país hace casi 100 años o la huelga de las trabajadoras textiles estadounidenses o el formidable congreso internacional de mujeres de 1910, todos hechos que honran el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y todos los demás días como los días de la dignidad, de la solidaridad y de la justicia entre hombres y mujeres del mundo y especialmente de nuestro continente.

Sepa Usted, señor Bush, que nos asiste la verdad y la razón en todo lo que decimos. Ya José Martí, con su claridad y su talento, nos decía:

“...Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, ... las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.”

Trincheras de ideas son las que estamos construyendo todos los días, porque nuestra soberanía no se negocia, porque nuestra libertad y nuestra independencia no se negocian, porque nuestro derecho a elegir los rumbos de nuestra América, no se negocia.

Estamos construyendo en paz nuestro presente, que nos permite edificar un futuro digno, limpio, sano, duradero para todos y para los que aún no han llegado a la vida. Estamos construyendo países con comida para todos, con viviendas dignas para todos, con trabajo y salud para todos, con retiros dignos para nuestros ancianos, con estudios completos para nuestros niños y nuestros jóvenes, con la más vasta creación y difusión de nuestros valores culturales, con la más amplia participación democrática en las decisiones de los rumbos que deben tomar nuestros países. No sólo es un deseo, señor Bush, hoy es una realidad en varios de nuestros países porque tenemos la firma convicción de que es posible en el marco de la justicia social, de la equidad y la solidaridad que pregonamos, practicamos y defendemos.

Sepa, señor Bush, que América Latina viene en franco avance para construir su unidad porque sabe, sabemos, que es la única alternativa para construir la patria grande que queremos.

Dijo José Martí en 1891:

“Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades; ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.”

Y agregó:

“¡Porque ya suena el himno unánime: la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América trabajadora, del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor... la semilla de la América nueva!”

Nosotros sabemos, como lo sabía Martí, que:

“...el lujo venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero.”

Por eso no nos engañamos ni nos deslumbramos con sus espejitos de colores ni sus tratados ni sus acuerdos comerciales que siguen la misma senda de las alianzas para el progreso o los obscenos endeudamientos financieros que tanto daño nos hicieron en el pasado y que aún hoy estamos pagando las infames consecuencias que impiden el desarrollo económico, tecnológico, social y cultural de nuestras comunidades.

Nosotros, los Orientales, al igual que la inmensa mayoría de los pueblos latinoamericanos, estamos construyendo los cambios, estamos buscando las vías de participación democrática que los hagan posibles, nos hemos echado a andar por el camino de la construcción de una América nueva, unida, solidaria, capaz de edificar los cambios a la manera latinoamericana, borrando fronteras impuestas y respetando las diversidades de cada región.

En 1813, nuestro más genuino latinoamericano, José Artigas, nos hablaba desde el Congreso de Abril:

"Orientales: sean cuales fueren los cálculos que se formen, todo es menos temible, que un paso de degradación: debe impedirse hasta que aparezca su sombra. Al principio todo es remediable. Preguntados a vosotros mismos si queréis volver a ver crecer las aguas del Uruguay con el llanto de vuestras esposas y acallar en sus bosques los gemidos de vuestros tiernos hijos... Paisanos: acudid sólo a la historia de vuestras confianzas.”

Sepa Usted, que hoy, quizás más que nunca, confiamos en nuestras propias fuerzas y en las energías que nos da la unidad latinoamericana.

Usted, por la investidura que ostenta, también es responsable de lo que le está sucediendo en su propia nación a nuestros hermanos estadounidenses. Es responsable de que decenas de millones no tengan cobertura de asistencia médica en su país, el más rico del mundo, que la ayuda solidaria no llegue a las víctimas de los huracanes en su país, el más rico del mundo, que millones de estadounidenses estén condenados a la desinformación, a la tergiversación, a la ignorancia, al racismo, a la segregación, a la frivolidad y a la estupidez en su país, el más rico del mundo. Usted es responsable de que en Irak ya hayan muerto más estadounidenses que en las mismas Torres Gemelas, confirmándolo a Usted como el primer terrorista, a la estatura moral de un felpudo, como el peor terrorismo del mundo, comparándolo e igualándolo con los mismos fundamentalistas que cometieron aquel deplorable atentado que no nos cansaremos de repudiar también.

