01 noviembre, 2005
La democracia interna en el Frente Amplio
Hugo Cores
PVP- 567 Frente Amplio
“Lo que hoy está en juego es la reconquista de la democracia contra la tecnocracia: hay que acabar con la tiranía de los "expertos" al estilo del Banco Mundial o del FMI, que imponen sin discusión los veredictos del nuevo Leviatán, "los mercados financieros", y que no pretenden negociar sino "explicar". Hay que romper con esa nueva fe en la inexorabilidad histórica que profesan los teóricos del liberalismo. Hay que inventar nuevas formas de un trabajo político colectivo, capaz de constatar las necesidades, principalmente económicas (lo que puede ser tarea de expertos) pero para combatirlos y, si es del caso, para neutralizarlos (…)”
Sociólogo francés Pierre Bourdieu
(Discurso ante una asamblea de ferroviarios en huelga, 1995)
Hechos políticos significativos se suceden con rapidez. Anuncios de decisiones en el campo de la política económica, en las relaciones internacionales y en el impulso de medidas que siguen yendo a fondo para avanzar sobre la oscuridad que sigue reinando sobre los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura.
1- Esta sucesión de hechos nuevos contrasta con la ausencia de una dinámica que restituya a los organismos democráticos del Frente Amplio su capacidad de acompañar y participar, en su papel específico como fuerza política, el curso de los acontecimientos.
La navegación podrá transcurrir por aguas mansas o embravecidas pero la fuerza política, sus órganos de conducción y su militancia, permanecen por fuera. La miran de la orilla y se enteran por la prensa.
Es un estilo de trabajo nuevo y, a nuestro juicio, riesgoso. Sobre todo si aparecen, como es de presumir, escollos que lleven a sectores importantes de la población a sentirse contrariados por la lentitud (o la ausencia) de cambios.
En la dinámica del gobierno ha crecido sin pausa la influencia de las ideas y las propuestas del equipo económico, tanto en el tratamiento del Presupuesto quinquenal como en las pautas cambiarias y los anuncios de medidas para atraer inversión privada foránea.
Dada la significación de estos pronunciamientos y del contenido del Presupuesto –acerca del cual recién el lunes pasado se informó a las autoridades del FA – la influencia política de estos economistas resulta sobredimensionada.
El discurso que se formula es coherente con los lineamientos económicos urgidos por los organismos internacionales. Y de ahí emanan las decisiones desde donde se ordenará casi todo el quehacer del Estado para los próximos cinco años.
2- El Presupuesto no es todo. Un capítulo clave en torno al campo económico-social tiene relación con el objetivo reiteradamente señalado de la redistribución de la renta.
Para eso, desde la conducción económica se anunció que un instrumento será la reforma tributaria. La ya legendaria reforma tributaria sobre la que el equipo económico viene trabajando en forma reservada.
Ahora se acaba de anunciar que una vez terminado, el proyecto del Frente Amplio será de inmediato exhibido públicamente en una página WEB, de modo que la ciudadanía conozca su contenido y pueda formular sus preguntas e inquietudes.
Dicho de otro modo, el equipo dirigido por el Ministro Astori, en singular allanamiento democrático, se salteará toda instancia política interna en su partido y el de los demás (Mesa Política y Plenario Nacional) y los técnicos se dirigirán, Internet mediante, directamente a la población.
3- No nos parece conveniente el camino elegido y esperamos que exista rectificación de procedimientos.
Si no fuera así, se habría consagrado un desplazamiento del poder interno en el Frente Amplio que merece una discusión. La inclinación de ese lineamiento es claramente tecnocrática. Presupone que un conjunto bastante restringido de técnicos están en condiciones de decidir por el conjunto de los partidos y estructuras militantes de la organización política.
En su última visita a la Mesa Política, el Ministro suplente Mario Bergara pidió que “se confiara” en las orientaciones del equipo que integra.
Confiar, sostiene el Diccionario de la R. Academia, “es depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y de la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa”.
Dado que, en este caso, como en gran medida ocurrió con el Presupuesto, la información sobre el proyecto de ley de Impuesto a la Renta no ha sido trasmitida al Frente Amplio, el crédito que ahora se pide sería una suerte de confianza ciega, un acto de fe poco compatible con las tradiciones laicas de nuestra estampa política anudada, conviene no perderlo de vista, a los valores históricos de la izquierda.
Los criterios según los cuales se legislará para alcanzar el objetivo programático de ‘que pague más el que tiene más’ constituyen una opción legislativa de fondo, plena de implicancias políticas e ideológicas de todo tipo. Nadie podría sustraer legítimamente esta discusión a los partidos y al movimiento de base organizado que es el Frente Amplio.
