17 octubre, 2005

 

Aún queda mucho rabo por desollar

Hugo Cores

En los últimos días se ha hablado bastante del malestar de las bases frenteamplistas, de desafiliaciones masivas y del presunto divorcio existente entre la dirección y los militantes. Curiosamente muchas de estas “informaciones” proceden de quienes a nombre de una supuesta post modernidad se refieren a la militancia y a las identificaciones ideológicas como hechos del pasado, como atavismos que cualquier izquierda moderna debiera haber tirado al tacho de basura desde hace tiempo.

Malestares y divorcios
El punto culminante de esta tensión lo constituyó el debate en el Parlamento de la autorización solicitada por el Ejecutivo para la participación de la Armada en la Operación UNITAS. Se trató efectivamente de un hecho traumático que no dejó a la izquierda bien parada. De hecho solo la conducta asumida por el diputado Chifflet resultó representativa del sentir mayoritario de los frentistas.

Una de las claves de la situación es que el gobierno tendrá que aceptar las críticas y procurar corregir posiciones y estilos de trabajo no-participativo que no tienen respaldo en la fuerza política.

La militancia frenteamplista, al mismo tiempo, tendrá que multiplicar su accionar en defensa de las conquistas que paso a paso vaya logrando este gobierno. Y generar otras.

Lo que no podemos hacer es alentar la incomprensión y la desmovilización. Gran parte de lo que está por hacerse requerirá luchas. Confrontación de ideas, crecimiento de la movilización popular, denuncia de los privilegios, desmoralización de los remanentes autoritarios que sobreviven en el Estado y todo lo demás. Todo esto ¿cómo lo haremos si no es actuando en forma unida?

Lo que está en juego
Creo de debiera estar claro que una cosa son los errores o desavenencias internas con nuestro gobierno y otra los beneficios que las derechas esperan obtener de estas circunstancias.

Lo que está en juego es la profundización de ese hecho fundamental que fue la conquista del gobierno por parte de la izquierda en las elecciones del 31 de octubre. Hubo ahí un corte trascendente en la historia del país.

Si hacerse cargo de las palancas del gobierno es una experiencia inexplorada y turbadora para la izquierda, el hecho de estar lejos de ellas resulta desesperante para los que han detentado siempre los espacios de privilegio. Aunque por ahora resulta apenas simbólico, los efectos de la intemperie son sentidos como un peligro grave.

Un programa de signo popular y los factores de retroceso.
Es indudable el carácter popular del programa que anima a este gobierno. La búsqueda, por parte del elenco, en lo grande y en lo pequeño, de soluciones favorables a los más pobres, a los trabajadores, a los excluidos.

Algunos de esos pasos son relativamente pequeños, para la gravedad de la situación, como los esfuerzos que se realizan a través del Plan de Emergencia. Pero tienen un significado profundo: es el que les da el hecho que por primera vez un gobierno reconoce la gravedad de la miseria existente y busca reparar los eslabones más débiles.

La gratuidad del boleto estudiantil en la amplia zona metropolitana es una conquista importante. ¡Los palos que costaron, hace 30 o 40 años, las rebajas al boleto obtenidas con la lucha estudiantil!

Otros hechos tienen una importancia mayor, como lo es la convocatoria de los Consejos de Salarios, que representaron a cientos de miles de trabajadores. Ahora, significativamente y por primera vez, también para las empleadas domésticas. Nuevos sindicatos, gremios más fuertes, más desafíos para trasmitir a las nuevas generaciones lo aprendido a lo largo de decenios de luchas y sacrificios.

En el mismo sentido apunta la decisión de amparar el ejercicio de los derechos sindicales, la negativa a desalojar los locales ocupados por los trabajadores en el ejercicio del derecho de huelga.

Estos lineamientos, son todavía, en cierto sentido, virtuales. Pero son pasos decisivos en un proceso importante de fortalecimiento organizativo de la clase trabajadora. Y esto es clave en un proceso de acumulación de fuerzas.

La organización y la lucha de los trabajadores es un factor que tiende a ordenar el conjunto del acontecer político. Lo que organiza, es progresista. Lo que divide y desmoraliza, no lo es.

Los pro y los contra de ‘no hacer olas’
Al mismo tiempo hay factores de estancamiento en varios planos. Los más trascendentes son los compromisos asumidos con el FMI, que se vienen cumpliendo con una minuciosidad digna de mejor causa. La apuesta a la inversión privada extranjera defendida como “único camino” amenaza con abortar cualquier proyecto de país productivo.

Desde las galerías del neoliberalismo nos prodigan elogios, pero ellos no son ni lo serán nunca nuestros aliados. Son los procónsules de los intereses dominantes en un mundo cada vez más injusto y con imposiciones cada vez más difícil de soportar, sobre todo para los países periféricos como el nuestro.

La línea gradualista, el propósito de “no hacer olas” frente a los ojos de los defensores del orden imperial es una silueta que pudo, por un período, resultar útil: desactivar el clima de “alarma pública”, el trastorno por el miedo ante la ‘inminencia del caos’ en caso que la izquierda alcanzara el gobierno. Todo eso la derecha lo intentó y no ha conseguido privar al gobierno de su apoyo popular.

Ahora bien una línea con aristas polémicas como la que se viene desarrollando exige una participación mayor del cuerpo activo de la masa frenteamplista. Y lo exigen sobre todo los cambios que están por venir. Este podrá ser un gobierno de cambios leves y lentos pero lo que no debe dejar ninguna duda es que será un gobierno de cambios. Una acción destinada a revertir la corriente de entrega y empobrecimiento que dejaron las administraciones anteriores.

Y las que van a venir…
Buena parte de las batallas que aparecen en el horizonte requieren un cambio en el grado de participación popular en la vida y en las decisiones políticas. Y un cambio del clima público. Para vencer las rémoras del Estado burocrático, se hará necesario un estado de debate y de espíritu fermental en el campo popular que hoy no parece existir.

La aplicación de un nuevo modelo de atención de la salud, por ejemplo.

O la aplicación de una reforma tributaria en aras de la redistribución de la renta requerirá debates internos y externos. Y dado que hay que vencer resistencias se harán necesarias las movilizaciones populares.

O la lucha contra las camarillas gerenciales aliadas al privilegio que subsisten en las empresas públicas. O la consagración de leyes que terminen con el estorbo y el peligro que significa la subsistencia de la doctrina de la seguridad nacional en las Fuerzas Armadas. O el apoyo a las fábricas que, ahora o más adelante, están siendo o serán gestionadas por los propios trabajadores.

El desaliento y la división son lujos que no nos podemos permitir.
Para todas esas ‘batallas de ideas’ y políticas se precisará más información, más vida orgánica de las organizaciones populares, más extensión de los ciudadanos que participan en los debates.

Tomemos por ejemplo el proyecto de cambios de fondo que contiene el programa del gobierno en materia de salud.

Hoy, en el debate nacional, ¿quién tiene más peso? ¿Los núcleos profesionales que se han enriquecido haciendo de la medicina un pingüe negocio o el millón de uruguayos que carece de cualquier tipo de asistencia?

Preguntarlo es contestarlo. A la vez, la existencia de una situación de injusticia y de desigualdad en el disfrute de un derecho humano esencial como la salud, ¿no nos convoca como frenteamplistas a ponernos del lado de los que serán reparados con el nuevo esquema de salud?

Dicho de otra manera, con cierta independencia de cómo conduce el gobierno, hay unas obligaciones que son nuestras. Obligación de exigir información y debate a nuestros propios compañeros, obligación a conjuntar fuerzas para avanzar en transformaciones de signo igualitario y justiciero.

Ha habido errores. Algunas porcelanas se han quebrado, pero el mundo no termina ahí. Esto recién empieza. Hay mucho rabo por desollar como para permitirnos el lujo del desaliento y la dispersión.

Publicado en La República, Montevideo, 17 de octubre de 2005

 

El enemigo del pueblo

Juan Gelman
Pág. 12, Bs. As., Argentina

No se trata del drama de Henrik Ibsen. Más bien de la voluntad de la Casa Blanca de militarizar la sociedad civil norteamericana como si fuera su enemiga. Primero el terrorismo, luego Katrina y ahora la amenaza de una pandemia de influenza aviaria abren las puertas para la práctica de esa voluntad. El peligro de la llamada “gripe del pollo” es real. Pero, en vez de fortalecer el ámbito de la salud pública, W. Bush quiere ponerlo bajo el control del Pentágono y exhortó al Congreso a otorgarle plenos poderes para emplear tropas en el caso de que el virus H5N1 invada el país. “Si esto sucediera en alguna parte de EE.UU., ¿no habría que poner en cuarentena esa parte del país? –preguntó en su conferencia de prensa del 4 de octubre pasado–. ¿Y cómo hacerlo? Una opción es el uso de las fuerzas armadas, una cuestión importante que el Congreso debe debatir” (San Francisco Chronicle, 5-10-05). Dicho de otra manera, propuso la anulación de la ley Posse Comitatus de 1878 que prohíbe a los militares ejercer de policías en territorio estadounidense. Sería ésa “una medida draconiana (que) equivale a la ley marcial en EE.UU.”, señaló el Dr. Irwin Redlener, decano asociado de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Columbia (CNN, 6-10-05). El jueves 6, el Senado sumó una partida de mil millones de dólares al presupuesto del Pentágono, no al de los servicios de salud, para enfrentar la amenaza de esa pandemia. Sin debatir la cuestión de fondo, claro.

W. inauguró públicamente el tema a fines de septiembre al referirse a los estragos de Katrina. Scott McLellan, portavoz de la Casa Blanca, lo expresó sin ambages: en caso de catástrofe, natural o terrorista, “el Departamento de Defensa asumiría la responsabilidad de la situación y aportaría una abrumadora cantidad de recursos para estabilizarla”. La idea de un control militar más centralizado de la población civil no es nueva en la cabeza de los “halcones-gallina” y se ha vuelto obsesiva desde los atentados del 11/9. Como otros legisladores que insisten en otorgar a las Fuerzas Armadas la facultad de arrestar a civiles, el demócrata Joseph R. Biden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, declaró hace años que la Posse Comitatus “debe ser modificada” (The Washington Times, 22-7-02). Por lo pronto, las tropas enviadas a Nueva Orleans podían tirar a matar a saqueadores y otras molestias que aparecieron en la ciudad devastada. Si es verdad, como repiten los ideólogos straussianos de Washington, que los extremistas islámicos hacen lo que hacen porque “odian nuestras libertades”, no tardará en disminuir el terrorismo en todo el mundo.

La enmienda de hecho de la Posse Comitatus comenzó en la década del ‘80. En su documental In 911: The Road to Tiranny (1991), Alex Jones mostró el entrenamiento de efectivos norteamericanos en la detención de compatriotas civiles; un marine retirado confiesa que en 1988 se adiestró tirando abajo puertas en Norfolk, Virginia. En Police State 2000, Jones documentó la “Operación guerrero urbano”: militares y policías irrumpían en casas, detenían a sus habitantes –actores contratados– y los confinaban detrás de alambradas de púa. Los actores debían entonces insistir en sus derechos y exigir su libertad; las tropas, a su vez, debían ignorarlos. “No se tolerará ninguna desobediencia civil”, grita un oficial (www.infowars.com, 28-9-2005). Esa es la idea.

En el 2002, so capa de la “guerra antiterrorista”, se llevaron a cabo simulacros de combate contra eventuales guerrillas urbanas en escala sin precedente en los EE.UU.: unos 13.500 efectivos del ejército, la marina, la fuerza aérea y el cuerpo de marines fueron entrenados para el caso en 26 puntos del país (AFP, 24-7-02). Se han realizado centenares de operativos de esta naturaleza bajo la conducción del Comando conjunto de operaciones especiales del Pentágono. Que, en efecto, ha diseñado “planes de guerra” que ejecutarían el Comando Norte y el Departamento de Seguridad Interior si se produce un nuevo ataque terrorista en suelo norteamericano (prisonplanet.com, 29-1-05). Uno de esos programas, bautizado Power Geyser, data de 1997 y fue ampliado después del 11/9. Sus grupos comando son como los que combaten contra la insurgencia afgana o iraquí, pero su tarea está centrada en el país (The New York Times, 24-1-05).

Esta información se hizo pública por primera vez a mediados de enero de este año: apareció en el libro titulado Code Names: Desciphering U.S. Military Plans, Programs and Operations in the 9/11 World. Su autor, William M. Arkin, ex analista de los servicios de espionaje del ejército estadounidense, advierte que en planes de contingencia como el JCS Conplan 0300-97 se han previsto “misiones extralegales para combatir al terrorismo en EE.UU”. En un artículo publicado en Los Angeles Times (23-11-03), Arkin señalaba ya que “bajo la bandera de la ‘seguridad interior’, las comunidades militares y de Inteligencia están introduciendo cambios de largo alcance que tornan borrosas las fronteras entre el terrorismo y las crisis de otro tipo y que anulan las barreras erigidas hace mucho contra toda acción y vigilancia militares dentro de EE.UU.” Crisis de otro tipo pueden ser las sociales, ¿verdad? Y el complejo militar-industrial, como lo bautizó Eisenhower, afila su tecnología de avanzada para esos fines. En Irak ya se utilizan artefactos acústicos que pueden emitir tonos agudísimos y causar dolor y hasta sorderas permanentes (Los Angeles Times, 8-8-04), pronto habrá pequeños “superdirigibles” de vigilancia que podrán volar más alto que los aviones comerciales (NBC, 27-8-05) y la megaempresa Honda ha fabricado un humanoide con futuro policial. Cubre 100 metros en 2 minutos y quien quiera verlo correr, puede visitar el sitio world.honda.com/HDTV/ASI MO. Comprobará que lo simpático no quita lo siniestro.

 

El valor de las palabras

Jorge Gómez Barata

"Predica todo el tiempo, si es necesario utiliza las palabras"

San Francisco de Asís


Cuando sobran, las palabras abruman, pierden eficacia y el discurso en lugar de persuadir, aburre. También son ociosas cuando elogian en demasía, resaltan lo obvio o intentan convertir en trascendente lo trivial. Nunca son peores que cuando se utilizan para ocultar la verdad en lugar de revelarla.

No fue en una junta de la Academia de la Lengua, sino en la Cumbre Iberoamericana que en Salamanca congregó a los mandatarios latinoamericanos y de España y Portugal o a sus representantes, donde acaba de establecerse que bloqueo y embargo no son sinónimos no pueden ser utilizados como sucedáneos ni uno debe ocupar el lugar del otro.

La confusión, conscientemente introducida por los Estados Unidos, tal vez para amortiguar el peso que sobre su conciencia hace recaer su injusta e injustificada guerra económica contra Cuba, duró más de cuarenta años.