Usted es responsable de haber provocado y participado en guerras que han dejado millones de víctimas muertas o mutiladas, desde la bomba de Hiroshima, hasta nuestros días, y de haber regresado a los Estados Unidos a decenas o centenas de miles de estadounidenses en las peores condiciones físicas y psicológicas que provocan las guerras invasoras, imperiales y suicidas, como las que usted representa y que ha alentado desde la Presidencia de su país.

Bob Dylan canta en su poema titulado John Brawn:

“... Su cara estaba destrozada a tiros y su mano arrancada por una explosión y llevaba una faja de metal alrededor de la cintura...Estoy intentando matar a alguien o morir en el intento. Pero cuando más me asusté fue cuando el enemigo se acercó y vi que su cara era igual que la mía.”
Eso representa Usted, señor Bush. Representa las causas del sufrimiento a que se han visto sometidos muchos jóvenes estadounidenses yendo a guerras en medio de engaños y mentiras y originando así nuevos sufrimientos en los países invadidos por el ejército que Usted controla.
Representa Usted el obstinado interés de enfrentar a los seres humanos para garantizar el poder y la riqueza de un puñado de magnates. Solamente tres conciudadanos suyos, los señores Bill Gates, Paul Allen y Warren Buffet juntos, poseen una fortuna superior al Producto Bruto Interno de 42 naciones en donde viven 600 millones de personas. En Austria hay un médico cada 400 habitantes, mientras que en Etiopía hay un médico cada 69 mil habitantes y Usted tiene mucho que ver con esas injusticias. Los Estados Unidos de América representan sólo el 6 por ciento de la población mundial, pero consume el 42 por ciento de las riquezas del planeta. Casi 2 mil millones de personas en el mundo viven con 2 dólares diarios y mil millones más viven (si es que a eso se le puede llamar vida) con 1 dólar diario. Sin embargo, señor Bush, el mundo gasta 780 mil millones de dólares en armas, cifra que terminaría con el hambre en el mundo rápidamente y Usted no puede hacerse el distraído frente a estas realidades terribles porque Usted representa las causas que originan este estado de situación en el mundo y la mayoría de esos gastos de armamento los origina Usted haciendo votar, entre otras cosas, partidas inmensas de dinero al mismísimo Congreso de los Estados Unidos, con el único fin de invertirlos en armamentos.
¿A qué vino, señor Bush? En realidad debería venir a pagar la deuda que Usted tiene con nosotros desde hace doscientos años.

Simón Bolívar nos lo recuerda siempre:

“Ya por su antineutralidad, la América del Norte nos ha vejado tanto. Exijámosle servicios que nos compensen sus humillaciones y fratricidios.”

Es Usted el que debe pagarnos la deuda que tiene con nosotros. Usted debería pagarnos lo que nos han quitado de nuestros suelos, de nuestros subsuelos, de la sabiduría y el conocimiento de nuestros hombres y mujeres que le han dado tanto a su país. Usted debería pagarnos los daños ocasionados a nuestras economías, a nuestra fauna y nuestra flora, a nuestros mares y nuestra atmósfera.

Si es que hay una manera de pagarnos, Usted debería pagarnos los daños y el dolor ocasionados con los miles de presos, de torturados, de desaparecidos, de perseguidos, de asesinados que tuvieron nuestros pueblos, causados por las dictaduras que Usted y su gobierno y los gobiernos que le antecedieron en su país, apoyaron en nuestra América.

Usted debería pagar los daños ocasionados a nuestro hermano pueblo cubano con este infame bloqueo que Usted se ha encargado de intentar profundizar, aún luego de más de 40 años de acoso y agresión.

Le recordamos que como latinoamericanos estaremos más firmes que nunca contra cualquier agresión cometida contra cualquiera en cualquier parte de nuestro continente y nos levantaremos junto a Cuba en la defensa de su dignidad y el derecho de construir su propio modo de vida.

Con Martí decimos:

“Quien se levanta hoy con Cuba,
se levanta para todos los tiempos ”

Y nosotros estaremos al lado de nuestros hermanos y hermanas del continente para todos los tiempos y con el auxilio y la solidaridad que cada situación requiera, como lo hemos hecho siempre, desde la ayuda con medicamentos o ropas para enfrentar calamidades naturales, hasta ofrecer la vida si es necesario, como nos enseñaron nuestros referentes históricos que dieron sus vidas en los tiempos de la gesta independentista de todo el continente.