4- En torno a este aspecto debe quedar claro que no se pretende poner en duda la idoneidad técnica de los economistas que impulsan la actual política económica. Pero todos tienen que admitir que tratándose, como ellos mismos expresan, de medidas que reciben, en reiteración, las muestras jubilosas de aprobación de quienes hasta ayer eran considerados como la expresión viviente de una intromisión indeseable en nuestros asuntos internos, como el FMI, hay que admitir decíamos, que se trata de temas discutibles y cambios de rumbo no desprovistos de brusquedad.
¿Cómo se entiende entonces que los partidos que integran la coalición de gobierno, muchos de ellos con respaldos políticos nacidos no precisamente de la imagen tecnocrática de sus líderes, se enteren al mismo tiempo que el resto de los ciudadanos de las leyes que su fuerza política, el Frente Amplio, está presentando a la consideración pública?
La idea de un grupo de “sabios” que conduce a los pueblos hacia la realización de su prosperidad no es nueva. Por lo general empata mal con la construcción de la democracia política. Ignora la educación ciudadana, castra los procesos de elaboración teórica y política, deja sin materia a los partidos políticos y vuelve aséptica la vida intelectual y académica.
5- Cuando se formulan estas propuestas que apuntan a la despolitización y a la desideologización de la izquierda parece perderse de vista la importancia que posee la militancia frentista en la formación de opinión en el país.
A menudo se critica el funcionamiento de los Comités de Base. Sin embargo estos han demostrado no una sino muchas veces, que aunque pasan por períodos de vida apenas virtual o larvaria, cuando se los convoca, se respeta sus tiempos de debate y se le define un campo de acción, son capaces de generar apoyos de masas de enorme peso, como se demostró en el plebiscito del 7 de diciembre del 2003.
La necesidad de abrir cauces de participación, a las que todas las tecnocracias son renuentes, no es por un problema de confianza o de curiosidad.
La participación democrática de la fuerza política genera ímpetu, mejora el contenido de las propuestas y, en los momentos decisivos, actúa como factor de persuasión hacia otros sectores populares a los que no es fácil convencer desde el mero aparato del Estado. Y sí se le llega con el argumento desde el ‘puerta a puerta’ o la discusión en un barrio, un lugar de estudio o de trabajo.
Esa ha sido siempre nuestra manera de entender y de ejercer la democracia. Una forma de acción política permanente, y no solo electoral, que nos ha caracterizado y nos ha dado una identidad en la región, sobre todo en la hora de defender mediante la democracia directa nuestras empresas públicas ante el entusiasmo privatizador de los neoliberales.
Publicado en La República el lunes 31 de octubre de 2005
PVP- 567 Frente Amplio
“Lo que hoy está en juego es la reconquista de la democracia contra la tecnocracia: hay que acabar con la tiranía de los "expertos" al estilo del Banco Mundial o del FMI, que imponen sin discusión los veredictos del nuevo Leviatán, "los mercados financieros", y que no pretenden negociar sino "explicar". Hay que romper con esa nueva fe en la inexorabilidad histórica que profesan los teóricos del liberalismo. Hay que inventar nuevas formas de un trabajo político colectivo, capaz de constatar las necesidades, principalmente económicas (lo que puede ser tarea de expertos) pero para combatirlos y, si es del caso, para neutralizarlos (…)”
Sociólogo francés Pierre Bourdieu
(Discurso ante una asamblea de ferroviarios en huelga, 1995)
Hechos políticos significativos se suceden con rapidez. Anuncios de decisiones en el campo de la política económica, en las relaciones internacionales y en el impulso de medidas que siguen yendo a fondo para avanzar sobre la oscuridad que sigue reinando sobre los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura.
1- Esta sucesión de hechos nuevos contrasta con la ausencia de una dinámica que restituya a los organismos democráticos del Frente Amplio su capacidad de acompañar y participar, en su papel específico como fuerza política, el curso de los acontecimientos.
La navegación podrá transcurrir por aguas mansas o embravecidas pero la fuerza política, sus órganos de conducción y su militancia, permanecen por fuera. La miran de la orilla y se enteran por la prensa.
Es un estilo de trabajo nuevo y, a nuestro juicio, riesgoso. Sobre todo si aparecen, como es de presumir, escollos que lleven a sectores importantes de la población a sentirse contrariados por la lentitud (o la ausencia) de cambios.
En la dinámica del gobierno ha crecido sin pausa la influencia de las ideas y las propuestas del equipo económico, tanto en el tratamiento del Presupuesto quinquenal como en las pautas cambiarias y los anuncios de medidas para atraer inversión privada foránea.
Dada la significación de estos pronunciamientos y del contenido del Presupuesto –acerca del cual recién el lunes pasado se informó a las autoridades del FA – la influencia política de estos economistas resulta sobredimensionada.
El discurso que se formula es coherente con los lineamientos económicos urgidos por los organismos internacionales. Y de ahí emanan las decisiones desde donde se ordenará casi todo el quehacer del Estado para los próximos cinco años.