Desde hace mucho tiempo, en conferencias y eventos internacionales para aludir en tono critico la política norteamericana hacía Cuba, sin molestar excesivamente a los representantes imperiales, se acudía a imaginativos eufemismos como: "medidas coercitivas", "trabas al comercio internacional" y otras formulas para evitar llamar por su nombre al bloqueo contra Cuba.

Como para que no hubiera lugar a equívocos, la formulación adoptada por la Cumbre Iberoamericana de Salamanca, no sólo fue clara, sino categórica e incluso perentoria:

"Solicitamos ? dice el texto de la Declaración Final ? en particular al gobierno de los Estados Unidos que con carácter inmediato detenga la aplicación de las medidas adoptadas en el curso de los dos últimos años con el objetivo de fortalecer y profundizar el impacto de su política de bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba".

De haberse tratado de una reunión académica, se hubiera reflexionado acerca de que las palabras y luego el lenguaje surgieron en lo ignoto de los tiempos, cuando los hombres necesitaron comunicarse para relacionarse, asociarse, colaborar, convivir y trascender y se hubiera insistido en que ellas son los instrumentos con que se construyen las doctrinas, las tesis y las teorías, se escriben los tratados, los relatos, los poemas y las canciones, se difunden las ideas y se preserva la memoria histórica.

Nadie ha evidenciado mejor que Jesucristo el poder le las palabras con las que en su breve paso por la tierra predicó una ética en la que mentir, levantar falsos testimonios y blasfemar son pecados que pueden cometerse con palabras.

Nunca antes la embajada norteamericana se había preocupado tanto por la pureza de la lengua, al punto de declarar que se muestra inquieta porque la palabra embargo haya sido desechada para colocar en su lugar bloqueo, que es la que corresponde. Tienen razón en inquietarse.

El paso está dado y el precedente se ha creado, nunca más volverá a retrocederse a la infamia de utilizar un eufemismo para ocultar el crimen que significa intentar matar de hambre a un país.

No obstante, sobran oportunidades. Estados Unidos tiene a su alcance la fórmula para evitar que una y otra palabra sean invocadas, citadas o escuchadas: cese la guerra económica contra Cuba, asúmase con altura la lucha política y bloqueo, tanto como embargo pasaran al olvido.

16 octubre, 2005

 

Pinter: Una molestia pública constante

Joseph Mutti

"No hay ninguna distinción exacta entre lo que es real y lo que es irreal," dice el dramaturgo inglés Harold Pinter, "ni entre lo que es verdadero y lo que es falso. Una cosa no es necesariamente verdadera o falsa; puede ser que ambas sean verdaderas y falsas."

Bueno, su Premio Nobel en Literatura -que recibió sólo tres días después de su 75 cumpleaños, el 10 de octubre- fue ciertamente real. Incluyó la irreal (por lo menos para mí) suma de más de un millón de dólares, bien merecidos después de una vida de dedicación a su arte y a la política que produjo 29 obras teatrales y 21 guiones audiovisuales. Dinero que empleará indudablemente bien.

Y, como todo lo relacionado con Harold Pinter, el premio es un asunto muy polémico, pues muchos periódicos en los Estados Unidos condenan a la persona que ha criticado tan brutalmente a la administración Bush. El propio Pinter ha hecho saber bien claro que él cree que precisamente esta es la razón por la que recibió el Premio Nobel.

"Yo sospeché que ellos deben de haber tenido en cuenta mis actividades políticas," dijo Pinter al periódico The Guardian, "como mi compromiso político es una parte muy importante dentro de mi trabajo, se entreteje en muchas de mis obras."

El escritor y poeta manifestó su hastío por la participación de su país en la invasión a Irak, diciendo que gracias al gobierno de Blair Inglaterra había sido "rebajada, traída a menos y deshonorada" por "su desdeñable subordinación a los Estados Unidos."

"Una de las imágenes más nauseabundas del año 2002 es la de nuestro primero ministro arrodillado en la iglesia el día de Navidad orando por la paz en el mundo y por la buena voluntad hacia todos los hombres, mientras preparaba simultáneamente el asesinato de miles de personas totalmente inocentes en Irak."

En su típico implacable lenguaje Pinteresco, agregó que había sido criticado por el embajador norteamericano en Londres por describir a la administración norteamericana como un animal salvaje sediento de la sangre, "Todo lo que puedo decir es: eche una mirada a la cara de Donald Rumsfeld y el caso está cerrado."

Aunque Harold Pinter dice que todavía cree en su aserción de que no hay grandes diferencias entre realidad y falsedad, agrega que como ciudadano especialmente activo contra la injusticia social tiene el deber de preguntar: ¿Cuál es la verdad? ¿Qué es lo falso? Y esto es lo que ha hecho constantemente, desafiar a los sucesivos gobiernos británicos y norteamericanos por sus políticas de intervención y guerra.

Su oposición a la guerra en Irak también ha tomado el forma de poesía. Su poema "God Bless America" fue escrito cuando Bush y Blair estaban preparando su invasión en enero de 2003:


God Bless America Que Dios Bendiga América

Here they go again, Aquí vienen otra vez
The Yanks in their armoured parade Los Yanquis en su desfile armado
Chanting their ballads of joy Cantando sus baladas de alegría
As they gallop across the big world Galopeando a través del inmenso mundo
Praising America's God. Alabando al Dios de Norteamérica

The gutters are clogged with the dead Las fosas están tupidas con los muertos
The ones who couldn't join in Los que no pudieron participar
The others refusing to sing Los que renunciaron a cantar
The ones who are losing their voice Los que perdieron su voz
The ones who've forgotten the tune. Los que olvidaron la melodía
The riders have whips which cut. Los jinetes tienen látigos cortantes.
Your head rolls onto the sand Tu cabeza rueda por la arena
Your head is a pool in the dirt Tu cabeza es un charco en la tierra
Your head is a stain in the dust Tu cabeza es una mancha en el polvo
Your eyes have gone out and your nose Tus ojos se han ido y tu nariz
Sniffs only the pong of the dead Sólo huele el olor de los muertos
And all the dead air is alive Y todo el aire muerto esta vivo
With the smell of America's God. Con el olor del Dios de Norteamérica

Como ilustra el poema, Pinter cree que la guerra "contiene en si misma una alegría palpable en la destrucción. El poder, como se ha comentado a menudo, es el gran afrodisíaco, también, al parecer, lo es la muerte de otros."

En su biografía del escritor, Michael Billington dijo que Harold Pinter era "a su favor, una molestia pública constante, interrogador de verdades aceptadas, tanto en la vida como en el arte." Los dos, agregó Billington, interactúan recíprocamente.

Harold Pinter también es implacable en su condena a aquéllos que no hablan. La mayoría silenciosa que es tan culpable como aquéllos que aprietan los gatillos y empujan los botones de las armas que destruyen tantas vidas cada día. Nosotros usamos el idioma para disimular la realidad, acusa. Nosotros lo usamos porque somos cobardes, porque "no podemos enfrentar la muerte. Pero debemos enfrentarla porque ellos mueren en nuestro nombre. Debemos prestar atención a lo que se está haciendo en nuestro nombre."

Siguiendo esta línea está la crítica hecha por anteriores poetas de guerra sobre la complacencia de las personas en la casa satisfecho llevado vidas normales cuyo mayor preocupación es el estado de tiempo:

Weather Forecast Pronosticó del Tiempo

The day will get off to a cloudy start. El día empezara nublado
It will be quite chilly Hará bastante frío
But as the day progresses Pero a medida que progrese el día
The sun will come out El sol saldrá
And the afternoon will be dry and warm. Y la tarde será seca y calorosa.

In the evening the moon will shine Por la noche la luna brillara
And be quite bright. Y relumbrara bastante.
There will be, it has to be said, Habrá, hay que decir,
A brisk wind Un viento vigoroso
But it will die out by midnight. Pero cesará para la medianoche.
Nothing further will happen. Nada más sucederá

Comentando acerca del discurso que dará en el Estocolmo al aceptar el premio, el dramaturgo más famoso de Inglaterra comentó: "claro, voy a decir lo que pienso. Puedo perfectamente referirme al estado del mundo."

Podemos estar seguros de que es lo que hará.

14-10-2005
Cubadebate

15 octubre, 2005

 

Ayudemos a Clara a encontrar a Victoria

Victoria, la hermana de Clara Petrakos, nació en 1977 en la cárcel
Clandestina de la dictadura argentina conocida como El Pozo de
Banfield. Los represores la secuestraron y nadie sabe donde está
o cual es su nombre. Clara tiene la esperanza de que haciendo
circular su foto y la de sus padres, Victoria pueda reconocer el
parecido y averiguar sobre su pasado. Ayudemos a que estas
hermanas se reencuentren haciendo circular esta foto:


 

Los diablos del Diablo

Eduardo Galeano


El Diablo es musulmán
Ya el Dante sabía que Mahoma era terrorista. Por algo lo ubicó en uno de los círculos del infierno, condenado a pena de taladro perpetuo. "Lo ví rajado", celebró el poeta en La divina comedia, "desde la barba hasta la parte inferior del vientre."
Más de un Papa había comprobado que las hordas musulmanas, que atormentaban a la Cristiandad, no estaban formadas por seres de carne y hueso, sino que eran un gran ejército de demonios que más crecía cuanto más sufría los golpes de las lanzas, las espadas y los arcabuces.

En tiempos actuales, los misiles fabrican muchos más enemigos que los enemigos que destripan. Pero, ¿qué sería de Dios, al fin y al cabo, sin enemigos? El miedo manda, las guerras comen miedo. La experiencia prueba que la amenaza del infierno es siempre más eficaz que la promesa del Cielo. Bienvenidos sean los enemigos. En la Edad Media, cada vez que tambaleaba el trono, por bancarrota o furia popular, los reyes cristianos denunciaban el peligro musulmán, desataban el pánico, lanzaban una nueva Cruzada y santo remedio. Ahora, hace un ratito nomás, George W. Bush ha sido reelecto presidente del planeta gracias a la oportuna aparición de Bin Laden, el Satán mayor del reino, que en vísperas de la elección anunció, desde la tele, que iba a comerse a todos los niños crudos.

Allá por el año 1564, el demonólogo Johann Wier había contado los diablos que estaban trabajando en la tierra, a tiempo completo, por la perdición de las almas cristianas. Había siete millones cuatrocientos nueve mil ciento veintisiete, que actuaban divididos en setenta y nueve legiones.

Muchas aguas hirvientes han pasado, desde aquel censo, bajo los puentes del infierno. ¿Cuántos suman, hoy día, los enviados del reino de las tinieblas? Las artes de teatro dificultan el conteo. Estos engañeros siguen usando turbantes, para ocultar sus cuernos, y largas túnicas tapan sus colas de dragón, sus alas de murciélago y la bomba que llevan bajo el brazo.

El Diablo es judío
Hitler no inventó nada. Desde hace dos mil años, los judíos son los imperdonables asesinos de Jesús y los culpables de todas las culpas.

¿Cómo? ¿Que Jesús era judío? ¿Y judíos eran también los doce apóstoles y los cuatro evangelistas? ¿Cómo dice? No puede ser. Las verdades reveladas están más allá de la duda y no exigen más evidencia que su propia existencia. Las cosas son como se dice que son, y se dice porque se sabe: en las sinagogas el Diablo dicta clase, y los judíos están desde siempre dedicados a profanar hostias y a envenenar aguas benditas. Por ellos han ocurrido las bancarrotas económicas, las crisis financieras y las derrotas militares; son ellos quienes han traído la fiebre amarilla y la peste negra y todas las pestes.

Inglaterra los expulsó, sin dejar ni uno, en el año 1290, pero eso no impidió que Chaucer, Marlowe y Shakespeare, que nunca habían visto un judío, fueran obedientes a la caricatura tradicional y reprodujeran personajes judíos según el molde satanísimo del parásito chupasangre y el avaro usurero.

Acusados de servir al Maligno, estos malditos anduvieron los siglos de expulsión en expulsión y de matanza en matanza. Después de Inglaterra, fueron sucesivamente echados de Francia, Austria, España, Portugal y numerosas ciudades suizas, alemanas e italianas. Los reyes católicos, Isabel y Fernando, expulsaron a los judíos, y también a los musulmanes, porque ensuciaban la sangre. Los judíos habían vivido en España durante trece siglos. Se llevaron las llaves de sus casas. Hay quienes las tienen todavía. Nunca más volvieron.

La colosal carnicería organizada por Hitler culminó una larga historia de persecución y humillación. La caza de judíos ha sido siempre un deporte europeo. Ahora los palestinos, que jamás lo practicaron, pagan la cuenta.

El Diablo es mujer
El libro Malleus Maleficarum, también llamado El martillo de las brujas, recomendaba el más despiadado exorcismo contra el demonio que lleva tetas y pelo largo. Dos inquisidores alemanes, Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, lo escribieron, por encargo del Papa Inocencio VIII, para hacer frente a las conspiraciones demoníacas contra la Cristiandad. Se publicó por primera vez en 1486, y hasta fines del siglo dieciocho fue el fundamento jurídico y teológico de los tribunales de la Inquisición en varios países.

Los autores sostenían que las brujas, harén de Satán, representaban a las mujeres en estado natural: "Toda brujería proviene de la lujuria carnal, que en las mujeres es insaciable." Y demostraban que "esos seres de aspecto bello, contacto fétido y mortal compañía" encantaban a los hombres y los atraían, silbidos de serpiente, colas de escorpión, para aniquilarlos. Y advertían a los incautos, citando a la Biblia: "La mujer es más amarga que la muerte. Es una trampa. Su corazón, una red, y cadenas sus brazos."

Este tratado de Criminología, que envió a miles de mujeres a las piras de la Inquisición, aconsejaba someter a tormento a todas las sospechosas de brujería. Si confesaban, merecían el fuego. Si no confesaban, también, porque sólo una bruja, fortalecida por su amante el Diablo en los aquelarres, podía resistir semejante suplicio sin soltar la lengua.

El Papa Honorio III había sentenciado que el sacerdocio era cosa de machos:

- Las mujeres no deben hablar. Sus labios llevan el estigma de Eva, que perdió a los hombres. Ocho siglos después, la Iglesia católica sigue negando el púlpito a las hijas de Eva.

El mismo pánico hace que los fundamentalistas musulmanes les mutilen el sexo y les tapen la cara. Y el alivio por el peligro conjurado mueve a los judíos muy ortodoxos a empezar el día susurrando:

- Gracias, Señor, por no haberme hecho mujer.

El Diablo es homosexual
Desde 1446, los homosexuales marchaban a la hoguera en Portugal. Desde 1497, los quemaban vivos en España. El fuego era el destino que merecían estos hijos del infierno, que del fuego venían. En América, en cambio, los conquistadores preferían arrojarlos a los perros. Vasco Núñez de Balboa, que a muchos emperró, creía que la homosexualidad era contagiosa. Cinco siglos después, escuché decir lo mismo al arzobispo de Montevideo.