Por todo lo expuesto, Usted no es una persona grata para nosotros. Usted no tiene nada que hacer en nuestro suelo. Usted no es un hombre de la Paz, sino un mensajero de la guerra, de las injusticias, del engaño, de la dominación, del terror y la violencia. Usted es representante del más execrable de los fundamentalismos, el que concibe que sólo se puede estar con Usted, porque si no es así, se está contra Usted, cerrando toda posibilidad a la tolerancia, a la flexibilidad, a la vida en armonía con la naturaleza y entre nosotros mismos. Eso, señor Bush, lo convierte a Usted en un enemigo de la democracia, en un enemigo de la libertad, en un agresor de nuestra soberanía y nuestros derechos, en un ideólogo que está en las antípodas del mejor pensamiento latinoamericano de paz, de libertad y de soberanía que construyeron Hidalgo, Sandino, Martí, Bolívar, Artigas o Tiradentes, para citar sólo algunos.

Usted está enfrentado a nuestra lucha por una vida mejor, que desde hace décadas llevamos adelante los mineros, los labradores, las maestras, los obreros, los pescadores, los pueblos autóctonos de América, los desocupados, los humillados, los expulsados de las tierras, los hombres y las mujeres desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego. Usted está enfrentado a nuestros poetas, a nuestros cantores, músicos, bailarines, artistas plásticos, escultores y contadores de historias, desde Roque Dalton hasta Víctor Jara. Usted está enfrentado a nuestros investigadores, nuestros científicos, nuestros universitarios que quieren producir sus conocimientos en las tierras donde nacieron y al servicio del progreso de nosotros, los pueblos latinoamericanos, en solidaridad con todos los pueblos del mundo, sin apropiación ni patentes del conocimientos, sino con la más amplia democratización del saber humano.

Por eso lo declaramos a Usted persona no grata, no deseada y le decimos que se vaya. La humanidad del siglo veinte y de este comienzo del siglo veintiuno ya lo ha juzgado y los historiadores del futuro, cuando estudien estos tiempos, sabrán que su presencia en Uruguay contó con un pueblo digno que levanta hoy su voz para que la oigan en todos los rincones del planeta, con un solo grito:

FUERA BUSH,
POR LA PAZ Y LA SOBERANÍA,
FUERA BUSH.

Usted, señor Bush, se debe ir de nuestro país. Entre nosotros no hay protocolos ni diplomacias, hay un repudio irrestricto a todo enemigo de la vida, de la paz, de la soberanía y de la libertad que Usted encarna en su persona y en su investidura.

Viva Uruguay y el pueblo uruguayo
Viva América Latina y los pueblos Latinoamericanos
Viva la hermandad entre los pueblos de toda América
Por la Paz, por la Soberanía, por la Libertad y el respeto irrestricto a la autodeterminación de los pueblos.
Por el progreso de los pueblos, con los pueblos del mundo como protagonistas de sus propios destinos.

“Porque esta gran Humanidad ha dicho ¡basta! y ha echado a andar y su marcha de gigante no se detendrá hasta lograr su verdadera independencia”

01 marzo, 2007

 

Hay terrorismos y terrorismos

Por Juan Gelman

Porque una cosa es el islámico Al Qaida y muy otra la cristiana –o democristiana– Operación Gladio que se llevó a cabo en Italia en las décadas del ’70 y ’80. La palabra “gladio” viene del latín “gladius”, nombre de la espada de los gladiadores, pero los integrantes de la operación usaban más bien bombas que causaron la muerte de no pocos civiles en Milán, Brescia y otros puntos de la bota. Fue –¿fue?– una red clandestina de paramilitares dirigida por el general Gerardo Serravalles que se encargaba de los atentados sistemáticamente atribuidos a las izquierdas del país en general, y al Partido Comunista italiano en particular. Las investigaciones de los jueces Felice Casson y Carlo Mastelloni obligaron al eterno primer ministro democristiano Giulio Andreotti a revelar, el 27 de octubre de 1990, la existencia de ese ejército clandestino y paralelo. Sintetizó su origen con brillante precisión.

