22 diciembre, 2005
“Ya no tendremos más chantajes de EE.UU.”
El presidente electo de Bolivia define el futuro de su política
Eduardo Febbro y Pablo Stefanoni
Evo Morales, presidente electo de Bolivia, recibió ayer en exclusiva a Página/12 para explicar su programa de gobierno, lo que hará con los hidrocarburos, los cultivos de coca y EE.UU. “Queremos entrar allí con la hoja de coca y no con la cocaína”, dijo. Morales: “Hay que acabar con el secreto bancario, con la industria de los precursores y con la demanda”
El tari, una tela de aguayo cubierta de hojas de coca, es un signo de cortesía para los invitados en las regiones andinas, pero en este caso es una marca política: quien nos ofrece coca es el primer presidente cocalero no sólo de la historia boliviana sino, probablemente, del mundo. Evo, como todos lo llaman, está calmo, como si toda su vida se hubiera preparado para este momento, aunque, admite, “jamás lo soñó”. Algunas sonrisas, que dejan entrever una sutil ironía, expresan su regocijo por la “goleada” del domingo y por la derrota “por paliza” de su adversario de la derecha, Jorge “Tuto” Quiroga, quien era el preferido de La Embajada y de la burguesía boliviana. Evo Morales recibió a Página/12 en exclusiva en una oficina de su casa de campaña y delineó algunas claves de su gobierno, que comenzará el 22 de enero.
–¿Cómo vive este momento histórico?
–Muy bien, muy contento, satisfecho por la respuesta del pueblo boliviano, que nos dio un mandato pero para mandar obedeciendo. Nunca he pensado estar donde estoy, hemos batido un record de votos, nadie había sacado más del 50 por ciento desde la década del ’50, es un triunfo de los pueblos indígenas no sólo de Bolivia sino de Latinoamérica. Es un orgullo para mí, pero también para los indígenas. Quiero dignificar a mis hermanos con esta victoria profunda. También me siento orgulloso de las clases medias e intelectuales, y quiero que ellos también se sientan orgullosos de los indígenas y de Evo Morales y juntos podamos cambiar nuestra Bolivia pensando en la unidad, pensando en los pobres y en los marginados. Ahora los movimientos sociales ya somos gobierno y mañana (por hoy) nos reuniremos en Cochabamba. Se trata de gobernar convenciendo, persuadiendo y no venciendo. Estamos aquí preparándonos con muchas ganas para cambiar la historia, continuando lo que Túpak Katari y otros líderes indígenas intentaron antes.
–El MAS dice que va a nacionalizar sin confiscar, ¿en qué consiste esa medida?
–No se van a confiscar ni expropiar los bienes de las empresas petroleras pero ellas no tienen derecho a ejercer el derecho de propiedad sobre el gas y el petróleo. Nuestro gobierno va a nacionalizar los hidrocarburos en base a la Constitución Política del Estado y cualquier empresa que quiera invertir deberá subordinarse a las leyes bolivianas. Los actuales contratos petroleros son nulos de pleno derecho porque no han sido refrendados por el Congreso. Se tiene que terminar la cláusula de estos contratos que dice “el titular (la empresa) adquiere el derecho de propiedad en boca de pozo”. El Estado es dueño en el subsuelo y en el sobresuelo. En todo caso a las empresas responsables vamos a garantizarles la recuperación de sus inversiones, pero tienen que ser ganancias con equilibrio, para que también el Estado y los bolivianos se beneficien y no solamente las transnacionales. El pueblo pide la nacionalización y la voz del pueblo es la voz de Dios, vamos a respetarla.
–Bolivia vende gas a sus vecinos –incluyendo Argentina– a precios más bajos que los del mercado de Chicago, ¿se van a mantener esos precios?
–Vamos a estudiarlo. Primero tiene que haber un precio especial para el mercado interno, no es posible que tengamos semejantes recursos bajo tierra y encima de ella los seres humanos vivamos cocinando con bosta de animales y leña. No se puede seguir vendiendo en el mercado interno a precios internacionales. Por otro lado, los actuales contratos fueron firmados cuando el barril de petróleo costaba menos de 20 dólares (hoy vale casi 60), por eso deben ser revisados.