Cuando los conquistadores asomaron en el horizonte, sólo los aztecas y los incas, en sus imperios teocráticos, castigaban la homosexualidad -y con pena de muerte. Los demás americanos la toleraban, y en algunos lugares la celebraban, sin prohibición ni castigo.

Esta provocación insoportable debía desatar la cólera divina. Desde el punto de vista de los invasores, la viruela, el sarampión y la gripe, pestes desconocidas que mataban indios como moscas, no venían de Europa sino del Cielo. Así Dios castigaba el libertinaje de los indios, que practicaban la anormalidad con toda naturalidad. Ni en Europa, ni en América, ni en ningún lugar del mundo se ha llevado la cuenta de los muchos homosexuales condenados al suplicio o a la muerte por el delito de ser. Nada sabemos de los tiempos lejanos, y poco o nada sabemos del ahora nomás.

En la Alemania nazi, estos "degenerados culpables de aberrante delito contra la naturaleza" estaban obligados a portar un triángulo rosado. ¿Cuántos fueron a parar a los campos de concentración? ¿Cuántos murieron allí? ¿Diez mil, cincuenta mil? Nunca se supo. Nadie los contó, casi nadie los mencionó. Tampoco se supo nunca cuántos fueron los gitanos exterminados.

El 18 de setiembre del año 2001, el gobierno alemán y los bancos suizos resolvieron "rectificar la exclusión de los homosexuales entre las víctimas del Holocausto". Más de medio siglo demoraron en corregir la omisión. A partir de esa fecha, pudieron reclamar indemnización los homosexuales que habían sobrevivido en Auschwitz y otros campos, si es que alguno quedaba todavía vivo.

 

El Nobel rojo

Harold Pinter, el amigo de Cuba y Venezuela
Manuel Talens
Rebelión

El 13 de octubre de 2005 fue una fiesta para el rojerío mundial, porque la Academia sueca le concedió el premio Nobel de literatura a Harold Pinter, uno de los escritores más grandes y rojos de las últimas décadas, que no ha dudado nunca en poner su arte al servicio del socialismo (a no confundir con la socialdemocracia, degradación derechista hoy imperante en el mundo posterior a la guerra fría).

Los medios convencionales de comunicación, quizá sorprendidos a contrapié ante una noticia como ésta, han empezado a airear en sus páginas principales el carácter políticamente incorrecto de las manifestaciones públicas de este poeta y dramaturgo inglés durante los últimos años. En efecto, Pinter ha tachado de criminales de guerra a Bush y Blair por su actual implicación en Irak, pero también denunció en su momento el carácter imperialista y petrolero de la guerra del Kosovo tras carcajearse de la fachada humanitaria que se le quiso dar a aquella agresión. Tampoco el Estado de Israel se ha visto libre de la condena de este judío atípico por la política genocida que practica contra el pueblo palestino.

En una época como la que estamos viviendo, que se caracteriza por la desbandada casi absoluta de los intelectuales lejos de cualquier implicación política, Harold Pinter es una brisa de aire fresco en un caluroso día de verano. Su lengua, su pluma, parecen látigos que no se limitan a señalar las injusticias -eso es fácil e inocuo y no compromete a nadie-, sino que llegan hasta los culpables de éstas, los citan por su nombre y luego los fustigan sin descanso.

Es verdad que el arte o la palabra no cambian el mundo, pero sí ayudan a moldear conciencias, sobre todo si proceden de alguien prestigioso como Pinter, que si bien podría vivir de los laureles trabajosamente conseguidos -como hacen tantos otros-, decidió ser la voz que grita en el desierto.

De nuevo este año, tras haber premiado ya a dos escritores inequívocamente rojos como Gabriel García Márquez y José Saramago, la Academia sueca acaba de demostrarnos con su elección que sabe estar a la altura de los tiempos. Pero no deseo terminar estas palabras sin hacer hincapié en otro aspecto del militantismo de Harold Pinter que me llena de orgullo: su inquebrantable amistad hacia la Revolución cubana y su defensa sin matices de Hugo Chávez y la recién nacida Revolución bolivariana de Venezuela. Un lector acaba de enviarme un viejo texto del dramaturgo inglés -digo viejo porque en la era de las comunicaciones instantáneas cualquier cosa queda arrumbada en el olvido a los pocos meses de ocurrir- que éste publicó en 1996 cuando el presidente Clinton firmó la ley Helms/Burton contra Cuba.

Por raro que parezca, el texto no ha perdido nada de su actualidad, muestra a un Pinter en plena forma dialéctica y he creído necesario traducirlo para que todos los hispanohablantes podamos disfrutarlo hoy. En un par de ocasiones el verbo se le desata y utiliza un habla popular, de la calle, que contrasta de manera deliciosa con la contundencia, la exquisitez y la puntería con que decortica el doble lenguaje de los Estados Unidos y rompe una lanza por mi querida Revolución cubana. En una tercera, ya al final, su defensa apasionada del socialismo recuerda extrañamente a unas palabras que el Che Guevara respondió en una carta a una mujer que le había escrito desde Casablanca: «.si Ud. es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo.» [1]. No es una coincidencia de bibliófilo, sino la confirmación de que los grandes hombres (o mujeres) suelen tener opiniones afines.

Así pues, lector, pasa y lee:

Guerra fría caribeña
Harold Pinter
Red Pepper, mayo de 1996
Traducido para Rebelión por Manuel Talens (www.manueltalens.com)

De manera que Clinton ha firmado la ley Helms/Burton porque Cuba «desprecia el Derecho Internacional». Menuda broma. A lo largo de sus esfuerzos para mantener la democracia en el mundo, los Estados Unidos han infringido el Derecho Internacional más veces que yo he cenado caliente y lo han hecho con total impunidad.

Cuando en 1986 el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya declaró a los Estados Unidos culpables de ocho cargos distintos de intervención flagrante en los asuntos de un estado soberano (Nicaragua) y les exigió que reparasen todos los daños causados, su respuesta consistió en mandar al tribunal a tomar por el culo, tras afirmar que sus acciones estaban fuera de la competencia de cualquier tribunal internacional.

También la pobre ONU condenó por mayoría aplastante tres años consecutivos (1993-5: 88-4, 101-2 y 117-3) el embargo comercial que los Estados Unidos mantienen contra Cuba, pero la parte condenada ignoró por completo a la vieja institución. Quizá ésa sea la razón por la que los gobiernos británico, canadiense y mexicano no han propuesto una moción al Consejo de Seguridad para que condene esta nueva ley, que intenta impedir el comercio libre entre Cuba y el resto del mundo en unos términos que vulneran ostensiblemente la Carta de las Naciones Unidas y el mencionado Derecho Internacional. Probablemente han calculado que sería más inútil que cantar Annie Laurie a pedos a través del ojo de una cerradura, tal como solíamos decir en los viejos tiempos [2]. Sea como sea, resulta bastante simple: es un ejercicio de arrogancia que apesta.

Lo más asombroso sobre Cuba es que haya sobrevivido. Al cabo de más de treinta y cinco años de la violencia económica más despiadada, de treinta y cinco años de hostilidad virulenta y sin tregua por parte de los Estados Unidos, Cuba sigue siendo un estado soberano independiente. Se trata de una hazaña más que notable. No muchos estados lograron ser independientes o «soberanos» durante mucho tiempo en el patio trasero de los Estados Unidos. Veamos tres breves citas del libro de Duncan Green Silent Revolution [Revolución silenciosa]. He aquí la primera:

«10.000 delegados del Banco Mundial se sentaron a cenar. El servicio de comidas estuvo a cargo del catering Ridgewells a 200 dólares por persona. Los invitados empezaron con pasteles de cangrejo, caviar, crème fraîche, salmón ahumado y solomillo de ternera Wellington. El pescado era langosta con maíz, seguido de un sorbete de limón. El plato principal fue pato con salsa de lima y alcachofas rellenas de zanahorias tiernas. Se ofreció una ensalada de palmito acompañada de soufflé de queso a la salvia marinado en vino de Oporto. El postre fue un nabo de chocolate alemán en salsa de frambuesa, bombón helado y café royal flameado.» La lista de vinos no se menciona.

Veamos ahora la segunda cita:

«La diminuta choza de adobe está atiborrada de envejecidas mujeres bolivianas que visten mantones llenos de remiendos y desgastados sombreros de fieltro, cuyas manos callosas golpean rocas en la superficie a la búsqueda de restos de estaño. Los caminos entre las chozas de los mineros están llenos de bolsas de plástico y excrementos humanos, secos y ennegrecidos por el sol.»

Esto es lo que dice una mujer boliviana:

«Antes, las mujeres se quedaban en casa porque los hombres tenían trabajo. Ahora tenemos que trabajar. Muchos de nuestros hijos están abandonados. Sus padres se han ido y no nos queda amor cuando volvemos tarde a casa del trabajo. Les dejamos comida. Ellos juegan en las calles. Siempre hay accidentes, pero no doctores. Me siento como una esclava en mi propio país. Nos levantamos a las cuatro de la madrugada y a las once de la noche todavía estamos trabajando. Vomité sangre varias semanas, pero no me quedó más remedio que trabajar.»

Sin duda, después de la cena los delegados del Banco Mundial hablaron de la economía boliviana y ofrecieron sus recomendaciones.

Esta monstruosa desigualdad es precisamente lo que inspiró la Revolución cubana. La revolución trató de corregir esa grotesca polarización y su objetivo consistió en asegurar que el pueblo cubano no tuviese que soportar nunca más una degradación así.

Comprendió que el reconocimiento y el respeto de la dignidad humana eran obligaciones fundamentales de toda sociedad civilizada. Sus logros son notables. Ha instaurado un servicio de salud que apenas tiene rival y ha establecido un nivel extraordinario de alfabetización. Los Estados Unidos consideran que todo eso es una abominable subversión marxista-leninista y, naturalmente, intentan destruirla. Han fracasado. Y debe ser verdad cuando uno dice que Cuba nunca habría podido sobrevivir si no poseyese un núcleo formidable de orgullo, fe y solidaridad.

Veamos la cuestión de los derechos humanos. Yo no creo en la relatividad de los derechos humanos. No creo que las «condiciones locales» o una disposición cultural específica puedan justificar la supresión del desacuerdo o de la conciencia individual. Siempre he considerado que, en Cuba, el duro tratamiento que reciben las voces disidentes se debe al «estado de sitio» impuesto desde fuera. Y creo que hasta cierto punto es verdad. Pero también los apologistas de las acciones israelíes han hecho hincapié en el estado de sitio de la amenaza exterior. Mordechai Vanunu es una voz disidente israelí y fue condenado a dieciocho años de confinamiento solitario tras revelar la capacidad nuclear de Israel.

Soy un fideicomisario de los bienes de Vanunu y un defensor de su derecho a hablar. Por lo tanto, también debo lógicamente defender, por ejemplo, el derecho a hablar de María Elena Cruz de Vareia. El socialismo debe ser un debate activo y participativo.

Sin embargo, el arrugado ceño moralista de los Estados Unidos es para partirse de risa. «Deploramos etc., etc. las violaciones de los derechos humanos en tal y cual país». En su propio país, un millón y medio de personas están en la cárcel, tres mil se encuentran en el corredor de la muerte, casi cincuenta millones viven bajo el nivel de pobreza, privados del derecho al voto, hay una enorme subclase social de raza negra, maltratada y condenada, treinta y ocho estados practican la pena de muerte, la corrupción es pujante y activa en todos los niveles de la jerarquía, la brutalidad por parte de la policía es sistemática, profundamente racista, mortal. ¿Dónde estáis, derechos humanos?

Hoy en día la propaganda afirma que el socialismo ha muerto. Pero si ser socialista es ser una persona convencida de que las palabras bien común y justicia social significan algo; si ser socialista es sentirse ultrajado por el desprecio con que millones y millones de seres humanos son tratados por quienes detentan el poder, por las «fuerzas del mercado», por las instituciones financieras internacionales; si ser socialista es ser una persona determinada a hacer lo que esté a su alcance por aliviar esas vidas imperdonablemente degradadas, entonces el socialismo no puede estar muerto, porque esas aspiraciones nunca morirán.


Notas

[1] Carta a María Rosario Guevara, fechada en La Habana el 20 de febrero de 1964. Véase Che Guevara, Ernesto, Obra revolucionaria, Ediciones ERA, S.A. (México), tercera edición, febrero de 1969 (pág. 657).

[2] Annie Laurie es una canción popular escocesa. Al parecer fue la novelista Joyce Carey quien, refiriéndose a lo poco que valía la pena hacer algo en relación con el trabajo que exigía, dijo una vez que it's like farting Anne Laurie through a keyhole. [N. del T.]

Texto original: www.redpepper.org.uk/latin/x-may96-pinter.htm

 

Las Nuevas Tribus: Misión seudo religiosa neocolonialista

Durante el acto de entrega de maquinarias y títulos colectivos de tierras a comunidades indígenas, desde la población de Barranco Yopal, estado Apure, en el marco de la conmemoración del Día de la Resistencia Indígena, el Presidente Chávez hizo el siguiente anuncio: "He ordenado y estoy esperando que se me traiga la decisión escrita para firmarla, pero ya es una orden que he dado: se van de Venezuela las Nuevas Tribus, se van de Venezuela las llamadas Nuevas Tribus, verdadera penetración imperialista". Más adelante el Jefe del Estado agregó: "Deben cesar las violaciones a la soberanía nacional y esa es una violación flagrante a nuestra soberanía."

La reacción a este anuncio presidencial no se hizo esperar en los medios privados de difusión nacionales. Algunos de los "sesudos analistas" y "avezados" periodistas dieron la impresión de lamentar el hecho al exponer casi con pesar que esta decisión haya sido tomada. Otros en cambio, de ellos incluso "anclas" manifestaron su asombro porque habiendo pasado siete años del Gobierno de Chávez no se había hecho antes, omitiendo intencionadamente que las Nuevas Tribus tienen en el país 59 años, así como todos los acontecimientos que sin duda acapararon la atención del alto gobierno, vale decir: golpe de Estado, sabotaje petrolero, guarimba y la desestabilización permanente de los sectores oposicionistas aliados de Washington

De este anuncio se derivan diversas interrogantes, especialmente para los más jóvenes, quienes difícilmente oyeron alguna vez hablar de las Nuevas Tribus: ¿Qué son las Nuevas Tribus?, ¿por qué el Presidente Chávez considera que sus actividades constituyen una violación a nuestra soberanía? Responder a estas interrogantes es una tarea compleja por la diversidad de aristas que posee el tema y las diversas lecturas que puede tener el caso de las Nuevas Tribus.

¿Qué son las "Nuevas Tribus"?