“Después de la Segunda Guerra Mundial –dijo Andreotti–, el temor al expansionismo soviético y la inferioridad de las fuerzas de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) respecto de las fuerzas del Cominform llevaron a las naciones de Europa Occidental a abordar nuevas formas de defensa no convencionales, creando en sus territorios una red oculta de resistencia destinada a actuar en el caso de una ocupación enemiga mediante la recolección de informaciones, el sabotaje, la propaganda, la guerrilla.” El entonces premier italiano –de quien se dijo que tenía la conciencia limpia porque nunca la usaba– dejó no pocos detalles en el tintero: por ejemplo, que la embajada de EE.UU. en Roma financiaba regularmente a grupos terroristas de ultraderecha. La Casa Blanca quería impedir a toda costa que el Partido Comunista –el más poderoso de Occidente– tomara las riendas del gobierno.

Algunas de esas estructuras clandestinas de la OTAN no esperaron una invasión soviética para operar. En varios países europeos –no en todos– organizaron atentados de los que culpaban a las izquierdas respectivas para desacreditarlas. Daniele Ganser, investigador y profesor de historia contemporánea en la Universidad de Basilea, llega en su libro Nato’s Secret Armies: Terrorism in Western Europe (Frank Cass, ed., 2005) a la siguiente conclusión: a lo largo del último medio siglo, la CIA ha equipado, financiado y entrenado a estos paramilitares europeos –en coordinación con el servicio secreto británico M16– que insistirían en la estrategia de tensión ahora para sembrar el temor al islamismo y justificar las guerras por el petróleo. Se trata, en suma, de influir en las sociedades y gobiernos de países europeos y esto entraña la muerte de civiles. Pero quién se fija en unos “daños colaterales” más.

El Comité Clandestino de la Unión Occidental (CCWU, por sus siglas en inglés), establecido en 1948, fue el primer organismo coordinador de Gladio. Al crearse la OTAN en 1949, el CCWU se integró al Comité Clandestino de Planificación (CPC, por sus siglas en inglés) que se instaló en 1951 bajo la supervisión del mando aliado supremo en Europa. Pero las actividades tipo Gladio no se limitaron al Viejo Continente durante la Guerra Fría, hoy en su segunda etapa. Se ha probado que los atentados terroristas de 1953 en Irán fueron orquestados por agentes provocadores al servicio de la CIA y el M16. Los comunistas iraníes fueron acusados del crimen. Agentes del Mossad israelí perpetraron los bombazos de 1954 en Egipto. Se atribuyó su autoría a grupos musulmanes. Como es sabido, el buen ejemplo cunde y son en este contexto inquietantes las declaraciones de Zbigniew Brzezinski ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, el ex asesor de seguridad nacional de Carter y de Bush padre anticipó la posibilidad de autoatentado terrorista en territorio de EE.UU. “del que se culparía a Irán y esto culminaría con una acción militar norteamericana ‘defensiva’ contra Irán” (véase Página/12, 11-2-07).

Los fines declarados de la OTAN eran la defensa de los aliados de EE.UU. en territorio europeo. Esa doctrina ha cambiado. La OTAN extendió sus operaciones a Afganistán y la admisión de ex repúblicas soviéticas en la organización –Polonia, Rumania, Hungría, otras– no es inocente: permite la instalación de más bases, sistemas de defensa y de misiles que cercan a Rusia y acercan los posibles objetivos militares en los países petroleros de Medio Oriente y Asia Central. A quien dude de que la “guerra antiterrorista” encubre la lucha por el control norteamericano del oro negro del planeta, tal vez interese la lectura de la doctrina sobre escenarios de guerra que el mando central de las fuerzas militares de EE.UU. (Uscentcom, por sus siglas en inglés) formulara en 1995 bajo el gobierno de Clinton. Propone invadir a Irak y luego a Irán con un propósito muy claro: “Proteger los intereses vitales de EE.UU. en la región, un acceso seguro y sin interrupciones de EE.UU./Aliados al petróleo del Golfo” (www.milnet.com/milnet/pentagon/centcom/chap1). Hace doce años que Irán está en la mira. Sólo falta un pretexto para atacarlo. ¿Será el autoatentado que hipotizó Zbigniew Brzezinski?

This page is powered by Blogger. Isn't yours?