–¿Qué va a pasar con los precios de venta a Argentina?
–Hay que analizarlo después de resolver el abastecimiento interno, pero en todo caso queremos ampliar nuestros mercados de exportación a los países de la región. Lo que sí puedo asegurarles es que el negocio será entre Estados, ya no entre Repsol Bolivia y Repsol Argentina. Hay que pensar en las mayorías nacionales más que en los beneficios de las transnacionales.
–¿La nacionalización va a ser la primera medida de su gobierno?
–En lo económico sí. Y en lo político es la Asamblea Constituyente para acabar con el Estado colonial.
–Respecto de la problemática de la coca, que causa tantas fricciones con Estados Unidos, ¿cuál va a ser la política del MAS?
–No va a haber “coca cero”, vamos a cultivar de manera racionalizada para el consumo legal. Sí tiene que haber cocaína cero, narcotráfico cero. Debe impulsarse la lucha contra el narcotráfico sin intervención policial o militar extranjera. Hoy los norteamericanos dirigen nuestras Fuerzas Armadas y nuestra policía. Convoco al gobierno de Estados Unidos a hacer un pacto de lucha contra el narcotráfico que tiene que acabar con el secreto bancario, con la industria de los precursores y con la demanda. Sólo se puede terminar con el narcotráfico si hay cero cocainómanos y cero mercados.
–¿Cómo va a quedar la superficie cultivada?
–En el Chapare (la zona excedentaria) vamos a mantener un cato de coca por familia (40x40 metros): ése es el mejor aporte del movimiento campesino productor de la hoja de coca a la lucha contra el narcotráfico.
–Anteayer Estados Unidos envió una felicitación un tanto fría, ¿cómo imagina la relación con ese país a partir de ahora? Usted estuvo un poco duro contra EE.UU. en la CNN, habló de “Condolencia” Rice.
–(Ríe.) No sé si estuve duro, en todo caso el diálogo está abierto, incluido con el gobierno de Estados Unidos, que debe respetar la voluntad soberana del pueblo. Necesitamos relaciones, pero no relaciones de sometimiento ni de subordinación. Relaciones orientadas a resolver los problemas de las mayorías. No habrá chantajes ni condicionamientos. Y en esto no estamos solos. Estamos programando un viaje antes de la asunción (el 22 de enero), tengo una invitación de (Nelson) Mandela, una reunión con Lula y con (José Luis Rodríguez) Zapatero, además de un encuentro, postergado por años, con el gobierno chino.
–Jorge Quiroga hizo campaña diciendo que, si ganaba, Bolivia se sumaría al TLC con Estados Unidos. El MAS tiene una mirada más orientada hacia la región. ¿Qué va a pasar con el TLC a partir de ahora? ¿Bolivia se va a integrar plenamente al Mercosur?
–Cualquier tratado de comercio, sea el TLC o el Mercosur, debe estar orientado al comercio justo, de pueblo a pueblo, donde los microempresarios, los pequeños productores, e incluso en nuestro país los agroindustriales, sean los que resuelvan sus problemas y no sean las transnacionales que encima reciben subvenciones nos invadan con sus productos. El Nafta no ha resuelto absolutamente nada para pequeños y medianos productores ni cooperativas en México. Y, con esas experiencias, deberían revisarse esos tratados. Si se garantizan los mercados, bienvenido, y tal vez podamos entrar a Estados Unidos con la hoja de coca y no con la cocaína (ríe), con charque de llama (carne seca), quinua. En ese caso, estaremos abiertos al diálogo, pero acuerdos comerciales para eliminar al artesano, al pequeño productor, no va con nosotros.
–¿Se siente socialista, Evo Morales?
–Claro. Y el cambio social pasa por el cambio de cada uno de nosotros. Siempre he planteado que si queremos transformar Bolivia, Evo debe cambiar primero: no ser egoísta, no ser individualista, no ser acaparador, no ser maniobrero y pensar en las mayorías nacionales. Esa es mi experiencia en la lucha sindical y para eso estamos empezando a cambiar el MAS. Vamos a apostar al socialismo comunitario. En la tierra donde he nacido no hay propiedad privada, la zona ganadera y agrícola es de toda la comunidad. Hay que recuperar los principios de reciprocidad y de redistribución de nuestras riquezas.