"Nuevas Tribus" es el nombre de una misión evangélica estadounidense que llegó a nuestro país en el año 1946. De acuerdo a algunas informaciones, inicialmente se ubicaron en la región del Casiquiare y Río Negro, zona Sur del país, específicamente en la Amazonía venezolana, importante reservorio de biodiversidad vegetal, animal y de agua. De allí se dispersaron a todo el territorio amazonense y la región de Guayana. Por alguna desconocida razón eligen lugares de gran importancia estratégica como son: Tama-Tama, punto en el cual se bifurcan el Orinoco y el Brazo Casiquiare, desde donde se puede ejercer el control absoluto de la navegación de los ríos. También se ubican en los alrededores o las cercanías de los yacimientos minerales de alto valor estratégico, especialmente radioactivo (uranio) y en las cabeceras de los principales ríos.

Para la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), las "Nuevas Tribus" son "una secta fundamentalista", que tiene por característica además de estar presentes en las comunidades indígenas, "la implementación de una cultura foránea que atenta contra la identidad nacional", (http://www.cpv.org.ve/documentos/sectas.pdf ) con lo cual se produce la pérdida de identidad, la transculturación y complejos de culpa entre los indígenas. Una posición que por cierto no es nueva dentro de la iglesia católica, pues han sido varias las ocasiones en las que esta institución ha manifestado públicamente su rechazo a estas organizaciones seudo religiosas, como es posible evidenciar en el documento conciliar Nº 16, aprobado el 03 de agosto de 2005 y titulado: La Iglesia ante las sectas y otros movimientos religiosos.


Una larga historia de denuncias

Muchos son los testimonios que se han proporcionado acerca de la acción perniciosa de las Misiones de las "Nuevas Tribus" (New Tribes Missions). Por las denuncias formuladas se conoció que esta supuesta misión religiosa trabaja para el Instituto Lingüístico de Verano, a través del cual son financiadas por las corporaciones General Dynamics y Westinghouse. Evidencia de ese gran apoyo financiero son las instalaciones con que cuenta esta misión religiosa, las cuales incluyen plantas solares, radares, laboratorios y numerosas pistas de aterrizaje.

En la década de los ochenta se generó incluso un movimiento en pro de la defensa de la Identidad Nacional, del cual formó parte el cineasta Carlos Azpúrua quien produjo el documental "Amazonas el negocio de este mundo". Este documental de 1986 registra hechos históricos comprobables sobre la destrucción de culturas aborígenes y la sustitución de sus formas religiosas por otras impuestas (etnocidio). También denuncia como la ideología desarrollista importada y la desmedida explotación de minerales, vulneran la seguridad del Estado, igualmente refleja la depredación de la naturaleza que realiza la oligarquía interna junto a las transnacionales con la omisión y complicidad del poder político de la época.

La permanencia en el país de esta organización que actúa bajo fachada religiosa sirviendo a intereses económicos transnacionales al llevar a cabo la prospección de riqueza geológica y mineral de importancia estratégica, son una clara denuncia de la omisión de los gobiernos: de la Junta encabezada Rómulo Betancourt que derrocó al Presidente Medina Angárita; del dictador Marcos Pérez Jiménez y todos los del pacto de Punto Fijo, que duró cuarenta años.

Las reiteradas denuncias obligaron al antiguo Congreso Nacional a designar comisiones encargadas de investigar, entre otras, la situación ilegal de las NTM. Sin embargo, los intereses políticos no permitieron que fueran atendidas debidamente.

En opinión del antropólogo Jacques Lizot, pese a la comprobada presencia ilegal de las "Nuevas Tribus" en el país, así como de los delitos de la misma, "no ha sido posible extirpar ese chancro fascista de la zona. Sin ninguna duda las NTM reciben apoyo de Estados Unidos en una estrategia global de dominación del mundo. Un tránsfuga de las NTM se instaló en las riberas del Padamo, un importante afluente del Orinoco. Esta misión se ha convertido en un opulento centro de poder, cómplice las mafias políticas locales; no duda en enfrentar agresivamente a la Iglesia; quiere extenderse (aunque la legislación de la Reserva prohíbe cualquier nuevo establecimiento). El pastor defiende los intereses extranjeros en la región, perturbando intensamente el frágil equilibrio político local al manipular y corromper sin ningún escrúpulo a los indios, cuya lengua conoce". (Tomado de: The Anthropological Niche of Douglas W. Hume: Darkness in El Dorado - Achived Document)

La defensa de la Amazonía, un asunto de soberanía

El Presidente Hugo Chávez ha sido un abanderado de la defensa de la soberanía nacional desde que asumiera el poder, y con mayor fortaleza a partir de la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que en su artículo 1 dice: "(.) Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional".

A razones geopolíticas, además de la destrucción de las culturas aborígenes milenarias obedece la salida de las "Nuevas Tribus" del territorio venezolano, habida cuenta de que la amazonía venezolana es un gran reservorio de biodiversidad y de agua potable tan necesarias para la preservación de la vida de las futuras generaciones.

Asimismo, la salida del país en un plazo perentorio de la organización "Nuevas Tribus", que fuera ordenada por el primer mandatario es un ejercicio de soberanía, sobre todo cuando se cuenta con suficientes elementos de convicción que apuntan a confirmar la labor de espionaje que realiza esta organización seudo religiosa, que emplea métodos ilegales como la salida y entrada de de aeronaves sin autorización previa, la extracción por esa vía de materiales estratégicos y de valiosa información que compromete la seguridad del Estado.

Apoyar esta medida, vigilar que se cumpla e impedir que cualquier organización fachada de los intereses imperiales, se asiente en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela, socavando la soberanía, atentando contra la cultura indígena o auspiciando cualquier plan que atente contra la integridad territorial, es el deber y corresponsabilidad de todos los venezolanos.

Escuche al presidente Hugo Chávez cuando anuncia la salida del país de las Nuevas Tribus.

* * * * * * *

Este y otros temas pueden ser consultados en la sección Análisis de Gobierno el línea

12 octubre, 2005

 

12 de octubre: Caras y caretas

Eduardo Galeano

¿Cristóbal Colón descubrió América en 1492? ¿O antes que él, la descubrieron los vikingos? ¿Y antes que los vikingos? Los que allí vivían, ¿no existían?

Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos?

¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos?

Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del Mayflower fueron a poblar América. ¿América estaba vacía?

***

Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabían hablar.

Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada, creyó que no eran gentes de razón.

Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de atrás, creyó que eran indios de India.

Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta estableciendo que Cuba era parte de Asia.

El documento del 14 de junio de 1494 dejó constancia de que los tripulantes de sus tres naves lo reconocían así; y a quien dijera lo contrario se le darían cien azotes, se le cobraría una pena de 10 mil maravedíes y se le cortaría la lengua.

El notario, Hernán Pérez de Luna, dio fe.

Y al pie firmaron los marinos que sabían firmar.

***

Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era. No veían lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela. Y retrataron a los americanos tal como antes habían imaginado a los paganos de Oriente.

Cristóbal Colón vio en las costas de Cuba sirenas con cara de hombre y plumas de gallo, y supo que no lejos de allí los hombres y las mujeres tenían rabos.

En la Guayana, según sir Walter Raleigh, había gente con los ojos en los hombros y la boca en el pecho.

En Venezuela, según fray Pedro Simón, había indios de orejas tan grandes que las arrastraban por los suelos.

En el río Amazonas, según Cristóbal de Acuña, los nativos tenían los pies al revés, con los talones adelante y los dedos atrás, y según Pedro Martín de Anglería, las mujeres se mutilaban un seno para el mejor disparo de sus flechas.

Anglería, que escribió la primera historia de América, pero nunca estuvo allí, afirmó también que en el Nuevo Mundo había gente con rabos, como había contado Colón, y sus rabos eran tan largos que sólo podían sentarse en asientos con agujeros.

***

El Código Negro prohibía la tortura contra los esclavos en las colonias francesas. Pero no era por torturar, sino por educar, que los amos azotaban a sus negros y cuando huían les cortaban los tendones.

Eran conmovedoras las Leyes de Indias, que protegían a los indios en las colonias españolas. Pero más conmovedoras eran la picota y la horca clavadas en el centro de cada Plaza Mayor.

Muy convincente resultaba la lectura del Requerimiento, que en vísperas del asalto de cada aldea explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos. Pero este Requerimiento de Obediencia se leía en el monte, en plena noche, en lengua castellana y sin intérprete, en presencia del notario y de ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no tenían la menor idea de lo que se les venía encima.

***

Hasta no hace mucho, el 12 de octubre era el Día de la Raza.

Pero, ¿acaso existe semejante cosa? ¿Qué es la Raza, además de una mentira útil para exprimir y exterminar al prójimo?

En el año 1942, cuando Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, la Cruz Roja de ese país decidió que la sangre negra no sería admitida en sus bancos de plasma. Así se evitaba que la mezcla de razas, prohibida en la cama, se hiciera por inyección.

¿Alguien ha visto, alguna vez, sangre negra?

***

Después, el Día de la Raza pasó a ser el Día del Encuentro.

¿Son encuentros las invasiones coloniales? ¿Las de ayer, y las de hoy, encuentros? ¿No habría que llamarlas, más bien, violaciones?

Quizás el episodio más revelador de la historia de América ocurrió en el año 1563, en Chile. El fortín de Arauco estaba sitiado por los indios, sin agua ni comida, pero el capitán Lorenzo Bernal se negó a rendirse. Desde la empalizada, gritó:

¡Nosotros seremos cada vez más!

¿Con qué mujeres? preguntó el jefe indio.

Con las vuestras. Nosotros les haremos hijos que serán vuestros amos.

***

Los invasores llamaron caníbales a los antiguos americanos, pero más caníbal era el Cerro Rico de Potosí, cuyas bocas comían carne de indio para alimentar el desarrollo capitalista de Europa.

Y los llamaron idólatras, porque creían que la naturaleza es sagrada y que somos hermanos de todo lo que tiene piernas, patas, alas o raíces.

Y los llamaron salvajes. En eso, al menos, no se equivocaron. Tan brutos eran los indios que ignoraban que debían exigir visa, certificado de buena conducta y permiso de trabajo a Colón, Cabral, Cortés, Alvarado, Pizarro y a los peregrinos del Mayflower.


Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, autor de Las venas abiertas de América Latina y Memorias del fuego.

11 octubre, 2005

 

¿De quién es el Banco Central de Venezuela?

Juan Torres López y Alberto Montero Soler


El pasado viernes el diario español El País publicaba un editorial con el significativo y claramente malintencionado título de “El banco de Chávez”.

En él se hacía referencia a la decisión del Banco Central de Venezuela de transferir unos 20.000 millones de dólares, hasta ahora depositados en bancos de Estados Unidos, al Banco Internacional de Pagos de Basilea.

La propia editorial afirmaba que “muchos países están diversificando sus reservas para reducir el riesgo ante la inestabilidad monetaria” y que ese era el argumento también esgrimido en este caso. Pero, además, El País decía que “con esta decisión Chávez intenta protegerse ante la eventualidad de que su creciente antagonismo con Washington -que las dos partes cultivan con determinación- pueda desembocar en una confiscación o congelación de sus cuentas en Estados Unidos. Por ello, prefiere tenerlas en Suiza, en el Banco Internacional de Pagos de Basilea”.

El editorial no mencionaba que diversificar las reservas o tratar de protegerse ante una eventualidad de embargo fuesen acciones inconvenientes o perjudiciales. No podía hacerlo pues cualquier observador normal las valoraría como medidas elementales de precaución que debe tomar cualquier responsable de la economía y las finanzas estatales que mantuviera un conflicto, aunque sólo sea dialéctico, con los Estados Unidos.

Lo sorprendente es que, sin considerar que la medida fuese negativa, se interprete la decisión como una muestra de que el gobierno domina al banco y no respeta la autonomía que le concede la Constitución venezolana.

Lo que hace el diario madrileño es constatar que fue el gobierno quien anunció la medida antes que el banco central y de ahí deduce “que el poco atisbo de autonomía que le quedaba a la entidad emisora ha desaparecido, pese a estar protegida por la Constitución bolivariana”. Y eso es lo que permite a El País decir, como en el título del editorial, que Hugo Chávez utiliza al banco central como si fuera propio.

Las personas informadas saben que los propietarios de El País tienen intereses económicos en Venezuela de la mano de personas muy influyentes de la oposición, lo que explica el tratamiento tan poco objetivo que se da a la información sobre Venezuela. En este sentido, el editorial del viernes era igual de demagógico que en otras ocasiones y responde a la estrategia de descrédito permanente del presidente Chávez a la que este periódico nos tiene acostumbrado, sólo que ahora, además, carece de rigor y argumenta sobre errores impropios de un periódico de su categoría.

La medida no atenta contra la autonomía del Banco Central

En primer lugar, para decir que el presidente venezolano ataca la autonomía del Banco Central de Venezuela, lo menos que debería haber hecho el editorialista es haberse leído la ley que regula el funcionamiento de dicho banco y su relación con el gobierno.

Si antes de atacar a Hugo Chávez hubiera tenido esa elemental precaución se hubiera dado cuenta de que el artículo 7.5 de la Ley del Banco Central de Venezuela indica que a éste tan sólo le corresponde “centralizar y administrar las reservas monetarias internacionales de la República”. Pero de ahí no puede deducirse, en ningún caso, que se le atribuya un poder de decisión sobre la ubicación última de dichas reservas.

Es más, en el artículo 110 de la citada Ley se establece que “el Banco Central de Venezuela regulará, en los términos que convenga con el Ejecutivo Nacional, la negociación y el comercio de divisas en el país; las transferencias o traslados de fondos, tanto en moneda nacional como en divisas, del país hacia el exterior o desde el exterior hacia el país, así como los convenios internacionales de pago” (la cursiva en nuestra).

Esta es una fórmula de división de funciones aceptada casi unánimemente en las legislaciones de los bancos centrales más independientes del mundo y, por lo tanto, ningún defensor de la independencia de estas instituciones podría argumentar en contra de que dicha decisión haya vulnerado la autonomía del Banco Central de Venezuela.

La razón no es otra que las decisiones sobre la política cambiaria distintas a la mera gestión administrativa de las reservas no tienen por qué obedecer siempre a lógicas estrictamente económicas sino que responden, las más de las veces, a motivaciones de naturaleza política. Es por ello que el poder político suele establecer una reserva sobre esta materia cuando le confiere independencia al correspondiente banco central.

De todo lo anterior se deduce, consiguientemente, que la decisión del traslado de los fondos debía ser conocida y consensuada entre el Banco Central de Venezuela y el Ejecutivo nacional y que, por lo tanto, quién realizara primero la declaración de la medida que iba a tomarse era, en consecuencia, indiferente.

De ahí, que la interpretación de que el Banco Central de Venezuela ha perdido su autonomía como consecuencia de que el gobierno venezolano ha tomado la medida de trasladar sus reservas internacionales constituye un argumento peregrino.

El uso de las reservas

Sin embargo, El País no sólo mantiene que Chávez ha atacado ahora esa autonomía sino que, en su opinión, ya lo había hecho antes.