2- El Presupuesto no es todo. Un capítulo clave en torno al campo económico-social tiene relación con el objetivo reiteradamente señalado de la redistribución de la renta.
Para eso, desde la conducción económica se anunció que un instrumento será la reforma tributaria. La ya legendaria reforma tributaria sobre la que el equipo económico viene trabajando en forma reservada.
Ahora se acaba de anunciar que una vez terminado, el proyecto del Frente Amplio será de inmediato exhibido públicamente en una página WEB, de modo que la ciudadanía conozca su contenido y pueda formular sus preguntas e inquietudes.
Dicho de otro modo, el equipo dirigido por el Ministro Astori, en singular allanamiento democrático, se salteará toda instancia política interna en su partido y el de los demás (Mesa Política y Plenario Nacional) y los técnicos se dirigirán, Internet mediante, directamente a la población.
3- No nos parece conveniente el camino elegido y esperamos que exista rectificación de procedimientos.
Si no fuera así, se habría consagrado un desplazamiento del poder interno en el Frente Amplio que merece una discusión. La inclinación de ese lineamiento es claramente tecnocrática. Presupone que un conjunto bastante restringido de técnicos están en condiciones de decidir por el conjunto de los partidos y estructuras militantes de la organización política.
En su última visita a la Mesa Política, el Ministro suplente Mario Bergara pidió que “se confiara” en las orientaciones del equipo que integra.
Confiar, sostiene el Diccionario de la R. Academia, “es depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y de la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa”.
Dado que, en este caso, como en gran medida ocurrió con el Presupuesto, la información sobre el proyecto de ley de Impuesto a la Renta no ha sido trasmitida al Frente Amplio, el crédito que ahora se pide sería una suerte de confianza ciega, un acto de fe poco compatible con las tradiciones laicas de nuestra estampa política anudada, conviene no perderlo de vista, a los valores históricos de la izquierda.
Los criterios según los cuales se legislará para alcanzar el objetivo programático de ‘que pague más el que tiene más’ constituyen una opción legislativa de fondo, plena de implicancias políticas e ideológicas de todo tipo. Nadie podría sustraer legítimamente esta discusión a los partidos y al movimiento de base organizado que es el Frente Amplio.
4- En torno a este aspecto debe quedar claro que no se pretende poner en duda la idoneidad técnica de los economistas que impulsan la actual política económica. Pero todos tienen que admitir que tratándose, como ellos mismos expresan, de medidas que reciben, en reiteración, las muestras jubilosas de aprobación de quienes hasta ayer eran considerados como la expresión viviente de una intromisión indeseable en nuestros asuntos internos, como el FMI, hay que admitir decíamos, que se trata de temas discutibles y cambios de rumbo no desprovistos de brusquedad.
¿Cómo se entiende entonces que los partidos que integran la coalición de gobierno, muchos de ellos con respaldos políticos nacidos no precisamente de la imagen tecnocrática de sus líderes, se enteren al mismo tiempo que el resto de los ciudadanos de las leyes que su fuerza política, el Frente Amplio, está presentando a la consideración pública?
La idea de un grupo de “sabios” que conduce a los pueblos hacia la realización de su prosperidad no es nueva. Por lo general empata mal con la construcción de la democracia política. Ignora la educación ciudadana, castra los procesos de elaboración teórica y política, deja sin materia a los partidos políticos y vuelve aséptica la vida intelectual y académica.
5- Cuando se formulan estas propuestas que apuntan a la despolitización y a la desideologización de la izquierda parece perderse de vista la importancia que posee la militancia frentista en la formación de opinión en el país.
A menudo se critica el funcionamiento de los Comités de Base. Sin embargo estos han demostrado no una sino muchas veces, que aunque pasan por períodos de vida apenas virtual o larvaria, cuando se los convoca, se respeta sus tiempos de debate y se le define un campo de acción, son capaces de generar apoyos de masas de enorme peso, como se demostró en el plebiscito del 7 de diciembre del 2003.
La necesidad de abrir cauces de participación, a las que todas las tecnocracias son renuentes, no es por un problema de confianza o de curiosidad.
La participación democrática de la fuerza política genera ímpetu, mejora el contenido de las propuestas y, en los momentos decisivos, actúa como factor de persuasión hacia otros sectores populares a los que no es fácil convencer desde el mero aparato del Estado. Y sí se le llega con el argumento desde el ‘puerta a puerta’ o la discusión en un barrio, un lugar de estudio o de trabajo.
Esa ha sido siempre nuestra manera de entender y de ejercer la democracia. Una forma de acción política permanente, y no solo electoral, que nos ha caracterizado y nos ha dado una identidad en la región, sobre todo en la hora de defender mediante la democracia directa nuestras empresas públicas ante el entusiasmo privatizador de los neoliberales.
Publicado en La República el lunes 31 de octubre de 2005