Eduardo Febbro y Pablo Stefanoni
Evo Morales, presidente electo de Bolivia, recibió ayer en exclusiva a Página/12 para explicar su programa de gobierno, lo que hará con los hidrocarburos, los cultivos de coca y EE.UU. “Queremos entrar allí con la hoja de coca y no con la cocaína”, dijo. Morales: “Hay que acabar con el secreto bancario, con la industria de los precursores y con la demanda”
El tari, una tela de aguayo cubierta de hojas de coca, es un signo de cortesía para los invitados en las regiones andinas, pero en este caso es una marca política: quien nos ofrece coca es el primer presidente cocalero no sólo de la historia boliviana sino, probablemente, del mundo. Evo, como todos lo llaman, está calmo, como si toda su vida se hubiera preparado para este momento, aunque, admite, “jamás lo soñó”. Algunas sonrisas, que dejan entrever una sutil ironía, expresan su regocijo por la “goleada” del domingo y por la derrota “por paliza” de su adversario de la derecha, Jorge “Tuto” Quiroga, quien era el preferido de La Embajada y de la burguesía boliviana. Evo Morales recibió a Página/12 en exclusiva en una oficina de su casa de campaña y delineó algunas claves de su gobierno, que comenzará el 22 de enero.
–¿Cómo vive este momento histórico?
–Muy bien, muy contento, satisfecho por la respuesta del pueblo boliviano, que nos dio un mandato pero para mandar obedeciendo. Nunca he pensado estar donde estoy, hemos batido un record de votos, nadie había sacado más del 50 por ciento desde la década del ’50, es un triunfo de los pueblos indígenas no sólo de Bolivia sino de Latinoamérica. Es un orgullo para mí, pero también para los indígenas. Quiero dignificar a mis hermanos con esta victoria profunda. También me siento orgulloso de las clases medias e intelectuales, y quiero que ellos también se sientan orgullosos de los indígenas y de Evo Morales y juntos podamos cambiar nuestra Bolivia pensando en la unidad, pensando en los pobres y en los marginados. Ahora los movimientos sociales ya somos gobierno y mañana (por hoy) nos reuniremos en Cochabamba. Se trata de gobernar convenciendo, persuadiendo y no venciendo. Estamos aquí preparándonos con muchas ganas para cambiar la historia, continuando lo que Túpak Katari y otros líderes indígenas intentaron antes.
–El MAS dice que va a nacionalizar sin confiscar, ¿en qué consiste esa medida?
–No se van a confiscar ni expropiar los bienes de las empresas petroleras pero ellas no tienen derecho a ejercer el derecho de propiedad sobre el gas y el petróleo. Nuestro gobierno va a nacionalizar los hidrocarburos en base a la Constitución Política del Estado y cualquier empresa que quiera invertir deberá subordinarse a las leyes bolivianas. Los actuales contratos petroleros son nulos de pleno derecho porque no han sido refrendados por el Congreso. Se tiene que terminar la cláusula de estos contratos que dice “el titular (la empresa) adquiere el derecho de propiedad en boca de pozo”. El Estado es dueño en el subsuelo y en el sobresuelo. En todo caso a las empresas responsables vamos a garantizarles la recuperación de sus inversiones, pero tienen que ser ganancias con equilibrio, para que también el Estado y los bolivianos se beneficien y no solamente las transnacionales. El pueblo pide la nacionalización y la voz del pueblo es la voz de Dios, vamos a respetarla.
–Bolivia vende gas a sus vecinos –incluyendo Argentina– a precios más bajos que los del mercado de Chicago, ¿se van a mantener esos precios?
–Vamos a estudiarlo. Primero tiene que haber un precio especial para el mercado interno, no es posible que tengamos semejantes recursos bajo tierra y encima de ella los seres humanos vivamos cocinando con bosta de animales y leña. No se puede seguir vendiendo en el mercado interno a precios internacionales. Por otro lado, los actuales contratos fueron firmados cuando el barril de petróleo costaba menos de 20 dólares (hoy vale casi 60), por eso deben ser revisados.
–¿Qué va a pasar con los precios de venta a Argentina?