Dice el editorial: “no es una novedad. A finales de 2004, Chávez hizo aprobar una ley para que el Ejecutivo pudiera hacer uso directo y discrecional de las reservas del Banco Central, para invertirlas en política social y obras públicas, según prometió”.

Se refiere El País a la última reforma de la Ley de dicha institución (alusión que, por cierto, está mal fechada en el editorial por cuanto se indica que fue aprobada a finales de 2004 cuando, de hecho, lo fue el 20 de julio de 2005).

Lo que se perseguía con esta última reforma, también relacionada con las reservas internacionales, es que el Banco Central trasladara a un fondo de nueva creación y por una única vez 6.000 millones de dólares de esas reservas que estarían a disposición del gobierno para proyectos de inversión en la economía real, en educación y sanidad, la mejora del perfil de la deuda externa y la atención a situaciones especiales y estratégicas. Tras ese desembolso inicial, el fondo se irá nutriendo con el remanente de los ingresos que la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) obtenga tras deducir los gastos necesarios para su mantenimiento operativo y el desarrollo de sus planes de inversión.

En la medida en que se establece que esas reservas serán gastadas en divisas –se entiende, por lo tanto, que fuera de Venezuela- no serán nuevamente monetizadas en el país, es decir, convertidas en sumas adicionales de bolívares y, por tanto, la medida no debe tener efectos inflacionistas. Además, al obligar a que se destinen a gastos de inversión, lo que se está promoviendo es la mejora de la dotación de capital del país y la de los servicios sociales básicos que mayor incidencia tienen en la mejora de las condiciones de vida de la población: la salud y la educación.

Cualquier persona sensata vería con simpatía esta medida… salvo los neoliberales que defienden la ortodoxia monetarista de la que se benefician los propietarios de grandes sumas de dinero y activos financieros.

¿Qué de malo tiene que un gobierno representativo trate de utilizar las reservas para promover desarrollo social y bienestar cuando, además, lo hace de acuerdo con el propio banco central? ¿No es eso mucho más sensato y democrático que dejar que los tecnócratas del banco decidan por su cuenta?

Los neoliberales conciben a la política monetaria como un fin en sí mismo y por eso no aceptan que un gobierno como el de Venezuela reclame que esa política debe ser, por el contrario, un instrumento más al servicio de las políticas de bienestar.

¿Por qué ha de ser obligado financiar los déficits de Estados Unidos?
A pesar de que la decisión de retirar las reservas de los bancos estadounidenses se sustenta sobre argumentos económicos de suficiente peso, no puede ocultarse que tras dicha decisión subyacen también razones políticas de suficiente calado como para justificar la medida.

Dada la cuantiosa posición en reservas que mantiene Venezuela como consecuencia de los elevados precios del petróleo, optar por seguir manteniendo un monto de reservas tan alto en los bancos estadounidenses no es sino contribuir a que Estados Unidos pueda mantener sus niveles de déficit presupuestario y comercial y, consiguientemente, un gasto que supera la capacidad de producción de su economía.

Es curioso que medios como El País critiquen a Venezuela por una medida elemental de prevención y que, sin embargo, no denuncien el uso que los Estados Unidos hacen de su posición dominante en la economía mundial, que es mucho más desestabilizador y perjudicial para todos. Estados Unidos puede seguir profundizando en su nivel de desarrollo y mantener su agresiva actividad bélica gracias a la financiación que le ofrece el resto del mundo como consecuencia de las políticas de austeridad fiscal que los organismos internacionales imponen a los países en desarrollo. Estados Unidos gasta y los demás –especialmente los países más empobrecidos- le financian a costa de disponer de menos recursos para su propio desarrollo.

Los gurús de las finanzas neoliberales se callan cuando se está financiando un comportamiento financiero de los Estados Unidos que es claramente peligroso y dañino para el conjunto de la economía mundial, nada dicen ante los gigantescos déficit de ese país, ni reclaman la disciplina presupuestaria y comercial de la principal potencia del mundo que, por el contrario, imponen a los países empobrecidos.

Sin embargo, basta con que un país en vías de desarrollo como Venezuela quiera utilizar una parte de sus reservas internacionales para promover el bienestar de sus ciudadanos para que esos mismos guardianes de la ortodoxia monetarista levanten sus voces y denuncien por doquier que se está violando la autonomía de su banco central o que se está llevando al país hacia el cataclismo financiero.

También desde este punto de vista, la crítica a la medida que adopta el gobierno venezolano es peregrina. ¿Por qué no puede negarse un país soberano e inteligente a seguir financiando un comportamiento como el de Estados Unidos que es lesivo para sus intereses y peligroso para el conjunto de la economía mundial?, ¿en qué tablas de la ley está escrito que los pobres sean los que hayan de financiar el despilfarro de los ricos?

Lo que viene planteando el presidente Hugo Chávez es mucho más inteligente y positivo, sobre todo, para los países empobrecidos por las políticas neoliberales: que las reservas de los países del sur sirvan para financiar a los países del sur y, principalmente, a sus ciudadanos más desfavorecidos. Para ello ha propuesto en diferentes foros internacionales la creación de un Banco del Sur que centralice, con fines de desarrollo, las reservas de esos países. Una propuesta que, hasta el momento y al menos en América Latina, ha caído en saco roto (seguramente por las presiones que deben realizar los grandes poderes financieros del Norte) pero que en Asia está siendo evaluada y tiene visos de materialización a medio plazo.

No nos engañemos: Estados Unidos es un peligro cierto
Finalmente, hay que tener en cuenta que el temor del gobierno venezolano a una posible confiscación de sus reservas en dólares depositadas en Estados Unidos por parte de las autoridades de este país no es, en ningún caso, infundado. De hecho, ni siquiera el editorial de El País se atreve a señalar que el gobierno venezolano haga mal adoptando estas prevenciones.

Estados Unidos viene poniendo sobre la mesa un principio de soberanía en materia monetaria que los demás países deberían empezar a considerar como una auténtica amenaza financiera y como algo democráticamente inaceptable: allí donde haya un dólar allí llega la soberanía estadounidense.

Se trata de un principio imperial e inmoral que Estados Unidos materializó hace unos meses cuando decidió sancionar a la Unión de Bancos Suizos (UBS) por haber realizado con Cuba una operación financiera perfectamente aceptada en los estándares internacionales -la reposición de efectivo cuando se trata de billetes deteriorados- argumentando que dicho país, en tanto que patrocinador del terrorismo internacional, no tiene derecho a acceder a ese tipo de operación.

Con esta medida, Estados Unidos extendía la soberanía sobre su moneda más allá de sus fronteras, imponiéndola, no ya sobre sus ciudadanos, sino sobre todos aquellos que utilicen el dólar.

¿Quién garantiza que con la misma excusa y con tanta ligereza el siguiente paso de Estados Unidos contra Venezuela no sea la confiscación de sus cuentas? ¿No es más lógico, entonces, considerar que la medida que acaba de proponer el gobierno venezolano y que tanto critica El País es, sobre todo, una muestra de responsabilidad, de cordura y buen gobierno?

Lo que realmente les molesta
En definitivas cuentas, resulta que la medida que se ha adoptado en Venezuela respeta la ley y la autonomía del banco central, dará seguridad a las reservas internacionales, una parte de las cuales irán conformando un fondo para financiar inversión social, y señala al mundo que es mejor no ayudar a que Estados Unidos siga usando su moneda para financiarse a sí misma y empobrecer a los demás.

Nada hay de criticable en eso, pero se critica con extraordinaria dureza, lo que evidencia que son otras cuestiones las que realmente enervan a los poderes financieros: que un país se sienta soberano y ejerza como tal, que los recursos se pongan a disposición del desarrollo social y que no se renuncie a gobernar la moneda porque de esta depende el bienestar de las personas y no sólo el beneficio de los poderosos.

Venezuela ha dado un magnífico ejemplo de cordura financiera al mundo y El País, una vez más, otra lamentable muestra de manipulación mediática.

Juan Torres López (www.juantorreslopez.com) es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga.
Alberto Montero Soler (amontero@uma.es) es profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga.

 

Monotonía de la tragedia

Jorge Gómez Barata


Todavía los infelices de Nueva Orleáns no se han resignado, no se han secado los ríos de tinta que corrieron a causa del huracán Katrina, ni se han extraído todas las conclusiones de la desgracia, cuando otro fenómeno, esta vez Stan, nos coloca ante nuevas evidencias.

Nuevamente se escuchan alusiones a la ira de la naturaleza y a sus incontrolables fenómenos, a la realidad de que los perjudicados son siempre los mismos y hay incluso menciones al fatalismo geográfico, sin que falten los que intentan mezclar a Dios y al diablo.

No voy a dejar de insistir en la idea de que la naturaleza no es la culpable porque, definitivamente, la pobreza, la precariedad y la indefensión en que viven millones de personas, no son fenómenos naturales sino sociales.

Cuando por ignorancia o mala fe se inventan causas ficticias, de hecho se ocultan las verdaderas.

Por ese camino se comienza culpando al viento y a la lluvia y se termina absolviendo a los colonialistas y esclavistas y sobre todo a las oligarquías explotadoras.

Los pobres de Centroamérica viven en las bases y las laderas de los cerros, en las márgenes de los ríos y arroyos, en condiciones sumamente peligrosas, porque no tienen otros lugares donde vivir y sus casas son chozas miserables, porque carecen de recursos para pagar viviendas seguras y confortables.

Los pobres mueren a causa de los huracanes como mueren por el hambre, las diarreas, la poliomielitis, el tifus y por beber aguas no potables.

Por el camino de considerar nefastos a los ciclones y a las lluvias, habrá que maldecir a los ríos y a los cerros, a las nubes e incluso al sol.

No quisiera presentar un modelo ni levantar un paradigma, sino contar una anécdota de la que he sido testigo y es beneficiara toda Cuba.

Entre el tres y el ocho de octubre de 1963, exactamente por esta fecha, un ciclón, el Flora azotó la región oriental de Cuba, ocasionando la muerte de más de tres mil personas, la ruina de toda una región y creando cientos de miles de damnificados que perdieron sus viviendas y sus bienes.

Las características del huracán fueron idénticas a las actuales: poca velocidad de traslación que lo hacía permanecer mucho tiempo sobre la misma zona, una trayectoria caprichosa y errática, fuertes vientos sostenidos y aterradoras rachas, intensas y prologadas lluvias, capaces del desborde de ríos y arroyos y provocar deslaves. Nada nuevo y que no hubiera sido visto desde el principio de la creación.

Las razones de aquel desastre humanitario fueron las mismas que se manifiestan hoy: deficiencias en los mecanismos para el pronóstico y aviso, falta de un adecuado sistema de defensa civil para la protección de la población y los objetivos económicos, poca capacidad de reacción y escasos medios de salvamento.

No obstante, como el azote del meteoro se mantuvo por varios días, las autoridades tuvieron oportunidad de reaccionar. Las fuerzas armadas movilizaron todos sus recursos: carros anfibios, helicópteros, ambulancias y vehículos de alta capacidad, de paso fue posible evacuar y salvar de la muerte a casi 200 mil personas.

Heroísmo aparte, la conclusión que se extrajo fue la de la necesidad de realizar con urgencia vastos trabajos ingenieros para que nunca más una tragedia así volviera a repetirse.

Lo que entonces a algunos les pareció un proyecto faraónico resulto ser un gigantesco plan hidráulico basado en un sistema de represas, canales magistrales, derivadoras, aliviadores, compuertas, estaciones de bombeo y sistemas de drenaje que evitan las grandes inundaciones y permiten aprovechar las aguas para fines agrícolas y de consumo humano.

Por esa época el país podía embalsar menos de 50 millones de metros cúbicos de agua. En poco tiempo alcanzó mil millones y hoy puede almacenar nueve mil millones, suficiente para controlar las avenidas de los ríos y otros caudales.

No hay manera de evadir el hecho de que siempre habrá lluvias y huracanes, que no es posible evitar. Lo que es evitable son las muertes y las tragedias. ¡Manos a la obra!

10 octubre, 2005

 

La izquierda y el posibilismo

Escribe Hugo Cores
PVP-567 Frente Amplio


Algunos episodios de la semana que pasó merecen cierto comentario, necesariamente breve. Pero será una forma de comprometer opinión. Y como en algunos problemas tener opinión es imprescindible, van entonces en forma casi telegráfica estas reflexiones.

El tratamiento dado por la mayoría del Frente Amplio EP-NM a la participación de la Armada en la Operación Unitas, contuvo errores serios y dejó flancos innecesarios. De hecho la forma como se tramitó la solicitud de autorización parlamentaria no permitió que se realizara una discusión que nos dejara bien parados.

En primer lugar en los organismos democráticos del FA, donde existía diversidad de opiniones y era muy fuerte la oposición a participar de la O.U. Todo parece indicar que tampoco en los partidos el tema se discutió con la necesaria participación.

Cotejar opiniones no debilita, al contrario

Tampoco se dejó margen para una discusión parlamentaria seria. El hecho de tener mayoría absoluta en ambas cámaras ¿nos exime de la obligación de brindar argumentos a favor de nuestras propuestas? Creo que no.

En estos días parece haberse puesto de modo una expresión que, a fuerza de repetirse, ha empezado a tomar un tinte ridículo: 'el país se debe una gran discusión sobre el problema del tal por cual'. Mientras tanto se van resolviendo cosas. Muchas con acierto. Muchas que son posiciones ya acordadas en el FA, democráticamente y desde hace largo tiempo.

En otros casos, como la participación uruguaya en la O. Unitas, la decisión suponía un viraje a lo que ha sido nuestra posición durante decenas de años. Era el momento, si no de una discusión grandota al menos de una que nos permitiera abarcar todas las connotaciones que la decisión tenía. Y estar en condiciones de explicarla al pueblo.

Aludiendo a este estilo "expeditivo" de resolver drásticamente las cuestiones y diferir debates, algunos comentaristas le llaman "realismo político". Y aclaran: "puede haber errores o atrasos pero en líneas generales las cosas van bien". "La gente está conforme, tal como lo demuestran las encuestas de opinión".

No creo que eso sea realismo. Es un estilo más bien pragmático y posibilista. Y con los ojos puestos en el 2009. Mientras, se va haciendo lo que se va pudiendo, de acuerdo a los estados de ánimo de la gente. Una actitud diferente es la que se impulsa desde otras áreas y Ministerios como Salud, Trabajo, Seguridad Social y el del Interior con la ley de humanización del sistema carcelario.

Razonando en términos posibilistas no se tiene en cuenta que la fuerza política FA es un factor democrático fundamental como generador de estados de opinión en un sector considerable de nuestro pueblo. Y que, en la conformación de estados de ánimo contrarios al cambio progresista, juegan factores que están controlados por otros que no comulgan con nuestro programa.

El posibilismo pragmático es una concepción que se puede aplicar, pero hay que ser conciente que se da de patadas con todo lo que ha sido el desarrollo de la izquierda en el país y especialmente el FA. Y puede llegar a ser pan para hoy y hambre para mañana.

En los tiempos del bipartidismo

Durante 135 años el sistema político uruguayo fue, desde el punto de vista electoral, bipartidista. Había otros partidos a los que se llamaba "menores" como el socialista, el comunista o el de inspiración cristiana que conseguían poco apoyo electoral.

A la vez dentro de ambos partidos que disputaban el gobierno existían alas más o menos progresistas, más o menos antiimperialistas, más o menos partidarias de la justicia social que atraían electorado obrero al cauce de los partidos tradicionales.

Si a principios del siglo XX hubiera prevalecido el pragmatismo o, lo que después se llamó por parte de algunos dirigentes de la Corriente Batllista Independiente de los años 80, la lógica de la incidencia, la historia de la izquierda hubiera sido muy distinta.

Para empezar ¿qué sentido tenía en los años 20, 30, 40 y 50 ser socialista, comunista o demócrata cristiano si reunidos no alcanzaban el 10% de los votos?

No fueron unas semanas sino casi medio siglo. Tratando de acumular en torno a "partidos de ideas", como se les decía. Sin, o con muy poca, incidencia en el gobierno.

El pragmatismo y la lógica de la incidencia

¿A qué llamaban los "teóricos" de la CBI la lógica de la incidencia?

Al hecho de que, sustentando un pensamiento que en algunos casos era de izquierda, se militaba, se votaba y se acumulaba fuerzas dentro de los partidos tradicionales. Para tener incidencia en el gobierno, para hacerse de alguna chirola del aparato del Estado desde la cual "incidir". En ese intento la CBI fracasó y fue "recuperada" por el sanguinettismo o dispersada.

Estar fuera de los partidos tradicionales era estar privado de incidencia, de gravitación. Era una actitud puramente testimonialista, decían. Esta forma de razonar, que proprorcionaba "rastrillos de izquierda" para afianzar a los partidos conservadores, se llegó a sustentar ¡hasta en las elecciones de 1999!, cuando el Dr. Batlle triunfó sobre Tabaré, para desdicha del país.

El FA como centro de "acumulación de fuerzas"

Alguien podrá decir que no siente ninguna identificación con aquellos viejos partidos de Frugoni, Lazarraga, Cardoso o Arismendi. Bien, no es el nuestro pero se respeta ese punto de vista.

Ahora bien, el país, y con él los partidos tradicionales fueron cambiando. Sobre todo en los años 60. Para los sectores progresistas que permanecían en los PPTT el ambiente se hizo irrespirable. Ya no había lugar para ningún tipo de influencia progresista en su seno. Para ser batllista, dijo Zelmar, hay que salir del P. Colorado. Erro ya había salido del P. Nacional.

Con estas tendencias progresistas, sumadas a las anteriores se conformó el FA. Para cambiarle el rumbo al país, para romper con el FMI, hacer la reforma agraria, liberar a los presos políticos, defender la industria y el trabajo nacional.

Si lo analizamos con la lógica posibilista, con los ojos deformados por las encuestas, tendríamos que decir que el FA, con su formidable composición, en su primera presentación a elecciones, fracasó. Obtuvo 18.8% de los votos. Los tradicionales, sumados, obtuvieron más del 80% de los sufragios.

¿Quiso decir esto que su fundación, su programa y su estilo habían constituido un error?

¿Qué su actitud de rechazo a la dictadura cívico-militar fue un error?

¿Qué sus denuncias, su solidaridad con los rehenes, los desaparecidos y los presos fueron errores?

Por que ninguno de esos postulados respondió a tentaciones posibilistas. Ninguna se adoptó pensando en qué resultado depararía en la hora de las encuestas.

Las actitudes de principios y no posibilistas dieron cárcel, proscripciones y mártires.

Desde el punto de vista pragmático, mal negocio. Desde el punto de vista de la acumulación de fuerzas contra el poder despótico y el neoliberalismo: fue el camino adecuado.

Desde su fundación y durante esos años de plomo el FA supo desarrollar una acción política de gran fuerza ética y emocional, parte fundamental de nuestra identidad política, estando totalmente por fuera del aparato institucional.

Hay reservas para respaldar los avances

En el presente, con la izquierda en el gobierno y enfrentada a las trabas e imposiciones del país conservador, las cosas han cambiado. Pero ahora como antes la acción política no puede reducirse exclusivamente a las instancias institucionales y a las reglas de juego que estas tienen establecidas a través de un orden legal y constitucional arcaico, hecho para conservar y no para cambiar la realidad en un sentido progresista.

Como fuerza política contamos con experiencia y reservas para contribuir en forma decisiva en la gestación de los cambios, en la superación de los obstáculos que opone la vieja sociedad de la injusticia, la impunidad y los privilegios.

Como fuerza política hemos sabido relacionarnos con inteligencia y buen pulso con las organizaciones sociales. Y con ellas ganamos la calle, las recolecciones de firmas y más de una consulta popular en las urnas.

Como diría León Duarte, con nuestro programa y con nuestra trayectoria, llevamos un Uruguay nuevo en nuestros corazones. Desde el gobierno y desde la fuerza política hay que ayudar para que aflore. Poniéndolo en la calle, haciendo que la gente esté informada y participe, que haga suyas y hasta mejore nuestras propuestas. Con más debate, con más democracia, con más participación y más lucha.

Tomado de La República
Contraportada, lunes 10 de octubre 2005

09 octubre, 2005

 

Breve meditación sobre un retrato de Che Guevara

Por José Saramago

No importa qué retrato. Uno cualquiera: serio, sonriendo, arma en mano, con Fidel o sin Fidel, diciendo un discurso en las Naciones Unidas, o muerto, con el torso desnudo y ojos entreabiertos, como si del otro lado de la vida todavía quisiera acompañar el rastro del mundo que tuvo que dejar, como si no se resignase a ignorar para siempre los caminos de las infinitas criaturas que estaban por nacer. Sobre cada una de estas imágenes se podría reflexionar profusamente, de un modo lírico o de un modo dramático, con la objetividad prosaica del historiador o simplemente como quien se dispone a hablar del amigo que descubre haber perdido porque no lo llegó a conocer...


Al Portugal infeliz y amordazado de Salazar y de Caetano llegó un día el retrato clandestino de Ernesto Che Guevara, el más célebre de todos, aquel hecho con manchas fuertes de negro y rojo, que se convirtió en la imagen universal de los sueños revolucionarios del mundo, promesa de victorias a tal punto fértiles que nunca habrían de degenerar en rutinas ni en escepticismos, antes darían lugar a otros muchos triunfos, el del bien sobre el mal, el de lo justo sobre lo inicuo, el de la libertad sobre la necesidad. Enmarcado o fijo a la pared por medios precarios, ese retrato estuvo presente en debates políticos apasionados en la tierra portuguesa, exaltó argumentos, atenuó desánimos, arrulló esperanzas. Fue visto como un Cristo que hubiese descendido de la cruz para descrucificar a la humanidad, como un ser dotado de poderes absolutos que fuera capaz de extraer agua de una piedra con que se mataría toda la sed, y de transformar esa misma agua en el vino con que se bebería el esplendor de la vida. Y todo esto era cierto porque el retrato de Che Guevara fue, a los ojos de millones de personas, el retrato de la dignidad suprema del ser humano.

Pero fue también usado como adorno incongruente en muchas casas de la pequeña y de la media burguesía intelectual portuguesa, para cuyos integrantes las ideologías políticas de afirmación socialista no pasaban de un mero capricho coyuntural, forma supuestamente arriesgada de ocupar ocios mentales, frivolidad mundana que no pudo resistir al primer choque de la realidad, cuando los hechos vinieron a exigir el cumplimiento de las palabras. Entonces, el retrato del Che Guevara, testimonio, primero, de tantos inflamados anuncios de compromiso y de acción futura, juez, ahora, del miedo encubierto, de la renuncia cobarde o de la traición abierta, fue retirado de las paredes, escondido, en el fondo de un armario, o radicalmente destruido, como se quisiera hacer con algo que hubiese sido motivo de vergüenza.

Una de las lecciones políticas más instructivas, en los tiempos de hoy, sería saber lo que piensan de sí mismos esos millares y millares de hombres y mujeres que en todo el mundo tuvieron algún día el retrato de Che Guevara a la cabecera de la cama, o en frente de la mesa de trabajo, o en la sala donde recibían a los amigos, y que ahora sonríen por haber creído o fingido creer. Algunos dirían que la vida cambió, que Che Guevara, al perder su guerra, nos hizo perder la nuestra, y por tanto era inútil echarse a llorar, como un niño a quien se le ha derramado la leche. Otros confesarían que se dejaron envolver por una moda del tiempo, la misma que hizo crecer barbas y alargar las melenas, como si la revolución fuera una cuestión de peluqueros. Los más honestos reconocerían que el corazón les duele, que sienten en el movimiento perpetuo de un remordimiento, como si su verdadera vida hubiese suspendido el curso y ahora les preguntase, obsesivamente, adonde piensan ir sin ideales ni esperanza, sin una idea de futuro que dé algún sentido al presente.

Che Guevara, si tal se puede decir, ya existía antes de haber nacido, Che Guevara, si tal se puede afirmar, continúa existiendo después de haber muerto. Porque Che Guevara es solo el otro nombre de lo que hay de mas justo y digno en el espíritu humano. Lo que tantas veces vive adormecido dentro de nosotros. Lo que debemos despertar para conocer y conocemos, para agregar el paso humilde de cada uno al camino de todos.

Tomado de El latinoamericano, 9 de octubre de 2003

08 octubre, 2005

 

Carta de Michael Moore

Informe de situación
Un mes en Nueva Orleáns


Amigos,

Mi equipo ha estado en Nueva Orleáns y la Costa del Golfo, durante casi un mes, enfrascado en la organización y la dirección de nuestros esfuerzos de auxilio junto a los Veteranos por la Paz. La asombrosa respuesta de muchos de ustedes ha afectado la vida de miles de personas. Esto es lo que hemos podido hacer con su ayuda:
. Se han distribuido directamente a los necesitados más de 500 toneladas de alimentos, agua, ropas, provisiones médicas, productos para bebés, productos de higiene femenina, provisiones de limpieza, herramientas mecánicas, un bote y un remolque para llegar a aquellos que aún permanecen inundados por el agua.
. En nuestro campamento se han recibido y distribuido más de 10000 paquetes de ayuda a través de UPS y FedEx.
. Se han enviado y distribuido más de dos millones de dólares de donaciones, alimentos, agua y provisiones.
. Han llegado camiones con remolques, docenas de camiones de 20 pies, seis ómnibus escolares y otros vehículos cargados de provisiones. Muchos permanecieron en el lugar para ayudar a distribuir las donaciones.
. Se han distribuido más 200 motosierras, 100 grupos electrógenos y 2000 galones de desinfectante.
. Se aprobaron a más de 100 personas en los procesos de solicitud de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
. Doctores, médicos auxiliares, enfermeras de atención directa, psicólogos, enfermeras tituladas, enfermeras técnicas, paramédicos, técnicos en emergencia médica y trabajadores sociales de todos el país, se han ofrecido como voluntarios y unieron sus fuerzas para crear varias unidades médicas móviles que brindan medicamentos de venta por receta, provisiones para primeros auxilios, equipos de análisis de diabetes e inyecciones de insulina y tétano para los escarban en los escombros de su casa.
. 14 personas se reunieron con sus familiares.

Por otra parte, además de estas estadísticas están los testimonios respecto de lo que mi equipo ha presenciado. Se suministró energía eléctrica a una familia, cuyo hijo menor padece de fibrosis cística, permitiendo así que continuara con su tratamiento hasta que la energía eléctrica se restableciera en el vecindario. Se encontró a una anciana de 60 años con un respirador, que a pesar del enorme agujero en el techo aún permanecía en su casa. Arreglamos el techo y le entregamos agua y alimentos. Se entregaron provisiones a los indios Houma, quienes no habían recibido ayuda, ni siquiera una visita de la Cruz Roja o de la FEMA. Se colocó un techo a su centro cultural en Golden Meadows y se le entregó un grupo electrógeno para conservar las reservas de mariscos de años y evitar que se echaran a perder en el sol. Se encontró a un hombre en Lefitte sentado en su portal, la casa estaba rodeada por cuatro pies de agua. Dos de nuestros voluntarios remaron hasta la puerta en una canoa cargada de provisiones. Los evacuados de Nueva Orleáns se unieron a nuestros esfuerzos. Ellos fueron nuestros guías a través de las comunidades hoy diezmadas y nos llevaron a los lugares más necesitados.

Puede leer más sobre este tema en las columnas de mi página Web.

Debo decirles la cruda verdad: los esfuerzos de ayuda del gobierno federal y la Cruz Roja aún son un desastre y una vergüenza. La mayoría de las personas ha recibido muy poca o ninguna ayuda - incluso pasado más de un mes de Katrina. Los esfuerzos de grupos independientes como el nuestro, son los se están abriendo paso. No estamos esperando por una aprobación y no nos detendremos. Nos aseguraremos de que Bush y compañía paguen más adelante por su error, pero en estos momentos, cientos de miles de personas están sin hogar, hambrientos y necesitados de atención médica y nosotros tenemos la responsabilidad de ayudarlos.

Hemos juntado esfuerzos con el SOS, Saving Our Selves Katrina (salvémonos nosotros mismos), organización que comenzó como una coalición provisional de las organizaciones comunitarias existentes. Están desempeñando un trabajo encomiable con los voluntarios y considero que la ayuda concreta de las organizaciones vinculadas a la iglesia de la comunidad deben llenar el vacío cuando el gobierno nos falla. Con su ayuda, se han convertido en una luz de esperanza que ofrece ayuda inmediata a las familias que lo han perdido todo. Averigua que necesitan de ti el SOS y otros grupos de ayuda similares en estos momentos.

Gracias de nuevo a todos por ayudar. No nos daremos por vencidos y sabemos que ustedes tampoco.

Atentamente,

Michael Moore

(CUBADEBATE) (Fecha publicación:07/10/2005)

 

Guevara: El regreso del pensador insurgente

por Eduardo Lucita
(Argenpress/Visiones Alternativas)
En el 38º aniversario de la muerte del Che Guevara


Según Hobsbauwn en su Historia del Siglo XX "La destrucción del pasado, mejor dicho de los lazos sociales que vinculan la experiencia contemporánea del individuo con las generaciones anteriores, es uno de los fenómenos mas característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX".

Efectivamente por estos años pareciera ser que los individuos, y particularmente los jóvenes, vivieran su existencia con prescindencia del pasado, en una suerte de presente permanente. Sin embargo, y como contradiciendo esta tendencia, a más de treinta años de su desaparición en la selva boliviana, la figura de Ernesto Guevara de la Serna, el Che, ha retornado al centro de la escena de la mano de historiadores, periodistas, políticos, intelectuales, cineastas. Pero sobre todo su nombre y su imagen aparecen enarbolados, tanto en manifestaciones como en canchas de fútbol, y no solo en Argentina, por crecientes franjas de la juventud.