–Hay que analizarlo después de resolver el abastecimiento interno, pero en todo caso queremos ampliar nuestros mercados de exportación a los países de la región. Lo que sí puedo asegurarles es que el negocio será entre Estados, ya no entre Repsol Bolivia y Repsol Argentina. Hay que pensar en las mayorías nacionales más que en los beneficios de las transnacionales.
–¿La nacionalización va a ser la primera medida de su gobierno?
–En lo económico sí. Y en lo político es la Asamblea Constituyente para acabar con el Estado colonial.
–Respecto de la problemática de la coca, que causa tantas fricciones con Estados Unidos, ¿cuál va a ser la política del MAS?
–No va a haber “coca cero”, vamos a cultivar de manera racionalizada para el consumo legal. Sí tiene que haber cocaína cero, narcotráfico cero. Debe impulsarse la lucha contra el narcotráfico sin intervención policial o militar extranjera. Hoy los norteamericanos dirigen nuestras Fuerzas Armadas y nuestra policía. Convoco al gobierno de Estados Unidos a hacer un pacto de lucha contra el narcotráfico que tiene que acabar con el secreto bancario, con la industria de los precursores y con la demanda. Sólo se puede terminar con el narcotráfico si hay cero cocainómanos y cero mercados.
–¿Cómo va a quedar la superficie cultivada?
–En el Chapare (la zona excedentaria) vamos a mantener un cato de coca por familia (40x40 metros): ése es el mejor aporte del movimiento campesino productor de la hoja de coca a la lucha contra el narcotráfico.
–Anteayer Estados Unidos envió una felicitación un tanto fría, ¿cómo imagina la relación con ese país a partir de ahora? Usted estuvo un poco duro contra EE.UU. en la CNN, habló de “Condolencia” Rice.
–(Ríe.) No sé si estuve duro, en todo caso el diálogo está abierto, incluido con el gobierno de Estados Unidos, que debe respetar la voluntad soberana del pueblo. Necesitamos relaciones, pero no relaciones de sometimiento ni de subordinación. Relaciones orientadas a resolver los problemas de las mayorías. No habrá chantajes ni condicionamientos. Y en esto no estamos solos. Estamos programando un viaje antes de la asunción (el 22 de enero), tengo una invitación de (Nelson) Mandela, una reunión con Lula y con (José Luis Rodríguez) Zapatero, además de un encuentro, postergado por años, con el gobierno chino.
–Jorge Quiroga hizo campaña diciendo que, si ganaba, Bolivia se sumaría al TLC con Estados Unidos. El MAS tiene una mirada más orientada hacia la región. ¿Qué va a pasar con el TLC a partir de ahora? ¿Bolivia se va a integrar plenamente al Mercosur?
–Cualquier tratado de comercio, sea el TLC o el Mercosur, debe estar orientado al comercio justo, de pueblo a pueblo, donde los microempresarios, los pequeños productores, e incluso en nuestro país los agroindustriales, sean los que resuelvan sus problemas y no sean las transnacionales que encima reciben subvenciones nos invadan con sus productos. El Nafta no ha resuelto absolutamente nada para pequeños y medianos productores ni cooperativas en México. Y, con esas experiencias, deberían revisarse esos tratados. Si se garantizan los mercados, bienvenido, y tal vez podamos entrar a Estados Unidos con la hoja de coca y no con la cocaína (ríe), con charque de llama (carne seca), quinua. En ese caso, estaremos abiertos al diálogo, pero acuerdos comerciales para eliminar al artesano, al pequeño productor, no va con nosotros.
–¿Se siente socialista, Evo Morales?
–Claro. Y el cambio social pasa por el cambio de cada uno de nosotros. Siempre he planteado que si queremos transformar Bolivia, Evo debe cambiar primero: no ser egoísta, no ser individualista, no ser acaparador, no ser maniobrero y pensar en las mayorías nacionales. Esa es mi experiencia en la lucha sindical y para eso estamos empezando a cambiar el MAS. Vamos a apostar al socialismo comunitario. En la tierra donde he nacido no hay propiedad privada, la zona ganadera y agrícola es de toda la comunidad. Hay que recuperar los principios de reciprocidad y de redistribución de nuestras riquezas.