¿Qué indica esto? ¿Es una expresión del mercado y del consumismo que todo lo transforma en mercancía? ¿Un intento generalizado de convertirlo en icono inofensivo? ¿De transformar en punta roma el agudo estilete crítico de su pensamiento y acción? ¿O será que en este fin de siglo deshumanizado y bárbaro su figura ética y humanística por excelencia convoca la desesperación y rebeldía de jóvenes sin horizonte y sin futuro? ¿O tal vez tendrá que ver con que hoy existen las posibilidades de acercarse a la casi totalidad de su obra, de romper con la carencia de información, y por lo tanto con el conocimiento fragmentado que existía hasta no hace mucho, y avanzar en una reconstrucción crítica de su obra y acción, así como de su vida y pensamiento?

A más de treinta años de aquel 8 de octubre se impone esta tarea, y hay muchos indicios de que se está realizando. Se trata de realizar un esfuerzo por romper con el adocenamiento apologético, de evitar que concluyan congelando en frío monumento -aquellos iconos inofensivos de que hablara Lenin-, la figura del "guerrillero heroico", que lo fue, del "aventurero consecuente", que también lo fue, o del "internacionalista consecuente", que también lo fue.

Por el contrario, para nosotros se trata de ir al encuentro de las facetas más creadoras, aquellas que no por poco conocidas o poco estudiadas, son menos importantes.

Se trata de ir al rescate del Che como hombre de ideas, portador de un pensamiento crítico e insurgente, que al decir de Almeyra y Santarelli no es otra cosa que ir al encuentro de Il pensiero ribelle.

Cualquiera sea el ángulo desde el cual se intente abordar la lectura hay un vértice de atracción, un hilo conductor que recorre cada uno de los momentos de su vida revolucionara -el Che y la lucha contra el reformismo, el Che y la conquista del poder, el Che y la construcción del socialismo, el Che y la dinámica de la revolución mundial- y ese punto de atracción es el hombre, el hombre nuevo como hacedor de historia y artífice de las transformaciones sociales.

Es la revalorización del humanismo marxista, sepultado durante décadas por la escolástica estalinista, lo que encontramos en su universo de ideas y lo que Ernesto Guevara coloca en el centro de sus preocupaciones, en su visión revolucionaria del mundo. Para el se trataba de construir.un sistema marxista, socialista, coherente, o aproximadamente coherente, en el que hemos colocado al hombre en el centro, en el que se habla del individuo, de la persona y de la importancia que este tiene como factor de la revolución.

Arturo Guzmán, ex ministro de Minería y Metalúrgica de Cuba, sintetizaba así su visión del Che: ".en su prédica constante sobre la necesidad de formar un hombre nuevo, el hombre producto del socialismo y constructor del comunismo, que viviera para y por la sociedad, Guevara plantea el desarrollo de la conciencia como el único camino posible que conduce a la nueva sociedad. Plantea que con las armas melladas del capitalismo el socialismo no puede formar a su hombre; que el estímulo material es un mal necesario, pero al que hay que erradicar definitivamente; ningún hombre consciente puede ser sustituido por hombres que se muevan empujados por estímulos materiales. Viéndolo en perspectiva histórica el hombre nuevo ya es viejo para él; en su propia vida vemos las virtudes que él pregona necesariamente para ese nuevo ser social". (Citado por J. Aricó en el prólogo a su recopilación).

Pero es necesario ir al encuentro del pensador insurgente, del pensador de la utopía de su tiempo, que fue y es también nuestro tiempo, de colocar a Guevara en el contexto de la teoría y de la práctica de la revolución latinoamericana, de las ideas y las concepciones que emergen de la revolución cubana y que se entrecruzan, en complementación y disputa, con otras ideas y corrientes en tensión por los acontecimientos que en el terreno de la lucha de clases recorrían el mundo de ese entonces.

Aquellos años sesenta, idealizados por algunos y descalificados por otros, plagados de encantamientos y esperanzas para quienes los protagonizamos e ignorados muchas veces hasta lo imprevisible en la actualidad.

Ese lapso que va desde 1959 - la irrupción de la Revolución Cubana- hasta 1973 - el fin de la intervención militar norteamericana en Vietnam-, se desarrolló sobre un fuerte proceso de acumulación y reproducción de capitales, en un período de gran expansión de la economía capitalista mundial y de profundas transformaciones sociales, que se inició no bien concluyó la 2da Guerra Mundial. Formaron parte así de lo que algunos autores llaman la "edad de oro", ". sin precedente y tal vez anómala", que se desenvuelve entre 1945-1973.

Los acuerdos de Yalta permitieron la emergencia, en la inmediata postguerra, de un sistema político internacional de estructura bipolar, sustentado en "una cuidada relación de guerra fría" entre los EEUU y la hoy ex URSS, que presentaban su disputa como confrontación ideológica total entre campos antagónicos, con formas de propiedad y relaciones de producción y organización social distintas.

La combinación de esta situación de guerra fría con la fuerza de la emergente revolución colonial abría un extenso "campo" antiimperialista, pero en él, y de la mano del marxismo oficial, el nacionalismo sustituía al internacionalismo y la lucha de clases era abandonada por la confrontación entre bloques.

En esta dinámica la emergencia de los movimientos de liberación nacional y de la nueva izquierda revolucionaria en el mundo, se afirmaban en un fuerte sentimiento antiimperialista que cuestionaba la hegemonía económica y militar de los EEUU, así como en una posición crítica frente al comunismo oficial de la URSS y su política de coexistencia pacífica.

La combinación de estos elementos, a los que hay que agregar el surgimiento de los movimientos contestatarios al interior de los países centrales y la aparición de una verdadera contracultura en las artes, en las letras y en la vida cotidiana (sexualidad, vestimentas, costumbres) que pujaba por desestructurar la cultura dominante de la época, configuraban un cuadro de situación que favorecía el desarrollo de la lucha de clases y la confrontación antiimperialista, otorgándole un formidable dinamismo a las ideas de transformación social.

Las tendencias revolucionarias que se desarrollaban en todas las geografías del planeta colocaban como meta de su accionar la superación del capitalismo. Sin embargo la lucha concreta contra este solo era asumida en toda su extensión, como no podía ser de otro modo, por aquellas corrientes que se afirmaban en la lucha de clases, en un anticapitalismo sin concesiones y en el desarrollo de las contradicciones del sistema. Esto se daba en abierta oposición y ruptura con los partidos comunistas pro-soviéticos y con la socialdemocracia de ese entonces.

En esa disputa se desarrollaron ampliamente el maoísmo, el castrismo-guevarismo y el trostkismo, cuya inserción social se veía favorecida en América latina, y particularmente en Argentina, por la aparición de una franja radicalizada de obreros, estudiantes e intelectuales que, asumiendo aún con múltiples variantes las ideas del socialismo, colocaban la cuestión del poder a la orden del día revitalizando al movimiento revolucionario y al marxismo mismo.

Así las distintas tendencias que vertebraban la nueva izquierda en ascenso emergían, bien como fracturas de lo existente, bien como estructuras diferenciadas desde sus inicios de los viejos partidos comunistas y socialistas.

Es en este curso de la historia mundial y latinoamericana en que deben inscribirse las ideas y el pensamiento de Ernesto Guevara, surgidos al calor de la revolución cubana, en el seno de su dirección y del joven partido comunista nacido después de la revolución.

La particularidad de las mismas radica en que se fueron elaborando en el combate diario por la construcción de una sociedad distinta y en la confrontación con el marxismo de manual, con el.escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la teoría marxista, con la vulgarización de un pensamiento que, nacido libertario y creador, resultó convertido en dogma fosilizante.

Y si treinta años después, con la distancia que el tiempo pone respecto de las pasiones y de las luchas de ese entonces, intentamos una revalorización del mismo es porque, como Almeyra en La ricoperta del Che, pensamos que es posible considerar el conjunto de su pensamiento como un aporte a la refundación del marxismo moderno y una recuperación de los aspectos centrales del pensamiento marxiano.

Lo paradojal es que Guevara no era un teórico, no disponía de una formación rigurosa y conocía poco, y tal vez mal, las diversas corrientes y posiciones históricas que se confrontaron en el movimiento comunista internacional. No era un teórico, se elevaba desde la práctica para mejor comprender y extraer las conclusiones teóricas sin prejuicio alguno.

Tal vez no conocía, pero ejercía como pocos, esa vieja máxima leninista popularizada en aquellos años por el filósofo francés Jean Paul Sastre, "La teoría nace de la acción y al mismo tiempo la enriquece".

Decía el Che:

teorizar lo hecho, estructurar y generalizar la experiencia para el aprovechamiento de otros es nuestra tarea del momento.

Y es en el momento de la construcción del socialismo en Cuba en que aparece en toda su plenitud y dimensión esta faceta de Ernesto Guevara: es el hombre del gobierno y teórico de la economía política que encontramos en el artículo Contra el Burocratismo; en las Conversaciones del Ministerio de Industria y en el Debate económico de los años 63-64; es el dirigente revolucionario del Discurso de Argelia y fundamentalmente en la carta a Marcha de Montevideo: El Socialismo y el hombre en Cuba; es por último el revolucionario integral que despunta en cada una de las dolorosas páginas de su Diario de Bolivia y también en los recientemente conocidos fragmentos de su paso por el Congo.

En el siempre difícil período de transición, entendido como aquel pasaje de la sociedad agotada y caduca, cuya liquidación los revolucionarios no hacen más que apresurar, a una sociedad nueva que surge con la fuerza propia de las masas en acción, pero que se encuentra condicionada por los resabios del pasado. Es en ese pasaje del reino de la necesidad al de la libertad, que .transcurre en medio de violentas luchas de clases y con elementos del capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia, en que es puesta a prueba la coherencia y la firmeza de los dirigentes revolucionarios.

El cerco imperialista aísla a la revolución - la guerra civil se extiende - el ejercicio del poder absorbe cada día más a los dirigentes - las formas autoritarias se montan sobre la debilidad popular - los elementos del pasado siguen actuando -la situación favorece el desarrollo de hábitos y practicas peligrosas - la degeneración burocrática acecha en cada esquina - inestabilidad del poder político, del que no se puede pensar que esté consolidado definitivamente.

Es conocido que en medio de esta secuencia casi lógica al Che le preocupaban los indicios, que luego se confirmarían, de que el sectarismo y el autoritarismo conculcaran el intercambio de opiniones y reemplazaran el debate. La confrontación solapada entre distintas alas del movimiento y el crecimiento de la influencia de la llamada tendencia sectaria lo llevaron a prohibir los interrogatorios ideológicos y las persecuciones políticas.

Es en esta realidad que deben analizarse textos como: Debemos aprender a eliminar viejos conceptos (discurso agosto de 1960); Contra el sectarismo (Resolución del Ministerio de Industrias, mayo de 1961); Contra el burocratismo (artículo, febrero de 1963); El comunismo debe ser también una moral revolucionaria (entrevista periodística, julio de 1963); Una actitud comunista frente al trabajo (discurso, agosto 1964).

La relectura de los textos de Guevara en este período resulta una experiencia singular, una fuente motivadora que inspira reflexiones críticas y estimulantes.

Forjado en la "escuela del hacer", sus escritos, sus conferencias, sus propuestas de acción práctica toman la forma del discurso de lo concreto, insertos en la realidad cotidiana de esa sociedad en cambio, alejados de construcciones abstractas que suelen justificarse por su propia lógica interna.

La economía - a la que privilegia como economía política - es en sus planteos la instancia fundamental en que el hombre se realiza. Por lo tanto se impone su transformación para que esa realización alcance su plenitud. Y esta reorganización socioeconómica requiere de una convergencia dinámica de recursos y necesidades sociales, pero encuentra obstáculos internos y externos de consideración.

Incorporación de fuerza de trabajo - incremento de la demanda de bienes y servicios - escasez de recursos propios - racionamiento - dependencia del comercio exterior.

Esta parece ser la lógica inevitable por la que atraviesan los procesos de transformación social. Cuba, el Chile de Salvador Allende y la reciente Nicaragua, en nuestra América latina, son los ejemplos más que evidentes.

Pero el horizonte de ideas guevariano no se detiene en la articulación de recursos escasos y necesidades amplificadas. El socialismo como simple método de reparto social, como nueva conciencia productivista, no le interesa, sí como una concepción capaz de potenciar las posibilidades del proceso de transformación en el período de transición.

Así los movimientos de la economía no pueden ser totalmente libres, deben estar sometidos a la intervención consciente. Es el plan el que ordena la actividad de los hombres pero, y en esto se escapa una vez más del manual oficial, no debe coartar las iniciativas y libertad individual. La construcción socialista para el presupone y requiere un cambio cualitativo de las estructuras mentales de los sujetos, capaz de liberar las fuerzas de la creatividad para ponerlos al servicio de la producción y la organización.

La revolución no es como pretenden algunos, una estandarización de la voluntad colectiva, de la iniciativa colectiva, sino todo lo contrario, es liberadora de la capacidad individual del hombre.

Es en este contexto que deben ser confrontadas, entre otras intervenciones: El plan y el hombre (entrevistas, julio de 1964); La planificación y sus problemas en la lucha contra el imperialismo (discurso, julio de 1963); Consideraciones sobre los costos de producción (artículo, junio de 1963); Cuba, su economía, su comercio exterior, su significado en el mundo (artículo, octubre de 1964); Discurso de Argelia (discurso, febrero de 1965).

En su propuesta los criterios político-económicos se inscriben en lo mejor de la tradición marxista. El socialismo es, por sobre todas las cosas, un hecho de conciencia que condensa la formación de un hombre nuevo en una nueva sociedad, cualitativamente diferenciada de la anterior.

Así, la sociedad va siendo transformada por los hombres pero al mismo tiempo estos hombres se transforman a sí mismos. Establece, entonces, una íntima relación dialéctica entre la base material (reorientación del desarrollo de las fuerzas productivas) y la formación de los sujetos sociales con una nueva conciencia (revolucionaria).

En la intersección entre las concepciones estructural-cientificistas y las que provienen de la filosofía de la praxis, que rescatan el humanismo marxiano, se ubica el núcleo central del pensamiento de Guevara en el período de transición.

En la definición de un socialismo que el solo acepta si desde el primer momento incorpora elementos del comunismo, en un proceso único, ininterrumpido, permanente, donde el estímulo moral y el trabajo voluntario juegan un papel determinante frente a lo material y a las categorías capitalistas. Donde el protagonismo conciente de las masas, las instituciones del poder popular y la autoorganización de los trabajadores constituyen la única garantía frente a las tendencias a la degeneración burocrática, a la cristalización de las direcciones y a la despolitización de las masas.

Revolución que no se profundice constantemente, es revolución que regresa.

Esta frase sintetiza lo anterior y con ella enfrenta las concepciones etapistas o la doctrina estalinista, dogma oficial de la época, que institucionalizaba con fuerza de ley la existencia de "...una correspondencia necesaria entre las relaciones de producción y los caracteres de las fuerzas productivas".

Esta línea de pensamiento, que recoge los trabajos del joven Marx y se emparenta con las aportaciones del italiano A. Gramsci, del peruano J. C. Mariátegui y del argentino Aníbal Ponce, que se expresa puntualmente en cada uno de sus trabajos económicos e intervenciones públicas, y que al fundirse en ellos constituye sin ninguna duda un aporte original a la teoría marxista, fue enriquecida con cada una de sus contribuciones en el debate económico de los años '63-64.

El debate que, como señala M. Löwy ".adquirió un carácter sin precedentes en un país socialista desde la muerte de Lenin", tuvo su origen en las propuestas de Guevara en relación a los métodos de gestión de las empresas en Cuba. Pero la riqueza de las discusiones y seguramente de su clara intención de provocar la discusión, hizo que esta se extendiera al conjunto de los aspectos que hacen al cuerpo teórico de la economía política socialista en el período de transición, para concluir en un verdadero examen crítico de las experiencias llevadas a cabo en los países del bloque socialista.

Es que el Che intuyó tempranamente que en paralelo al crecimiento de la presión imperialista crecía también la influencia soviética, bajo la forma de ayuda económico- técnica, pero también como la imposición de un modelo ya definido en otras latitudes.

Lo que luego K. S. Karol explicaría como ".el vacío político de la revolución, que en apariencia se llenaba con la definición por el socialismo, tendía a ser ocupado por la burocracia y el marxismo de manual".

Así el debate giró en torno a: el modelo presupuestario de gestión frente al cálculo económico o autogestión financiera; la planificación centralizada y el rol de la ley del valor en el período; la correspondencia entre las fuerzas y las relaciones de producción; los estímulos morales y los materiales y el papel de la conciencia en la construcción del socialismo. El peso de los Manuscritos de 1884 en las intervenciones del Che en estas discusiones es más que evidente.

El proto-modelo cubano que configuraban sus concepciones constituía en la práctica una búsqueda inacabada de soluciones no dogmáticas que incluían, y en absoluto esto era una cuestión menor, una nueva relación entre el Partido y el Estado, privilegiando al primero y su relación con las masas, pero también en la relación entre estas y el Partido, favoreciendo la autoorganización y una dinámica distinta entre dirigentes y dirigidos.

Se preguntaba ¿Qué relación hay entre el Partido y el Estado? ¿Entre la revolución y el pueblo? Y se contestaba: hasta Hoy estas relaciones se han regido por la telepatía pero la telepatía no es suficientemente buena.No somos felices con el estalinismo, pero no aceptamos la reacción al estalinismo de los soviéticos.

Su obsesión era así.elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Y se orientaba entonces por caminos inéditos que lo separaban cada día más de los modelos preexistentes.

Es otra paradoja más, pues el mismo señaló algunas vez que para él el futuro se encontraba en lo que pasaba detrás de la "cortina de hierro", pero como algún autor demostró era una etapa en que el Che estaba ".formado en la experiencia directa, con una visión de la historia del socialismo real muy limitada, sin conocimiento de lo que realmente pasaba en la URSS y sin los reflejos teóricos que le permitieran separarse de la experiencia". P.I. Taibo II complementa "Ni los procesos de Moscú, ni el autoritarismo policíaco, ni los GULAG, ni la persecución a la disidencia, ni el antiigualitarismo burocrático, ni la economía mal planificada, ni el marxismo de fachada de cartón y piedra de los rusos, formaban parte de la cultura política del Che en 1960".

Sin embargo esa "escuela del hacer" que ejercitaba como pocos, en la que construía a pasos acelerarados su pensamiento, y su honestidad intelectual para sacar conclusiones sin prejuicio alguno, lo llevó a enfrentarse, a medida que tomaba contacto con esa realidad desconocida, con las burocracias de Estado del Este y de la propia URSS.

J. Habel señala que "Desde 1962, esto es, un año después de la proclamación oficial del carácter socialista de la revolución cubana y dos años después del establecimiento de relaciones privilegiadas con la URSS, la crisis de los misiles vendría a sacudir la confianza del dirigente revolucionario en torno a la solidez de la alianza y a la confiabilidad de la ayuda".

Disputaba por la implantación de una cultura solidaria a la par que era portador de un nuevo estilo, franco, punzante, autocrítico -como cuando reconoció públicamente sus errores al forzar la industrialización acelerada o la escasa participación de los obreros en el control de las fábricas. A.Gilly plantearía tiempo después que los sindicatos en Cuba no eran representativos y que se iban convirtiendo en mero apéndice del poder político. Ese estilo del Che lo tornaba incontrolable para la vieja guardia del PSP (Partido Socialista Popular), que buscaba recortar su poder y descalificarlo.

La estrategia revolucionaria es otro de los aspectos donde se establecen claras diferencias con las corrientes mayoritarias de aquella época: descalificación de la vía reformista - opción por el carácter armado de la confrontación - debilidad de las burguesías nacionales para llevar adelante este proceso de enfrentamiento con el imperialismo - carácter continental de la lucha.

Dos experiencias latinoamericanas, de signo diferente, han sido determinantes para la formulación de su estrategia. De la experiencia de Bolivia en 1952 rescata el desarme del ejercito regular a la par que cuestiona las concepciones del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) -ya comenzaba a entrever las limitaciones de los movimientos nacional/burgueses - y del trostkista POR (Partido Obrero Revolucionario boliviano) -con sus tesis de la inestabilidad dada por la existencia de un "doble poder" entre el gobierno burgués y los sindicatos obreros.

De la Guatemala de Jacobo Arbenz de 1954, su primera experiencia política concreta, reconoce la agresión imperialista y deduce la inevitabilidad de la lucha armada. Es hora de que el garrote conteste, y si hay que morir que sea como Sandino y no como Azaña.

Estas concepciones son reforzadas y precisadas por su experiencia directa en la Sierra Maestra, de donde deduce que la guerra de guerrillas es la forma concreta que adoptará su estrategia de lucha armada, confirmada más adelante por el conocimiento de la revolución China y la invasión norteamericana a Santo Domingo en 1965, de donde infiere que la guerra de masas será popular y prolongada.

Al considerar inevitable a la revolución y a la lucha armada sus concepciones se acercan al maoísmo, pero no comparte con estos su teoría de la alianza de las cuatro clases, no deposita ninguna confianza en las burguesías nacionales y define el proceso revolucionario como único e ininterrumpido -permanente- con lo que se acerca al trotskismo, aunque vuelve a diferenciarse de estos cuando define al campesinado como el motor de la revolución.

Sin embargo no deja de hacer referencias al movimiento obrero y no descarta una insurrección obrera en las ciudades, aunque seguramente pesaba en el su visión del movimiento obrero argentino, al que veía prisionero de la burocracia sindical peronista y de la ideología nacional burguesa que esto implicaba.

Para el Che la revolución latinoamericana era al mismo tiempo democrática, de liberación nacional y socialista. En esta definición volvía a emparentarse con el peruano Mariátegui. Táctica y estrategia de la revolución latinoamericana (1962, publicado en 1968) y Mensaje a la Tricontinental (1965), conocido como su testamento político, son los escritos fundamentales alrededor de los cuales es posible reconstruir su estrategia.

Al mismo tiempo que define el carácter continental de la revolución latinoamericana propone la Organización de un frente mundial para enfrentar al imperialismo (entrevista, 1964). En su Discurso de Argel: El Internacionalismo no tiene fronteras (1965) expresa una fuerte crítica a la política de los países de burocracia de Estado y a la propia URSS. Sostenía el intercambio desigual: la ayuda a los pueblos que luchan por su liberación tiene que tener un costo para los países socialistas y reclamaba la solidaridad incondicional de estos con las luchas revolucionarias de los pueblos del mundo.

La propuesta de formar un minieje entre Cuba y la Argelia de Ben Bella era un intento autónomo por mantener alejados a los países que luchaban por su independencia de la política de bloques acordada por los EEUU y la URSS, y al mismo tiempo ser prescindentes del conflicto chino/soviético.

Esto forma parte también de la originalidad de su pensamiento, que lo separaba de la política nacional y del nacionalismo de los partidos comunistas oficiales, y que era compartida con el joven PCC (Partido Comunista de Cuba), nacido después de la revolución como resultado de la fusión de las distintas corrientes del movimiento revolucionario. (las ORI, Organizaciones Revolucionarias Integradas, primero, y PURSC, Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, después, finalmente PCC, que tenía poco que ver con el viejo PSP).

Ernesto Guevara demostraba así tener una concepción integral de la dinámica de la revolución mundial de su época. Como escribió M. Löwy ".por primera vez en mucho tiempo un dirigente comunista de dimensión mundial trataba de esbozar una estrategia revolucionaria internacional que no fuese en función de los intereses de un Estado. En este sentido su pensamiento significaba también una vuelta a las fuentes de leninismo, del Komintern de los años gloriosos (1919-1924), antes de que se convirtiera poco a poco en un instrumento de la política exterior de la URSS de Stalin."

Nuestro pensador insurgente se anticipó a los acontecimientos, comprendió mejor que nadie que la revolución cubana y los movimientos de liberación encontraban límites a su autonomía en el marco de las nuevas relaciones internacionales y que a el mismo se le iban cerrando espacios para forjar un escenario de debate receptivo para sus ideas, tan alejadas del escolasticismo como del dogmatismo cuasi religioso proveniente de le URSS.

En nuestra comprensión el Che expresaba una tendencia crítica al interior de la dirección revolucionaria cubana, que disputaba en torno al modelo de construcción del socialismo en Cuba y también sobre el mismo curso de la revolución mundial.

Y en este debate se apoyaba en las masas, en el debate público, y en quien fue y es aún el principal dirigente de la revolución, por quién profesaba un enorme respeto y cariño.

Tal vez ese cerrarse de espacios, ver que la burocracia y el manual se imponían, que la dinámica de la revolución mundial era cada vez más supeditada a los intereses del Estado de gran potencia de la URSS, lo llevaron a tratar de abrir nuevas brechas, a forzar los acontecimientos en Africa primero (aquí se dará el combate fundamental) y en América latina (el eslabón débil) después. Los resultados son por todos conocidos.

Treinta años después en un escenario mundial que es sustancialmente diferente, en un fin de siglo de cambios y transformaciones ¿Qué es lo que queda de su pensamiento y acción? ¿El paso del tiempo ha logrado mellar el fino estilete de su pensamiento crítico?

El marxismo revolucionario se ha mostrado en la historia crítico por excelencia y Ernesto Guevara fue (es) una de sus expresiones más acabadas, y esa fuerza crítica no puede escapar a él mismo, menos aún frente a lo que muchas veces se dice y se hace en su nombre y bajo su figura.

Filosofía de la praxis - pensamiento crítico - socialismo revolucionario - son los ejes que recorren todo su pensamiento.

Antidogmático por excelencia, libertario en sus concepciones, antiburocrático en la gestión, coherencia política y moral, estilo autocrítico, directo y frontal, son los atributos de su acción que acompañan la preponderancia casi excluyente que le daba a la formación de conciencia.

Una inmensa voluntad que muchas veces rozaba con el voluntarismo, una fuerte preocupación por promover la participación de las masas para lo que depositaba una excesiva confianza en el ejemplo moral de los dirigentes, como portadores de fe y generadores de voluntad colectiva, del cual su propia vida era más que emblemática, una impaciencia revolucionaria que lo llevaba a forzar muchas situaciones.

Tal vez una mayor continuidad en Cuba lo hubieran llevado a repensar su concepción del partido de vanguardia, las implicancias de una centralización económica excesiva, que la participación de las masas no depende solo de los instrumentos, las consecuencias del partido único, los tiempos para la extensión de la revolución.

Cualquiera sea el balance que se haga de su corta y meteórica vida política militante no puede desconocerse que sus ideas tuvieron (tienen) el valor de haber revalorizado las potencialidades creadoras de un marxismo vivo y abierto. Sus concepciones éticas y humanistas son hoy, cuando el capitalismo demuestra que la corrupción y la perdida de valores es esencial a su lógica interna y se declara incapaz de dar respuestas a las necesidades crecientes de franjas enteras de la humanidad, profundamente subversivas. Tal vez aquí se encuentren las razones del regreso de su pensamiento rebelde e insurgente.

Repensar estas cuestiones provoca una renovada búsqueda que hoy, en esta Argentina de los discursos posibles, parece ajena y lejana, pero que subyace en las conciencias de todos aquellos que sueñan, soñamos, con recuperar la voluntad colectiva de un cambio transformador.

Este débil e incompleto trabajo tiene el sentido de un tributo al revolucionario latinoamericano y un aporte al conocimiento y al debate sobre su teoría y practica. Pero pretende inducir también a una reflexión a los jóvenes para que estudien con seriedad y responsabilidad su legado y elaboren su propio juicio crítico.

Fidel Castro dijo varias veces que el punto débil, su talón de Aquiles, era su audacia, su desprecio total por el peligro y por su propia vida. Y tal vez sea cierto, pero tal vez en eso radicara su fuerza y la grandeza de Ernesto Guevara, al que, aun a la distancia, quienes nos sentimos sus compañeros, llamábamos, simplemente, El Che.

Textos consultados:
- Guevara, Ernesto Obras Completas. Ed. Cubana
El Socialismo y el hombre nuevo. Ed. Preparada por José Aricó. Siglo XXI. México, 1977.
Cartas Inéditas. Ed. Sandino, 1977.
- Löwy, Michael El pensamiento del Che Guevara. Ed. Siglo XXI. Argentina, 1974.
- Fanjul, Angel Las tareas de la revolución son indisociables. Folleto. Argentina, 1983.
- Gilly, Adolfo La senda de la guerrilla 1968, La ruptura en los bordes. Cuadernos del Sur nº 17. Ed. Tierra del Fuego. Argentina, 1994.
- Almeyra, G. / Santarelli, E. Guevara. Il pensiero Ribelli. Ed. Datanews. Italia, 1993.
- Lataste, Alban Cuba: ¿Hacia una economía política del socialismo? Ed. Universitaria- Cormoran. Chile, 1968.
- Taibo II, Paco Ignacio Ernesto Guevara, También conocido como El Che. Ed. Planeta. México, 1997.
- Habel, Janette El socialismo y el hombre. Inprecor para América Latina nº 9, 1990
- Vuscovic, P. / Elgueta, B. Che Guevara en el presente de América Latina. Contrapunto Argentina, 1987

* Eduardo Lucita es Director de la Revista Cuadernos del Sur. Integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda.

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